Tres características de los procesos electorales en Ecuador que no son comunes a muchos países de América Latina hacen interesante las reglas del juego y las variables a considerar en el proceso electoral.
En medio de una compleja situación económica de la Nación como lo ha evidenciado el mismo presidente Lenin Moreno, 13 millones de ecuatorianos van este domingo a las urnas para elegir sus alcaldes, prefectos (ejecutivo regional) concejos cantonales, juntas parroquiales; entre otras decisiones de orden político que vaticinan un gradual paso del péndulo desde izquierda sembrado por una década de gobierno del expresidente Rafael Correa, esta vez a la derecha con una hegemonía de partidos como el Social Cristiano y otros que catalizan un un hastío enorme del ecuatoriano con la propuesta de izquierda.
Ecuador es un país que fusiona dos países desde el poder político y económico: La sierra y la costa. En la sierra está Quito la capital política y hay un pensamiento mayoritario más ligado a las corrientes de centro e izquierda y más orientado desde el ámbito político a las regiones de la periferia con una promesa de descentralización que no se cumple. De otro lado está el Ecuador de la costa, liderado por una clase empresarial y económica radicada en la ciudad más grande del país, Guayaquil, donde hay un alcalde que completa 16 años en el poder, es bien evaluado y ahora cedería su lugar a una mujer, para buscar la Presidencia de la República en 2021, donde seguro podría enfrentarse a un correista o a alguien procedente de algún partido de izquierda en un debate que será apalancado por los resultados que pudieran darse en los recintos electorales este domingo.
Tres características de los procesos electorales en Ecuador que no son comunes a muchos países de América Latina hacen interesante las reglas del juego y las variables a considerar en el proceso electoral. Primero: las normas electorales permiten el voto facultativo de 16 a 18 años. Segundo: las personas mayores de 18 años están obligadas a votar so pena de una multa y tercero: el mayor elector bajo el método D´Hont al concejo se convierte en vice alcalde de Cantón, lo cual es una gran oportunidad en los casos donde opera según la población, para darle contrapeso a un gobierno desde la corporación pública.
Suena todo muy bien en la norma y el papel, pero lo real en Ecuador es que es un país donde el perfil social de sus habitantes se cruza con una historia fragmentada por dictaduras, regímenes autoritarios, un movimiento étnico y un poder militar que es beligerante e históricamente ha puesto sobre la mesa de la democracia su brazo en un pulso fuerte con los movimientos ciudadanos, bajo la débil sombra de unos partidos que languidecen y cuya muerte parece en cada proceso electoral, cada vez más cercana.
La economía poco a poco reverdece en Ecuador, luego de años florecientes que se oscurecieron por un aislacionismo y una distancia con la inversión extranjera en la que sumió Rafael Correa esta nación, con varias decisiones que apuntaban a socavar los pesos y contrapesos necesarios no solo desde el escenario de la política sino desde otros ámbitos como el productivo; lo cual a la postre no pudo cumplir bajo su propósito de generar mayor equidad. Como ha ocurrido en Argentina o Chile, la izquierda ecuatoriana también se vistió de seda y piel de oveja, proponiendo medidas populistas bajo el disfraz de la equidad, mientras los más poderosos líderes discípulos de las corrientes chinas del socialismo, llenaban sus bolsillos con el dinero de ese mismo pueblo al que decían defender.
Este domingo en las urnas, bajo paradigmas bien distintos a los que han vivido en los últimos 12 años, los ecuatorianos irán a los recintos electorales regionales y pese a que un 72% (Cedatos Ecuador) siente resistencia por la clase política; la gran mayoría votará para evitarse el pago de una multa y según algunas encuestas realizadas en la sierra y la costa por empresas privadas y campañas políticas, es muy factible que esta vez el péndulo vaya a la derecha y perfile un poder presidencial hacia el 21 con la misma inclinación.