Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, el agua, en diferentes sectores del valle de Aburrá, se ha presentado con un aumento de color que llamó la atención de los usuarios. EL MUNDO averiguó qué fue lo que pasó.
Durante los últimos tres meses varios usuarios al norte, sur y al centro occidente del valle de Aburrá manifestaron, por diferentes medios y redes sociales, la presencia de color en el agua que salía de los grifos de sus residencias. Molestos, denunciaron una supuesta irresponsabilidad de la empresa proveedora de este servicio, en este caso Empresas Públicas de Medellín.
Sin embargo, no es la primera vez que esto sucede y según EPM no hay riesgo alguno para la salud de los consumidores, clientes y usuarios.
Este fenómeno de aumento en la presencia de color en el agua se da de manera natural y corresponde a diversos factores que pueden alterar el color, el sabor e incluso el olor.
Planta San Fernando, una de las plantas de EPM donde se trata el agua que llega a algunas casas del valle de Aburrá.
Foto: EL MUNDO
Para referirse a este suceso, Jorge William Ramírez, gerente de Provisión de Aguas de EPM, habló de tres momentos importantes relacionados con la calidad del agua.
El primer evento en la planta Ayurá que se dio entre septiembre y octubre; el de la planta Manantiales entre octubre y noviembre y el tercero atendió al lavado de redes el pasado fin de semana del 9 y 10 de noviembre.
El primer momento fue en Planta Ayurá que atiende a todo el sur, allí, según Ramírez en la historia reciente del manejo de ese embalse, se presentaron unos aumentos considerables en el componente del manganeso (Mn) que nunca antes habían marcado tal medida en el embalse La Fe.
“Lo que hubo que implementar allí, fue unos equipos especiales para combatir ese componente, que era la alta presencia de manganeso (Mn). Resulta que el proceso de remoción del manganeso, y que en el proceso de oxidación de ese elemento, significa un aumento del color. Lo que se hizo fue una instrumentación de la planta con el tipo de dosificación de dióxido de cloro (ClO2) que ayudaron a remover esa presencia de manganeso e igualmente a controlar las condiciones de color”, indicó el gerente de Provisión de Aguas.
El segundo evento, prosiguió Ramírez, similar al primero, se presentó en el embalse de Río Grande II. Genera aumento de color, aumento de manganeso igualmente presencia de color en la Planta de Potabilización Manantiales, que es la que atiende a todo el sector norte.
Entre las dos plantas, Ayurá y Manantiales se atiende a casi el 92% del agua en todo el sistema interconectado que tiene EPM en el valle de Aburrá.
“Esas condiciones de color en ningún momento han afectado las condiciones de potabilidad y los elementos que ha dispuesto EPM, la infraestructura, los equipos de potabilización y de dosificación de dióxido de cloro (ClO2) han permitido remover ese manganeso (Mn) y garantizar otra vez cumplimiento de normas”, puntualizó Ramírez.
Por último, sobre el evento que se dio durante el segundo fin de semana del mes de noviembre, el gerente de Provisión de Aguas dijo que se debió a hechos diferentes a los dos momentos ya mencionados: “Este es un evento rutinario de mantenimiento que fue programado y que fue anunciado a los clientes, que podían percibir aumentos de color en algunos barrios de Medellín, Itagüí, Sabaneta, La Estrella y efectivamente, se presentaron algunos momentos sobre todo en dos barrios que están muy cerca del sector del Rodeo: Altavista y por otra parte en el circuito Belencito, esto derivado de esa actividad que se había anunciado de mantenimiento”.
Sobre la potabilidad de esta agua, Jorge William Ramírez, fue insistente en afirmar que esta presencia de color en el agua que es atendida por estas plantas “es un agua que es apta para el consumo humano, es agua potable porque estamos cumpliendo normas que es estar por debajo de 15 unidades de color. Lo que pasa en estos casos, es que el aumento de color aunque está por debajo de las cinco unidades, es percibido por el ojo humano, entonces genera rechazo por parte del cliente, pero en ningún momento deja de cumplir las condiciones de potabilidad”.
EL MUNDO quiso conocer además la opinión de un especialista en temas químicos y ambientales y le consultó acerca de estos eventos que se presentan en diferentes momentos del año en el agua que es atendida por EPM.
Juan Guillermo Uribe Zapata, exdocente de la Universidad de Medellín e ingeniero químico especialista en tecnologías ambientales y producción limpia, explicó que hay parámetros y compuestos que le pueden generar afectaciones al agua natural y que la afectación de la cual se viene hablando en estos días se debe a la presencia de color en el agua, un color rojizo, café o amarillo como lo han percibido muchas personas. Ese color se debe a dos compuestos que son el hierro (Fe) y el manganeso (Mn).
Estos son compuestos que de manera natural están en el suelo, están presentes como pintas que se pueden encontrar en el suelo pero por la humedad del mismo y, en el caso de Medellín, la mayoría de fuentes abastecedoras de agua, para tratar, potabilizar y distribuir el agua a la comunidad se hace desde embalses, como es el embalse de Piedras Blancas, el embalse de La Fe y el embalse de Río Grande II que queda en el norte de la ciudad.
“Cuando se llena el embalse de agua, el fondo del embalse no tiene presencia de oxígeno, es decir, desde el punto de vista química es un medio reductor y como medio reductor lo que hace es que ese hierro (Fe) y ese manganeso (Mn) que están en el suelo, se solubilizan y pasa de estar al suelo para estar al agua y en el agua bajo esas condiciones en el fondo del embalse es incoloro e insoluble en el agua. Cuando se toma el agua en las captaciones y se lleva a las plantas de tratamiento en ese proceso, el oxígeno del aire que entra en contacto con el agua genera óxidos de estos compuestos, óxidos de hierro (Fe2O3) y óxidos de manganeso (MnO2). Esos dos compuestos al momento de llegar a la planta de tratamiento dependiendo de su concentración le van a imprimir al agua un color amarillo y rojizo”, señaló el ingeniero.
