Durante la instalación de la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz, la laureada yemení Tawakkul Karman aseguró que Colombia es hoy un ejemplo para el mundo y que los afectados por el conflicto no son víctimas, sino héroes del perdón.
En un ambiente marcado por discursos de rechazo al gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se instaló ayer en Bogotá la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz. Hasta el Gran Salón de Corferias llegaron, procedentes de los más diversos rincones del mundo, 31 ganadores del Nobel, que coincidieron además en destacar el ejemplo que está dando Colombia a otros países en materia de reconciliación.
La periodista yemení Tawakkul Karman, reconocida activista que durante la Primavera Árabe fue popularmente nombrada como “la madre de la revolución” y que fue galardonada con el Nobel en el 2011, dijo sentirse muy feliz de estar “en un país que está renaciendo de nuevo y entre todos sus ciudadanos están descubriendo lo que es una vida sin guerra”.
Karman envió un frontal mensaje a las víctimas del conflicto: “Ustedes nos han demostrado tener un gran corazón, ustedes no son víctimas, son héroes reales y la historia los va a mencionar a futuro, va a destacar el sacrificio que están haciendo por la paz y no por la venganza”, acuñó indicando que “lo mejor que han hecho los colombianos y lo mejor que pueden ofrecer al mundo es construir una paz duradera, y que sea una paz basada en la justicia. Y cuando hablamos de la justicia, no es la venganza. La justicia no es la matanza”.
A su turno, el expresidente de Costa Rica, Óscar Arias, utilizó un fragmento de la novela Historia de dos ciudades, de Charles Dickens, para exponer que “vivimos en los peores y en los mejores tiempos”.
Sobre los peores tiempos, señaló: “Estoy seguro que estamos pendientes de lo que puede pasar en el país más poderoso de nuestro continente. Un país en que la insensatez, la violencia, el odio están creciendo de manera espeluznante”.
Arias, laureado en 1987 por su participación en los procesos de paz en Centroamérica, acotó haciendo referencia a la novela 1984, que “la ignorancia es la fuerza, nos dijo Orwell. El autor nos describe un gobierno que define la verdad y vemos a las nuevas autoridades norteamericanas como en el libro, que nos presentan hechos alternativos, que nos dicen que el cambio climático no es producido por el hombre”.
El exmandatario manifestó su tristeza por “cómo se intenta continuar con la construcción de un muro que dividirá no solamente pueblos sino también consciencias” y señaló que “los líderes de la democracia más grande del mundo le faltan al respeto a los derechos humanos y a la diplomacia internacional”, lo que hace que “estemos viviendo el invierno de la desesperación”.
De otro lado, anotó Arias, “son también los mejores tiempos, es la era de la sabiduría, es la época de la creencia. Hoy Colombia se está transformando en una luz para el mundo” y agregó que “Colombia nos ha demostrado que, contra todos los pronósticos, está a punto de consolidar una paz que su pueblo ha anhelado por décadas y que para muchos parecía imposible”.
A su turno y el papel de anfitrión, intervino el presidente de la República, Juan Manuel Santos, quien afirmó que “Colombia es la patria del realismo mágico y hoy, por fortuna, la patria de la paz”.
Santos dio la bienvenida al país a los laureados y afirmó: “Llegan ustedes a una Colombia diferente a la que existía hace apenas tres meses, cuando todavía estaba vigente en nuestro país el conflicto armado más largo y antiguo del Hemisferio Occidental”.
“Miren esta afortunada coincidencia con la Cumbre que hoy instalamos: esta misma semana está ocurriendo algo que los colombianos habíamos soñado por mucho tiempo pero que las últimas tres generaciones ya no creíamos posible”, subrayó Santos haciendo referencia a la concentración de las Farc en las zonas veredales para su desmovilización.
Finalmente, el mandatario se refirió a las víctimas del conflicto y manifestó que “ellas nos enseñaron a todos los colombianos que es posible perdonar, que es posible ser generosos, que es posible abrazar la reconciliación, y lo hicieron con altruismo, pensando no sólo en ellas sino en que no hubiera nuevas víctimas en el futuro”.
“Es comprensible”
El expresidente de Timor Oriental, laureado en 1996 por su lucha pacífica contra la invasión de Indonesia, José Ramos Horta, argumentó que si existen personas que no creen en el proceso de paz de Colombia, “es comprensible”.
“Sé cuán difícil es perdonar y reconciliarse con aquellos que nos hicieron daño”, dijo el exmandatario y agregó que “a quienes no comparten lo definido en los acuerdos, les pido que les den un tiempo de gracia”, porque todo proceso tarda en consolidarse.
Haciendo un paralelo comparativo con el caso independentista de Timor Oriental, que lideró, Ramos Horta indicó que en Colombia la búsqueda de la paz tomó más de medio siglo y “este Gobierno lo logró, y habiendo sido el ideal de todos los anteriores gobernantes, es el camino más noble a seguir respaldar lo acordado”.