El gobierno de Iván Duque ha sido responsable al poner la vida por encima de los intereses económicos.
En estos momentos tenemos que resolver el dilema del juego infantil de policías y ladrones, cuando se le decía al compañero de juego “la vida o la plata”. Y no es para menos, vemos que sociedades como Estados Unidos y Brasil, le han apostado a la plata y no a la vida, lo que los ha convertido en el centro de la pandemia en nuestro continente, pero peor aún, es el número de fallecidos.
El sector empresarial colombiano, con toda la razón, presiona al gobierno para flexibilizar el aislamiento obligatorio por uno inteligente que permita a la industria y el comercio reiniciar sus actividades, salvaguardando todas las medidas de bioseguridad posibles para garantizar la vida, antes que la plata. En este sentido, el gobierno de Iván Duque ha sido responsable al poner la vida por encima de los intereses económicos.
El país ha visto como ha ido incrementándose el número de personas contagiadas con el virus, prácticamente en los últimos quince días se ha duplicado, lo que nos llevaría a reflexionar si haber incluido algunos sectores económicos dentro de las excepciones hubiese sido lo ideal en ese momento.
Sería interesante que desde el Ministerio de Salud en conjunto con el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, hicieran una investigación sobre la actividad económica donde laboran las personas contagiadas en las últimas semanas para saber la correlación entre ellas, antes de hacer la flexibilización inteligente a partir del primero de junio e ir extendiendo la apertura de los negocios a través de las semanas.
Pero también se debe llamar la atención a los mandatarios locales que mantienen el pico y placa como medida restrictiva de circulación en las ciudades, porque al abrir más espacios económicos más personas utilizarían el servicio público masivo de transporte, así en ellos se conserve el 35% de ocupación y las medidas de bioseguridad, los riesgos de contagio se incrementarían, la idea es flexibilizar el pico y placa en las ciudades y qué sea acorde con el pico y cédula, además acorde con los horarios laborales de entrada y salida de los trabajadores, para evitar las conglomeraciones en los sistemas masivos de transporte.
También desde el alto gobierno se ha ido pensando en la flexibilidad en los centros educativos para desarrollar las actividades académicas de manera mixta, sobre todo en aquellas en las que se requiere el uso de los laboratorios de manera presencial, pero allí, se debe tener en cuenta a los estudiantes de provincia: muchos de ellos lograron retornar a sus lugares de origen para continuar de manera virtual con los estudios, pero, si el gobierno no abre el transporte público terrestre y aéreo para que ellos pueden retornar a la ciudad sede del claustro académico se presentará un problema para la comunidad académica porque debería adaptar el modelo mixto para los estudiantes que están en sus ciudades de origen puedan continuar sus estudios y garantizar el derecho a la educación que tienen como estudiantes activos en la institución correspondiente.