Un informe del Ideam sobre la calidad del aire en Colombia puso a Medellín como una de las ciudades con mayores niveles de concentración de partículas PM10 y PM2.5. Expertos conversaron con EL MUNDO sobre las implicaciones de ambas partículas en la salud humana.
El pasado 17 de julio, el Ideam presentó el Informe del Estado de la Calidad del Aire en Colombia para el año 2017, realizado a partir de los datos generados por las estaciones que hacen parte del Sistema de Vigilancia de la Calidad del Aire, operados por cada una de las autoridades ambientales del país.
En este informe, Medellín no salió bien librada: es, junto con Bogotá, una de las ciudades con mayores índices de concentración de PM10 y PM2,5 que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representan un riesgo importante para la salud humana.
La OMS advierte que la exposición prolongada a partículas de 2,5 micrones puede causar “enfermedades cardiovasculares y respiratorias, y cáncer”. Igualmente, estima que en el 2015 cerca de 4,2 millones de muertes prematuras en el mundo fueron causadas por la mala calidad del aire.
Frente al informe del Ideam, el Área Metropolitana, la Secretaría de Medio Ambiente y el Sistema de Alertas Temprana de Medellín (Siata), explicaron que tales datos no fueron interpretados de manera correcta. Carlos David Hoyos, director del Siata, resaltó que más del 40% de las redes de monitoreo del país se encuentran en el área metropolitana y que de las 21 existentes, 18 son poblacionales y tres miden el impacto directo del tráfico sobre la calidad del aire y sobre la salud de los habitantes, por lo que no pueden compararse entre sí.
“Comparar estas tres con las otras es como ir a un hospital, preguntarle a la gente si está enferma y salir a decir que en la ciudad de Medellín hay un alto porcentaje de enfermos porque se midió dentro de un hospital”, comentó Hoyos.
Por su parte, la subdirectora del Área Metropolitana, María del Pilar Restrepo, señaló que la autoridad ambiental está realizando todas las acciones para mejorar la calidad del aire en la ciudad, contenidas en el Plan Integral de Gestión de Calidad del Aire a 2030. El fortalecimiento de las redes de monitoreo, un estudio epidemiológico que la administración adelanta en conjunto con la Universidad de Antioquia, y el trabajo articulado entre las entidades públicas, la empresa privada, la academia y los ciudadanos, son algunas de las destacadas.
Pero, ¿qué tan peligroso es respirar aire contaminado? El Departamento Nacional de Planeación, en su evaluación de la política de prevención y control de la calidad del aire en 2017, señaló que en el 2015 aproximadamente 8.000 muertes en Colombia estarían relacionadas con la mala calidad del aire. El doctor Elkin Martínez López, epidemiólogo y docente de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, está de acuerdo con estos índices.
Para el doctor Martínez, los habitantes de la ciudad son “fumadores en contra de su voluntad”, pues deben soportar el humo producido por los vehículos que, en los últimos años, han aumentado considerablemente. “Cuando respiras estas partículas, los pulmones las van acumulando y, muchas veces, ingresan al sistema sanguíneo, lo que pueden causar múltiples enfermedades”, puntualiza el experto.
Martínez llegó a estas conclusiones después de estudiar, por treinta años, los registros de enfermedades pulmonares y cardiovasculares en Medellín y constatar que, por ejemplo, las muertes por cáncer de pulmón, entre 1980 y el 2012, pasaron de 175 al año a 500: “no podemos atribuir esas muertes solo al tabaquismo o a las industrias, hay que hablar del aumento del parque automotor y de vehículos que despiden material particulado”, enfatiza.
Sin embargo, la doctora María Garzón, epidemióloga y docente de la Universidad CES, no está de acuerdo con este tipo de afirmaciones, pues no están sustentadas en un estudio epidemiológico que demuestre el impacto real de la contaminación del aire de Medellín sobre las muertes por enfermedades cardiorespiratorias.
En el mismo sentido, Rita Almanza, Líder de Epidemiología de la Secretaría de Salud de Medellín, aclara que no se puede confundir a la gente pues “el riesgo cero no existe”. Así, señala que este tipo de enfermedades no dependen de un solo factor y que debería hablarse de prevención: “si mantengo estilos de vida saludables, tengo menores riesgos de presentar enfermedades asociadas a la contaminación que el que no los tenga”, acota Almanza.
Es innegable que Medellín tiene varios retos para afrontar la mala calidad del aire. Por esto, el doctor Martínez enfatiza que la ciudadanía debe exigir medidas más contundentes para la eliminación del riesgo: “hay que pedirle a la Alcaldía que saque los carros viejos y que los reemplace por alternativas limpias”, argumenta.