La vida de Jorge Sivak, uno de los banqueros más reconocidos en Argentina en el siglo XX y con ideología comunista, se tomó la Filbo, donde su hijo narró a través de la obra El salto de papá el camino que este recorrió hasta el suicidio.
La vida de Jorge Sivak, uno de los banqueros más reconocidos en Argentina en el siglo XX y con ideología comunista, se tomó la Filbo, donde su hijo narró a través de la obra El salto de papá el camino que este recorrió hasta el suicidio.
El autor, Martín Sivak, aseguró a la agencia de noticias EFE que es una "historia que tenia atragantada desde los 15 años", edad que tenía cuando murió su padre, y señaló que es un texto que gira entorno a la política de su país, en la que su familia siempre estuvo inmersa.
"Escribí desde el amor, desde el afecto, cosas que mi papá no le hubiesen gustado que contara sobre él o de la historia familiar, por ejemplo los orígenes financieros de la empresa, que nació con fondos no declarados del Partido Comunista", agregó.
Martín señaló que si bien para él es una contradicción dirigir un banco y asistir a clases sobre Marx, como hacía su padre, para Jorge era considerable tener dinero porque el objetivo final "supuestamente era cambiar el mundo".
"En la familia estaba mal visto ostentar dinero, mi papá tenía sobreactuaciones con eso, era dueño de un banco, teníamos vida de rico, pero él no se lavaba el pelo con champú porque era una
costumbre burguesa", afirmó Martín, quien dice que su padre vivió sin resolver la dicotomía entre "ser rico o comunista".
Asimismo, Martín cuenta a través de las 307 páginas del libro, impreso por Seix Barral, del grupo Planeta, cómo la quiebra del banco de su padre y la muerte de su tío Osvaldo Sivak lo afectó hasta el punto de tomar la decisión de saltar en diciembre de 1990 desde el piso 16 de un edificio.
Para la narración, la cual elaboró durante siete años, Martín Sivak tomó referencias de obras como "Patrimonio: una historia verdadera", de Philip Roth; "Carta al padre", de Franz Kafka, y "El
olvido que seremos", de Héctor Abad Faciolince, entre otros.
"El libro de Héctor Abad me conmocionó por ese nivel de proximidad que sentía por el autor aunque sabía muy poco de él, cuando Abad decide no contar sobre algunas de las cartas de su padre lo tomé como una suerte de advertencia, uno no cuenta todo", afirmó.