Así lo dio a conocer la Encuesta Nacional de Situación Nutricional en Colombia (Ensin), ante lo que expertos explican la necesidad de este componente nutricional.
25-30% de la población global padece anemia por deficiencia de hierro, siendo el trastorno nutricional más común en todo el mundo, pero con ocurrencia en mayor medida en los países en desarrollo.
La Organización Mundial de la Salud determina el impacto de la anemia en la salud pública como leve cuando la prevalencia está entre 5 y 19,9%, moderado 20-39,9% y Severo 40% o más. En Latinoamérica, más exactamente en Guatemala, Haití y Bolivia es un problema de salud pública severo, para el caso de Colombia, según la Encuesta de la Situación Nutricional de Colombia (Ensin), en menores de 5 años es un problema de salud pública moderada, al ser 27,5%.
Sin embargo, este problema es más grave para los lactantes entre seis y once meses de edad, con una prevalencia de 59,7%, lo que posiciona la anemia con un impacto severo en la salud pública de Colombia.
La Ensin mostró que el 31,4% de los niños colombianos entre seis y once meses que padecen de anemia, es por deficiencia en el consumo de alimentos que contengan hierro. En el país la falta de micronutrientes como hierro, Vitamina A y Zinc en la alimentación diaria de los pequeños es un problema de salud pública que, como lo evidencia la Estrategia Nacional para la prevención y control de las deficiencias de micronutrientes en Colombia 2014 – 2021, desarrollada por el Ministerio de Salud y Protección Social, trae repercusiones serias en términos de salud y desarrollo económico para las poblaciones afectadas.
Aunque muchos de los nutrientes que poseen los alimentos se desconoce por qué son necesarios, es fundamental conocer cómo debe ser la alimentación diaria y con base en qué vitaminas. "El hierro es un nutriente esencial para todos los seres humanos, especialmente para los niños porque en los primeros mil días de vida es la ventana de oportunidad para que se programe adecuadamente lo que va a ser cuando adulto. Uno de los órganos que más se desarrolla en esos años de vida es el cerebro, que alcanza el 50% de lo que va a ser el volumen total del adulto y en él, están las neuronas que se desarrollan por muchos nutrientes y uno de los básicos es el hierro", explicó Wilson Daza Carreño, médico gastroenterólogo pediatra y asesor médico.
Funciones cognitivas como el lenguaje, la visión y la audición necesitan del hierro.
El primer alimento que contiene hierro es la leche materna, la cual los profesionales de la salud recomiendan darla exclusivamente dentro de los seis primeros meses de vida, tiempo después del cual se inicia con la alimentación complementaria. Si bien los expertos precisan que no tiene gran cantidad de este componente, pero la cantidad es aprovechada al máximo por el bebé porque es de alta biodisponibilidad.
Por su parte la proteína animal, es decir las carnes rojas, contienen grandes cantidades de un tipo hierro, "que es el que se absorbe sí o sí, no hay ninguno de otros nutrientes que impiden o bloqueen el paso de ese hierro hacia el intestino, porque se absorve muy fácil", apuntó Daza Carreño.
Otros alimentos que lo contienen son los que traen los vegetales, pero para este caso sí interfiere con otros nutrientes. Un ejemplo es que al combinarlo con citatos, que están presentes en leguminosas, cereales, este hierro se empieza a bloquear y no se absorbe. O en otro escenario, dar café o té de sobremesa para un niño también podría producir este efecto.
Espinacas, acelgas, los fríjoles y las lentejas también contienen este tipo de hierro. Algunos de los cereales comerciales infantiles, por ejemplo, incluyen sumarato férrico, que es el que aporta el hierro que tiene buena absorción.
En cuanto a la forma de preparación de estos alimentos, el gastroenterólogo indicó que para este caso la única recomendación es no dejarlo hervir por mucho tiempo, pues se pueden restar sus propiedades. "La fritada, por ejemplo, no rompe el hierro ni daña la porción del hierro, lo que sí es importante en las vitaminas y minerales, por ejemplo al sancochar la acelga, las espinacas y los fríjoles pongan a hervir mucho, se pierden muchas propiedades y vitaminas", sostuvo el médico.
Según la Sociedad Europea de Gastroenterología, Patología y Nutrición Pediátrica y Sociedad Norteamericana de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica, a partir de los seis meses de edad, el hierro debe cubrir más del 90% del hierro necesita.
Y por eso, la Academia Americana de Pediatría considera que alimentos ideales para empezar la alimentación complementaria son las carnes en puré y los cereales infantiles fortificados con hierro", apuntó.
Son diversos los síntomas que los padres y cuidadores pueden identificar en los niños por la deficiencia de hierro y/o el padecimiento de anemia, por lo que experto recomiendan consultar a su médico.
Lo anterior ocurre porque "entre los cuatro y los seis meses de edad se nos van agotando esas reservas de sangre que nos pasa la mamá por medio del útero, entonces si cuando se empieza la alimentación complementaria no comemos alimentos ricos en hierro, entonces se empieza a bajar como un tanque de reserva y después se empieza a notar en la sangre que la hemoglobina y el hematocrito bajan", detalló el médico.
Palidez
Inapetencia
Poca ganancia de peso o de talla
Irritabilidad
Cansancio
Alteración en su desarrollo psicomotor (sentarse, gatear, caminar, lenguaje).
Alteraciones en el equilibrio y problemas en la marcha
Alteraciones del sueño
Mal desempeño escolar por dificultades en el aprendizaje (déficit de atención, dificultad en la escritura y menor desarrollo del lenguaje).
Hiperactividad, niños muy inquietos con dificultad para concentrarse.