El manganeso y el hierro son dos metales no tóxicos, es decir que no tienen una afectación a la salud, son micronutrientes y los necesitan tanto las plantas como los seres humanos. Estos metales están presentes en algunas vitaminas y suplementos vitamínicos. La afectación se genera en el agua y cuando existe una alta concentración de estos elementos, se puede generar un sabor o un posible olor en el agua. Sin embargo lo que se presentó en los últimos meses fue una presencia de color.
“En este caso las empresas que se encargan del abastecimiento del agua tienen implementado, cuando esto es muy constante, procesos de oxidación de estos compuestos con cloro (Cl) para evitar que se presente la coloración en el agua. En este momento lo que podemos decir es el agua que se está captando para llegar, debido a condiciones de corrientes en el embalse, el nivel del embalse y de la cantidad de agua que se toma desde las bocatomas o desde los sumideros para llevar a la planta de tratamiento, arrastra ese hierro (Fe) y ese manganeso (Mn) que están solubles en el agua y al entrar en contacto con oxígeno en el tratamiento en la planta se precipitan generando la coloración”, insistió el especialista.
Sobre el rechazo que genera el color del agua producido por estos elementos químicos no tóxicos para la salud humana, el ingeniero dijo: “para muchas personas la idea que se tiene es que el agua está sucia, que es lo normal que pasa cuando se hace un mantenimiento en una línea de conducción de agua potable que cuando el agua nuevamente se da al servicio, vienen con lodo, viene con barro, entonces se ve el agua sucia pero es la tubería que son enterradas y viene ese lodo. Ahora como lo ven tan constante, las personas piensan que es suciedad, que es agua contaminada y lo que estamos teniendo es la presencia de un metal en el agua que nos está generando coloración”.
El ingeniero afirmó que no es posible que estos eventos se prevean por varias condiciones: “En estos momentos tenemos unas condiciones climáticas diferentes a las que teníamos marcadas: condiciones de invierno, verano y transición, pero con el cambio climático ya no podemos predecir y lo que sucede en los embalses con esta situación y estos compuestos es que se presenta una condición geoquímica del suelo con el agua. Así, cuando tenemos presencia de lluvia y aumentan caudales lo que sucede es que las corrientes de agua que puedan llegar a los reservorios pueden generar perturbación o turbulencia y se da el arrastre y levantamiento de estos compuestos”.
Además, “en épocas de verano lo que sucede es que se baja el nivel de los embalses, se tiene que captar el agua de zonas más profundas y se puede presentar arrastre del material. Empresas Públicas también lo tuvo con la planta de Manantiales, con el embalse de Río Grande II, que tiene en los suelos altas de presencias de hierro y manganeso, eso se presentó desde que se inauguró la planta. Ellos lo han mantenido controlado y en ciertas épocas del año se pueden presentar, pero no se puede prever. Sin embargo, ellos ya saben que cuando entran los niveles saben lo que tienen que hacer en cuanto a procesos para disminuir, pero en la mayoría de las aguas del mundo que tienen ese tipo de suelos, siempre va haber presencia de este tipo de compuestos y va a darse por condiciones de nivel freático, arrastre y sobre todo en reservorios que sus condiciones son reductoras, que son embalses que tienen profundidad de 60 - 100 metros de profundidad y que en el fondo se favorece que se pueda disolver ese compuesto del suelo al agua”.
Aunque estos eventos pueden ocurrir en diferentes momentos en un año, en algunos lugares el color, el sabor o el olor del agua se puede presentar de manera constante durante varios años o meses. Sobre esto, aclaró el ingeniero, no es lo mismo que sucede con los compuestos químicos, sino que se puede tratar de unas tuberías de muchos años sin mantenimiento o de tanques sin el lavado correspondiente.
“EPM garantiza la calidad del agua hasta que a nosotros nos llegue al contador del agua. De ahí en adelante, para adentro, nosotros somos responsables del manejo que hagamos con el agua. Muchas personas dicen que el agua está llegando muy sucia, pero resulta que si las casas son de construcciones de muchos años y tienen tubería de hierro, esas tuberías presentan problemas de oxidación, se forma una película cuando el agua tiene hierro (Fe) y manganeso (Mn) más la oxidación de tubería y le da sabor al agua. No es en el agua potable sino por las líneas de conducción”.
Así mismo, en las propiedades horizontales el agua entra a los tanques en el primer nivel, el agua es bombeada a terraza para favorecer por gravedad la distribución y en ese caso es responsabilidad de la propiedad horizontal hacerle mantenimiento a los tanques, mantenimiento a las líneas, lavado, hacer los análisis de esos tanques para garantizar que no haya contaminación.
“Los tanques pueden estar llenos de moho, lodo y eso puede facilitar una recontaminación, pero no es culpa de Empresas Públicas. Debe ser la administración y los propietarios por intermedio del consejo que le deben exigir a la administración que le haga mantenimiento continuo, análisis a la calidad del agua, para que se garantice que se esté haciendo un buen almacenamiento y que no se estén afectando la calidad del agua que se está entregando a los apartamentos”, puntualizó el especialista.
Cuando se presenten los aumentos de color en el agua, es recomendable al momento de lavar prendas de vestir o textiles, no usar blanqueadores, pues se puede fijar este color en las prendas y así generar una tinción.
Se recomienda también estar al tanto del mantenimiento y lavado de infraestructuras, tanques y redes internas de su vivienda, edificio o condominio, para evitar posibles contaminaciones del agua por microorganismos.