A lo largo del nuevo año debe darse el acceso a la casa de máquinas, hito que determinará la toma de control sobre el proyecto, y se definirá si EPM debe pagar o no las multas que la sociedad dueña del proyecto le ha venido notificando.
En el ardor por tranquilizar las voces que pregonaban el fracaso de Hidroituango, tras la contingencia de mayo pasado, los responsables del proyecto plantearon con optimismo un escenario en el que en diciembre se retomaría el control del proyecto. Con la cabeza más fría y con la prudencia que una empresa de tal magnitud requiere, quedó claro en poco tiempo que será 2019 el año que marque de manera definitiva el futuro de la central hidroeléctrica más grande del país.
La decisión de inundar la casa de máquinas para que fluyera por ella el caudal del río Cauca ante el derrumbe en uno de los túneles de desviación, hizo que el futuro del proyecto pasara a depender de la toma de control de ese lugar, donde ya se encontraban instalados varios equipos electromecánicos, con vistas a la prevista entrada en operación de la primera unidad de generación a finales de noviembre.
Sin embargo, cerrar las compuertas que permitieron la inundación de la casa de máquinas es la decisión tras una serie de acciones que EPM, como constructor del proyecto, ha venido realizando y que, hasta ahora, según su gerente general, Jorge Londoño de la Cuesta, han tenido resultados “bastante positivos”.
Para el directivo, el hito fundamental tras la contingencia era la terminación de la presa. Luego del llenado prioritario, en la actualidad se termina la construcción de la pantalla bentonítica “que asegura el comportamiento del lleno prioritario y nos asegura que el caudal del río siempre vaya fluyendo por el vertedero”, explicó.
El vertedero, que empezó a operar en la primera semana de noviembre, también ha tenido un buen comportamiento, por lo que el foco central ahora, con miras a la toma de control del proyecto, está en el taponamiento técnico de los túneles de desviación, donde se generó la contingencia que puso en riesgo a los pobladores aguas debajo de la obra.
“Este proceso de taponamiento técnico de esos dos túneles esperamos tenerlos muy avanzados hacia el primer trimestre del año entrante, momento en el cual también estaremos ya pensando en el cierre definitivo de las compuertas de casa de máquinas para empezar el proceso de recuperación formal del proyecto”, insistió Londoño.
Así pues, continúo, “para el año 2019 ya tendremos de alguna manera el taponamiento técnico de los túneles, el cierre de compuertas de casa de máquinas y el inicio del proceso de recuperación del proyecto, que esperamos tener listo, hasta el día de hoy en nuestras estimaciones, en el segundo semestre del año 2021”, finalizó.
Gustavo Jiménez, gerente de la Sociedad Hidroituango, propietaria del proyecto, dijo en diálogo con EL MUNDO, que en la reunión de junta directiva celebrada el miércoles pasado, se informó que, de acuerdo a las recomendaciones técnicas, es posible cerrar una de las dos compuertas por las que está ingresando el agua a la casa de máquinas, en enero, y la otra en febrero.
“Lo que pasa es que se tiene que ser muy responsable con una serie de eventos que podrían suceder cerrando casa de máquinas y eso es lo que se está evaluando”, enfatizó y reiteró que este proceso tiene de fondo “la presión sobre la situación y la ansiedad que nos da a todos de que se cierre casa de máquinas, por eso no podemos cometer un error”.
En este sentido, reconoció que “EPM ha sido siempre muy solícito con nosotros, los dueños del proyecto”.
Cabe recordar que, para ingresar a casa de máquinas, hay tres requisitos: el primero, terminar el muro pantalla, que está en proceso; el segundo, cerrar los túneles de desviación y, el tercero, preparar la descarga intermedia, que garantizará en el futuro el caudal ecológico del río. Estos dos últimos son los que aún están en desarrollo.
Otro aspecto que se aclarará durante el nuevo año tiene que ver con las multas que la Sociedad Hidroituango, a instancias del gobernador Luis Pérez, empezó a notificar a EPM por el incumplimiento de los hitos 7 y 8 del proyecto.
El primer hito incumplido tenía que ver con el llenado de la presa, que debía estar listo el 1 de julio pasado, y el segundo, con el inicio de la generación de energía, previsto para el 28 de noviembre pasado y detrás del cual se reclama, también, una indemnización por el dinero que ha dejado de percibir la sociedad por la energía no vendida.
El debate tiene que ver, primero, con determinar si EPM sí es responsable por los incumplimientos y, segundo, cuándo se pueden hacer efectivas tales multas.
El gerente de la Sociedad Hidroituango, Gustavo Jiménez, explicó a EL MUNDO que existe una interpretación jurídica según la cual, al considerarse que el evento (la contingencia) no es excusable, “nos correspondía a nosotros, dentro de las cláusulas penales de apremio, notificar las multas a EPM por el incumplimiento inicialmente del hito 7 y posteriormente del hito 8”.
De otro lado, añade el gerente, dentro de las cláusulas del contrato Boomt se plantea que hasta que no se incumpla el hito número 9 no se podría cobrar multa alguna. Tal hito se vence en agosto de 2019 y tiene que ver con la entrada en operación de la unidad de generación número 4.
Sin embargo, el Jiménez señala que “hay una concepción jurídica frente a otro título ejecutivo que se firmó anexo al contrato, que puede dar la alternativa de que sí se pueda exigir. Vamos a evaluar desde el punto de vista jurídico si es pertinente hacer el cobro antes o hacerlo a partir del 21 de agosto de 2019”, finalizó.
Frente a la cuestión de las multas, EPM siempre ha reclamado un debido proceso para establecer la responsabilidad frente a la contingencia, para lo cual contrató un estudio con la firma chilena Skava, que se entregará en enero. Por su parte, la Gobernación sustenta su postura en un estudio de la Universidad Nacional que, hasta ahora, no se ha hecho público.
Después de que el ministerio del Interior otorgara el reconocimiento étnico a la comunidad Nutabe que habitaba el corregimiento de Orobajo, en Sabanalarga, EPM tuvo que iniciar un proceso de consulta previa pese a que la comunidad “hoy se encuentra restituida en sus condiciones de vida”, según un comunicado de EPM.
“Eso se está evaluando y se está consultando cuál es el alcance porque el embalse ya está, el vertedero ya está, la presa, todo ya está”, opinó el gerente de la Sociedad Hidroituango, Gustavo Jiménez.
En su comunicado, EPM recordó que durante los estudios previos al proyecto, con el fin de obtener la licencia ambiental, “se encontró una comunidad auto-identificada como campesina y cañonera, con una organización comunal alrededor de una Junta de Acción Comunal (JAC) y algunos rasgos diferenciales propios de su aislamiento geográfico”.
Las entidades competentes emitieron distintas certificaciones “en las cuales se informaba que en la zona de la futura central de energía no se registraba presencia de comunidades étnicas”, panorama que permitió a EPM llevar a cabo los procesos de concertación con las comunidades que se impactarían, sin la obligación de adelantar una consulta previa.
Una vez abierto el proceso de consulta, en respuesta a la Resolución 071 del 19 de mayo de 2017 del Ministerio del Interior, se espera que este termine en marzo de 2019.
“Luego del desarrollo de las concertaciones, se llevará a cabo el taller de impactos que establecerá finalmente los impactos colectivos respecto a la comunidad”, señaló EPM.