-Punto uno… no podemos quedarnos en una nube sin saber qué ocurre. Claro que todavía pueden llegar a nuestras mentes esas frases de: “me siento encerrada”, “esto está muy duro”, “no me he podido adaptar”, “no me alcanza el tiempo”, “no me aguanto ni al gato”... Claro, somos humanos y no todos tenemos el factor del “equilibrio emocional” en el top 10. Hay que abrir la carpeta de la paciencia y la serenidad. Respire antes de contestar, respire antes de estar a punto de coger a todos los muchachitos y ponerlos en la olla pitadora, respira antes de ver que mientras cambiaba pañales se le quemaron las arepas en el fogón, respire al abrir la nevera y ver que ya casi no hay mercado… Respire profundo, cuente hasta diez y suelte el aire con mucha tranquilidad.

-Punto dos… no es un juego. La respiración serena y tranquila los pondrá como nuevos, a usted y a él. Y a los niños en casa también hay que enseñarles a respirar. Todo tiene solución. Insistimos, no hay que estar pegados de las noticias globales contando a los contaminados y a los muertos. Esto tiene un tiempo. Si los niños les hacen preguntas al respecto del virus, con naturalidad le pueden explicar, pero sin meterles miedo, sin amenazarlos.

-Punto tres… a los chicos de colegio hay que estarles revisando y ayudando en sus tareas, esta crisis es una oportunidad excelente para educar, es enseñarles a pensar, es un reto esa alianza en estos momentos entre colegios y padres de familia, es el momento de la creatividad, puede aparecer el estrés y la angustia pero son circunstancias que hay que verlas de manera positiva. Todo el quehacer diario debe ser una disciplina compartida.

-Punto cuatro… seguro que a una ejecutiva y ahora mamá y ama de casa de tiempo completo, también ya le ha llegado el momento de decir: ¿y ahora qué cocino? Ya no hay lonchera, ni coca, ni la plata para que se compren algo. Ahora son los tres “golpes” fijos puestos en la mesa, igual para dos que para cinco o siete. No puede aburrirlos con arroz, tajadas de maduro y carne frita. Un buen recurso es llamar a mamá, a la abuela, a la tía o a las amigas… las recetas fáciles le van a llover. Ahora es cuando esas torticas de lentejas tan fáciles de hacer son una maravilla, las pastas con sus canelones rellenos de espinacas, las mismas sopitas de patacones, sopitas de menudencia, los sánduches de atún, las sopitas de albóndigas, una tortilla con salchichas y nada más rico que un arrocito blanco caliente con un huevito y hogao. Tenga frutas a la mano, es lo mejor en estos momentos. No se olvide de las “agüitas aromáticas”, sobre todo la de manzanilla y la de jengibre. Puede presentarse en estos momentos esos casos molestos de diarrea, dolor de estómago, vómitos. Todo cambio genera cambios físicos. Tenga lo indispensable en su botiquín de drogas y auxilios y a la mano el teléfono de su médico, de su farmacia.

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-Punto cinco… si usted está embarazada, tiene inquietudes, está a punto de bebé y le asalta el miedo, tenga a la mano el teléfono de su médico. Consulte, pregunte, hable con tranquilidad con su esposo y estén alerta. No se llene de nervios. Tenga fe que llegará el más hermoso ser… Eso sí, no se le ocurra bautizarlo con el nombre de Covid.

-Punto seis… ¿ya le tocó tener el primer “accidente casero” en la cocina? Esto le da pie para que en una tarde de descanso, empiece a ver y revisar todos los instrumentos de su cocina, qué hay bueno, qué está deteriorado, qué se puede cambiar. Es tiempo de darle mucho amor a ese espacio que es donde cobran vida los alimentos. Limpie las neveras, un buen método es el de congelar sustancias, compotas, sopas, carnes, granos, preparaciones que luego en corto tiempo le servirán para una deliciosa cena. Fíjese que verduras y hortalizas tiene para que no se le dañen. La cocina es el espacio con más protagonismo en este tiempo. Aquí todo debe estar limpio, en orden y a la mano para poner en el fogón. Programe comidas saludables y que el sentarse a la mesa sea motivo de alegría.

-Punto siete… no se olviden de sus amigos. Llamen, compartan y tengan presente sus días de cumpleaños o aniversario. El estar en casa no significa “aislar el corazón”, ahora es cuando más presente tenemos que tener a esos seres que son nuestros compañeros de trabajo, nuestros amigos compinches, nuestros familiares amorosos. Tómense fotos y cortos videos contándoles su rutina de nueva vida, el nuevo estilo de vida, compartan alegrías y tristezas del día, esto es darle un buen uso a su celular. Reunidos en familia pueden sacar los álbum de fotografías y recordar momentos de familia y amigos. Mostrarle a los chicos las fotos de mamá y papá en su matrimonio, en su primera comunión, en los paseos y viajes. Hay que hacer divertida cada noche, cada día.

-Punto ocho… la televisión no debe estar prendida para los chicos a altas horas de la noche y menos que menos, dejarlos dormir con el celular debajo de la almohada.

-Punto nueve… papá y mamá seguro que se van a ir a la cama cansados. A ella le puede dar dolor de cintura y a él, dolor de espalda. Es normal esta tensión, entre los dos pueden hacerse masajes, los dos pueden hacer ejercicios de estiramiento. Un buen rato en silencio espiritual con los ojos cerrados, puede ser la mejor medicina para respirar profundo y soltar el aire de todo un día de hogar, de vida nueva.

-Punto diez… no -todo es eterno, después de la tempestad, de una noche oscura, vendrá la calma y un radiante sol.