El Concejo de Medellín junto a varios de los grandes hombres del futbol antioqueño y colombiano para homenajear a Hernán Darío Gómez por su vida y legado futbolístico.
En la mesa principal del Concejo de Medellín estuvieron este miércoles dos campeones de Copa Libertadores: Francisco Pacho Maturana (1989) y Luis Fernando Montoya (2004). A su izquierda estaban René Higuita, Alexis García y John Jairo Tréllez, tres hombres que desde la cancha también ayudaron a conseguir el sueño del primer título continental para el país y que se deleitaron como niños en el evento y corrieron a abrazar emocionados a dos papás, papás en el fútbol y también en la vida. Uno era Pacho Maturana y el otro era el hombre que motivó ese encuentro: Hernán Darío el Bolillo Gómez.
"Cuando uno llega a este recinto le complace tener la presencia de todos estos niños, porque al final, van a entender la importancia de la amistad de esas personas que Dios le da a uno para ayudarlo a ser mejor", dijo un emocionado Pacho Maturana, ante la presencia de decenas de niños en el público, provenientes de algunos colegios y escuelas de fútbol, abriendo con sus palabras el homenaje al Bolillo Gómez, quien recibió la orden Don Juan del Corral Grado Oro que otorga el Concejo de Medellín a los hijos ilustres de la ciudad.
También Alexis García hizo una sentida intervención para exaltar la vida y la labor de un hombre que lleva el fútbol en su sangre y que hace pocas semanas logró llevar a su tercera selección nacional a un Mundial (Colombia 1998, Ecuador 2002 y Panamá 2018).
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"Alguna vez le escuché al profesor Pacho que uno a través de la vida se defiende con los recuerdos", dijo Alexis, quien precisó que aunque en su vida ha tenido la oportundidad de ver grandes entrenadores de fama mundial, sus máximos maestros siguen siendo el Bolillo y Pacho. "He encontrado en la sabiduría de sus recursos y sus palabras la manera de defenderme en el mundo del fútbol (...) Creo que Hernán Darío Gómez es un lider, y es lider porque saca lo mejor de tí. Es un líder repleto de cariño, sonrisas, amor", expresó García, quien reforzando las palabras de Maturana hacia los niños y jóvenes que estaban en el recinto, les pidió que no olvidarán los rostros de esos hombres que estaban viendo al frente. "Esos rostros que de pronto no los van a alcanzar a dirigir, son los hombres que han hecho grande la historia de este país, de esta ciudad, de nuestro fútbol colombiano. Espero que los miren fijamente y no los olviden jamás porque creo que ahí está reflejado todo lo que ustedes deben llegar a ser", les pidió Alexis a esos muchachos entre el público.
Al final, y luego de que el concejal Alberto Zuluaga Díaz, ponente del homenaje, defendió nuevamente la condecoración al entrenador antioqueño, ante algunas voces disonantes que criticaron el mismo, el Bolillo Gómez tomó la palabra evidentemente emocionado. Y ese hombre recio que ha librado incontables batallas en la línea tecnica, agradeció conmovido la presencia de sus amigos del fútbol y de la vida, así como el público que llegó hasta el Concejo a brindarle un aplauso y un pregón con ese apodo que le puso el Boricua Zarate hace tantos años y que se convirtió en su sello inconfundible.
"Me siento muy emocionado, muy feliz, como si estuviera viendo el gol de Román de Torres. Para mí esto es alimentar mi corazón. He tenido muchos momentos buenos pero también unos muy malucos. Necesitaba este amor, este reconocimiento, estar con mi gente, con toda mi familia a la que extraño y los pienso cuando triunfo y cuando pierdo (...) Esto que estoy viviendo acá es inolvidable, no tengo palabras porque tengo ganas de llorar. Lo que sí le digo a todos los antioqueños, a todos los colombianos, es que yo soy una buena persona", declaró el Bolillo ante el aplauso abrasador de la gente y sus amigos, que este martes, y antes de que se embarque nuevamente en los preparativos para lo que será otra aventura mundialista, ofrecieron un homenaje justo a un hombre que le ha aportado de forma excepcional al fútbol colombiano. Un hombre polémico y exitoso, querido y también odiado, pero que con su carácter se ha labrado su destino y es un símbolo del deporte de este país.