Renuncié el 27 de septiembre a mi precandidatura con miras a estudiar la posibilidad de recuperar la personería jurídica del aniquilado Nuevo Liberalismo.
Luis Carlos Galán Sarmiento fundó el Nuevo Liberalismo con el objetivo de dar respuesta a la demanda política de una nueva sociedad, producto de la revolución urbana que sufrió el país, que no se sentía representada por las fórmulas obsoletas de hacer política, defendidas por los partidos políticos tradicionales.
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Posteriormente, bajo un marco de entendimiento con el Partido Liberal, pretendía entre otros, impulsar reformas que promovieran la justicia social y un sistema de decisiones que garantizara la participación de todos los liberales en la definición de la candidatura presidencial. Es decir, una consulta popular que se llevaría a cabo en marzo de 1990, la cual, luego de una campaña de exterminio contra el partido, no se dio por su asesinato.
A propósito, en el 2017 participé como precandidato con la única condición de que la elección se hiciera por medio de una consulta popular en el mes de marzo de 2018. De esta manera, se hubiera aprovechado la infraestructura de las elecciones al Congreso, lo que le hubiera ahorrado costos al Estado y, sin duda, habría dado lugar a una alta participación. Ante la negativa del director y de los otros precandidatos, se hizo una consulta en frío, donde sólo votaron 744.521 personas, a un costo de $40 mil millones de pesos.
Teniendo en cuenta lo anterior, es pertinente señalar que renuncié el 27 de septiembre a mi precandidatura con miras a estudiar la posibilidad de recuperar la personería jurídica del aniquilado Nuevo Liberalismo. Así, luego de evaluar la viabilidad jurídica, junto a antiguos militantes y dirigentes, se radicó el 9 de noviembre del año pasado esta solicitud negada por el Consejo Nacional Electoral. Al respecto, anhelamos, como muchos colombianos que el Consejo de Estado acceda a este clamor y tome una decisión favorable.
Por tal motivo, una vez ésta sea otorgada, lucharemos por la implementación de los acuerdos de paz, por la igualdad de oportunidades y la equidad, por el medio ambiente, por un nuevo enfoque de política de drogas que no criminalice a los más débiles. Así mismo por la reivindicación de los ocho millones de víctimas del conflicto, que en este momento se encuentran abandonadas por el Estado y contra el clientelismo, para que no siga mediando las relaciones entre el Estado y la Sociedad. En fin, por un país de oportunidades para todos.