El desafío mundial de encarar las actuales tensiones geopolíticas para construir una paz sostenible y el papel preponderante del desarrollo sostenible en ese reto, fueron los temas centrales del segundo día de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz.

Allí, el representante permanente de Kenia ante la Organización de las Naciones Unidas, Macharia Kamau, señaló que para ello “tendremos que invertir en la diplomacia para la paz, reconociendo que la diplomacia y la paz, no solamente se tratan de una falta de guerra, ni de una ausencia de conflicto”.

En ese sentido, el keniano puntualizó que dicha interrelación “es fundamentalmente un desafío para el desarrollo, para construir la igualdad y deshacerse de la desigualdad en nuestras sociedades” y afirmó que los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que las naciones se han trazado cumplir al 2030, “son nuestro plan maestro para salvar el planeta” como hábitat de la humanidad.

Es por esa razón que, en palabras de Kamau, “si nosotros no cambiamos la forma en que hemos venido impulsando la industrialización y su efecto sobre el clima, sobre los recursos naturales, sobre los suministros, no vamos a tener un planeta que habitar en el futuro”.

El diplomático aseguró que “en los diferentes países en que tenemos en situaciones de no paz y violencia, esas naciones tienen grandes dificultades manejando sus recursos, sus ecosistemas, hay una relación directa” y concluyó agradeciendo el impulso que Guatemala y Colombia ejercieron al proponer al mundo los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

De otro lado, Hoesung Lee, presidente del laureado Panel Internacional para el Cambio Climático, explicó que, en su opinión, no existe una contradicción entre el manejo de la biodiversidad y un buen modelo de desarrollo sostenible, sino que, por lo contrario, tienen una relación sinérgica.

Hoesung señaló que el manejo del cambio bioclimático es tanto una oportunidad como un vehículo para el desarrollo y también plantea soluciones para lograr las metas del desarrollo sostenible.
El representante de la organización galardonada con el Nobel de Paz, especificó también que hay una interrelación directa entre las condiciones climáticas y la salud del ser humano: “Mitigar el cambio climático ayuda a la salud de la gente y mejora la productividad de la economía”, ya que “mejorar la eficiencia energética también va a reducir el consumo de energía para la actividad económica”.

En caso contrario, expresó Hoesung, “el cambio climático va a agravar la pobreza, generará más hambre y problemas de seguridad alimentaria”, puesto que “el empeoramiento del cambio climático atacará todos los elementos críticos para la subsistencia de la humanidad”.

Bajo ese mismo enfoque, Carlos Trotta, presidente de Médicos Sin Fronteras para Latinoamérica, expresó que “hay que considerar a la salud mucho más allá del abordaje de las enfermedades, porque ese es un abordaje insuficiente. El concepto es más amplio, pues si hablamos de los determinantes sociales, económicos y políticos de la salud, la paz es uno de esos determinantes”.
Trotta, quien lidera dicha organización, laureada en 1999, amplió que “la paz está amenazada en el mundo. Estamos en presencia de un escenario geopolítico de barbarie y las perspectivas son que esto siga así y que aun, empeore. Por eso en lo inmediato, es necesario crear espacios de humanidad”.

El líder ejemplificó con el caso particular de Médicos Sin Fronteras, cuyo objetivo y ejercicio práctico ha sido “preservar la vida, aliviar el sufrimiento, restablecer la dignidad, porque cada día millones de personas sufren la violencia, la guerra, el desplazamiento, las hambrunas, los desastres, la falta de acceso a la salud y los medicamentos”. 

Trotta consideró que “la paz está amenazada, pero también lo está la acción humanitaria. Considerar al otro como ser humano, está siendo un blanco más de la estrategia de la guerra. Hospitales, personal sanitario y pacientes están siendo bombardeados, atacados, causando destrucción y dejando sin atención a miles”. Este tipo de acciones no es nuevo, subrayó, “pero ahora son los estados los que atacan, en lugar de los terroristas”.

“El proceder de la guerra actual no tiene límite”, concluyó.

Tomar acción

Durante el debate sobre Paz y Desarrollo Sostenible, la directora del Instituto Humboldt, Brigitte Baptiste, insistió en que “no podemos optar por refugiarnos en nuestros hogares, pensando que el mundo transcurre afuera, que está a cargo de otros, porque no es cierto, el mundo está a cargo de nosotros”.

La investigadora señaló que este proceso de tomar acción, empieza por “renovar nuestra conexión vital, volver a pensar que el planeta vivo es el que sostiene a la humanidad y produce todos los elementos para que la humanidad supere sus necesidades”.

Baptiste concordó finalmente en que “no hay una contradicción entre el manejo de la biodiversidad y un buen modelo de desarrollo, pero ese modelo no es algo que hayamos visto antes. No se trata de alcanzar aceleradamente lo que no logramos en el siglo XX, porque eso sería replicar los errores del pasado”.