¿Siguiendo el mismo camino?

Autor: Diana Sofía Giraldo
17 febrero de 2019 - 09:02 PM

Cuando vemos la confusión que precipitó a nuestros vecinos en los remolinos de estos días, es evidente que, en los orígenes, jugó un papel definitivo el desmoronamiento de los partidos políticos. Abrió el espacio para la aparición del chavismo.

Venezuela no cayó de súbito en la abismal crisis económica, política y social que vive hoy. Su gobierno la llevó hacia el despeñadero. Se empecinó en los errores, aplaudido por los propagandistas de la izquierda internacional y la indiferencia de muchas democracias. No escuchó las advertencias. Con los ojos cerrados insistió en unas equivocaciones desastrosas, buscando implantar un modelo de socialismo del siglo XXI. Y resultó un modelo de lo que no debe hacerse. Ojalá sirva, al menos, para que otros no transiten el mismo camino.

Lea también: Gavilla

Cuando vemos la confusión que precipitó a nuestros vecinos en los remolinos de estos días, es evidente que, en los orígenes, jugó un papel definitivo el desmoronamiento de los partidos políticos. Abrió el espacio para la aparición del chavismo.

Ya se habían superado los tiempos difíciles vividos durante la dictadura de Pérez Jiménez, a mediados del siglo pasado.

La recuperación democrática recibió entonces el impulso de los dos grandes partidos. Cubrieron prácticamente todo el espectro político y concentraron sus esfuerzos en el fortalecimiento de la democracia.

La junta militar que asumió el mando convocó elecciones a las cuales se presentó como candidato el Almirante Larrazábal, quien la presidía. Pierde. Respeta el resultado. Asume el mando Rómulo Betancur y se inicia una etapa democrática que parecía duradera, montada sobre un bipartidismo en donde Acción Democrática y Copei se sucedían en el mando, según fuera su suerte en las urnas.

Venezuela demostró que se podían cambiar las dictaduras por gobiernos democráticos, pacíficamente y con la estabilidad que hacía predecible una larga y definitiva recuperación.

Pero los partidos fueron incapaces de superar sus crisis internas. Las pugnas se agriaron hasta alcanzar un alto grado de insensatez, y el descontento popular llegó a extremos peligrosos. Se creó un ambiente propicio al aventurerismo político, que llevó al golpe de estado del coronel Hugo Chávez, un paracaidista que la imaginación popular consideró caído del cielo. La opinión nacional e internacional miró impasible, cuando en su posesión juró, con la mano puesta sobre esta “moribunda constitución”, desempeñar las funciones que, al día siguiente, comenzó a torcer para imponer su socialismo del siglo XXI.

Los partidos ya estaban demasiado débiles para defender las instituciones democráticas e intentaron mirar para otro lado mientras se despedazaba “la moribunda”. Hasta que advirtieron cómo se desintegraban las instituciones. Demasiado tarde. Habían consumido sus fuerzas en las desgastantes luchas internas.

Chávez dominaba a su antojo.

Emprendió la política expansionista, intentando nuevas alianzas, fomentando revoluciones y apoyando gobiernos de corte similar. Combinaba ideología, diplomacia y petróleo, mientras cubanizaba a Venezuela en el interior y emprendía una carrera armamentista.

A su muerte le entregó el liderazgo a quien consideró el discípulo más fiel. Y todos sabemos lo que vino enseguida y sufrimos la catástrofe de estos días. El esfuerzo de inyectarle vitaminas a la democracia venezolana tiene para la comunidad internacional, y en especial para nosotros, un costo inmenso.

Es una trayectoria conocida que comienza a presentar similitudes preocupantes con la atomización de nuestras organizaciones políticas. Y es hora de analizarla con lucidez para que jamás suframos las consecuencias de no aprender la lección.

Le puede interesar: “Atados”

Respiremos hondo y peguntémonos si estamos empezando a recorrer un camino semejante. ¿En qué etapa vamos?

 

Compartir Imprimir

Comentarios:

Edgar
Edgar
2019-02-18 07:59:41
Es una narración para que lean muy detenidamente nuestros políticos de turno, no sea que mañana nos visite el desastre en que vive el vecino venezolano.

Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Empoderándose
Columnistas

Empoderándose

El presidente Duque se ha ido empoderando, tiene conciencia de país, territorio y soberanía. Hay asuntos que nos pertenecen y donde no deben seguir metiendo mano...

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
2
Columnistas /

“Godos” y liberales

Nuestros partidos políticos se alejan de ideologías extranjeras al mismo tiempo que se dedican a ensalzar...
3
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
4
Columnistas /

Néstor Armando Alzate y su periodismo auténtico

Hablar de la vida y la obra del gran amigo y colega Néstor Armando Alzate, escritor, profesor...
5
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
6
Sectores /

Gobierno negó falta de combustible en zona fronteriza con Venezuela

El Ministerio de Minas y Energía informó que es falso que se presente desabastecimiento de combustible en...