Aunque hasta cierto punto las empresas son libres de decidir cuánto pagan a los trabajadores -siempre y cuando no sea menos del SMLV- es muy común encontrarse con prácticas inapropiadas durante la oferta y contratación.
¿A usted le parece justo su sueldo? Si su caso es como el de la mayoría de las personas que conozco supongo que responderá que no, ya sea porque cree que trabaja más horas de las que debería por esa cantidad de dinero, porque lo que gana no va acorde con la dedicación y el esfuerzo que usted invirtió en sus estudios, porque no cree que eso sea lo que valen sus capacidades o porque no le alcanza para mucho; a esto se le suma el hecho de que le guste o no su trabajo, de que se desempeñe en el área en el que se especializó o si trabaja en lo que le tocó, esto último no sólo por falta de oportunidades laborales sino porque en ocasiones se aceptan trabajos sólo por necesidad.
Según el informe Escala mínimos de remuneración 2018 publicado por la organización Enlace profesional, red de comunicaciones de graduados de Antioquia, el salario mínimo laboral, en términos fijos y en los honorarios por prestación de servicios, está muy por encima del SMLV para cualquier nivel de formación superior, lógicamente esto se encuentra establecido en categorías que se dan según los niveles de estudio y de experiencia laboral, y aunque en muchas ocasiones se ofrecen salarios superiores a los $ 781.242, (que es el salario mínimo legal vigente del 2018) estas ofertas no son ni siquiera cercanas a lo establecido en la tabla de mínimos salariales; el aumento que se ofrece puede considerarse una miseria para un profesional.
Aunque hasta cierto punto las empresas son libres de decidir cuánto pagan a los trabajadores -siempre y cuando no sea menos del SMLV- es muy común encontrarse con prácticas inapropiadas durante la oferta y contratación. Los recién graduados se suelen encontrar con muchas dificultades al momento de la elección de un trabajo, una de ellas es precisamente la preocupación por el pago que les suelen ofrecer; muchos aceptan cualquier trabajo aunque no tenga nada que ver con su área de conocimiento, ya sea porque ganan más en estos, porque no consiguen un trabajo según su especialidad o porque realmente necesitan trabajar y conseguir dinero.
Otros se centran en buscar por tiempo indefinido un trabajo en el que se sientan bien, en el que ejerzan y practiquen lo que estudiaron y en el que además les paguen de acuerdo con lo que ellos consideran justo y por ello se quedan largas temporadas sin trabajar, y no es porque crean que les deben pagar lo que dice en la tabla sino porque buscan un pago justo por su conocimiento y por su desempeño.
Los recién graduados se ven enfrentados a una crisis de oferta salarial patrocinada por la sociedad, que suele presionar con ideas como “uno tiene que aceptar lo que sea porque lo importante es ganar plata”, “hágalo por la experiencia”, “usted no puede aspirar a que le paguen una millonada”, “no sea tan exigente”, “eso es lo que hay”, “trabaje ahí porque igual le van a pagar”; patrocinio del cual se lucran las empresas contratantes que hacen caso de los anteriores lemas inauditos y comunes, aprovechándose de ellos para así encontrar una justificación a la precariedad de sus salarios.
Lo más triste de todo es que muchas personas se encuentran en la necesidad de obtener dinero y es por ello por lo que deben aceptar trabajos mal pagos, trabajos para los que no están preparados o de los cuales no les interesa nada y en el que sus capacidades no se ven potencializadas. Y la cadena sigue creciendo, si tú no aceptas un salario bajo, otro lo hará, por la razón que sea, y cada vez se hará más grande la crisis salarial y por ende, laboral.
*Estudiante de Filosofía de la Universidad de Antioquia, miembro del equipo La Urna Abierta