Dos obras literarias que podrían considerarse clásicas

Autor: Lucila González de Chaves
21 julio de 2019 - 09:38 PM

A partir de las notas de estudio recopiladas en su archivo personal como maestra y escritora, la autora navega en el universo de Nikos Kazantzakis.

Medellín

El autor: Nikos Kazantzakis (1885 – 1957)

Narrador, poeta, dramaturgo, abogado y filósofo griego. Viajó largo tiempo por todos los lugares de origen de la cultura greco-cristiana. Su adolescencia fue época de inquietudes espirituales: acosado por asuntos metafísicos y existenciales; por el ateísmo y el “superhombre” de Nietzsche.

Pasó seis meses en un monasterio, obsesionado con preocupaciones espirituales, tratando de alcanzar una unión con Dios. Desde siempre, y hasta sus últimos años, la figura de Jesús estuvo presente en sus pensamientos.

Lea también: Don Marco Fidel Suárez, paladín de nuestra lengua española

Dice la crítica literaria que “Kazantzakis es el hombre de las múltiples vidas condensadas, todas inquietas, todas esperanzadas, todas con la mira hacia el horizonte de la historia donde, duramente la paz se hace justicia. […]. El amor a la justicia, la revolución por el pobre, es compromiso con la sociedad, nunca desaparecerán de él, ni en su obra”.

 

1. El jardín de las rocas:

El odio al hombre blanco está en su apogeo. Kazantzakis asiste a la tragedia de los años que preceden a la Segunda Guerra Mundial. El libro no es propiamente una novela; podría decirse que es un relato histórico. "Capta la incompatibilidad entre el pensamiento y la acción, entre la aspiración a la justicia y su realización…. Conturbado, escribe esta obra”. (Izzet).

 “El tema esencial es el hombre meditativo frente a hombres entregados en cuerpo y alma a la acción, por la fuerza del momento histórico, y, a veces, en detrimento del alma”. De ahí que algunas expresiones se prestan a todo tipo de discusiones:

- “¿A dónde vamos? ¡No preguntéis!... ¡No hay comienzo, no hay fin! Solo existe el momento presente, desbordante de amargura y de dulzura, y lo saboreo hasta las heces”.

- “No razono, no calculo ni obedezco. Me lanzo en pos de mis deseos. Grito e interrogo, golpeando las tinieblas: ¿Quién nos ha arrojado sobre la tierra sin haber consultado nuestra opinión?... La vida es breve y no tenemos tiempo para ser tímidos o morales…”.

Otros conceptos revelan sus percepciones acerca de la belleza, la poesía, lo sutil, lo delicado, etc.:

--“Odio la belleza porque nos seca el corazón y nos inocula un veneno sobrehumano: el olvido”.

-- “Eres un poeta. Tu corazón, en apariencia, tan tierno, es seco y cruel, como el de todos los artistas. Tú no piensas en el sufrimiento del hombre sino en la expresión de su rostro y en las entonaciones de sus gritos cuando sufre”.

Los siguientes conceptos invitan a la reflexión:

-- “Un hombre necesita un poco de locura, si no, nunca se atreverá a cortar la saga y ser libre”.

 --“El secreto de los grandes maestros es como el de la felicidad: esperamos éxtasis, iluminaciones fulminantes, luchas sobrehumanas, y la felicidad es una cosa muy simple, muy humana”.

-- “Dios no se manifiesta en un temblor de tierra, en un incendio, en un milagro; Dios es una leve brisa que pasa”.

-- “Las almas frías y asexuadas solo pueden percibir lo que ve el objetivo del aparato fotográfico. La realidad objetiva, como se le llama. Pero las otras, las almas viriles, las almas femeninas, que son las únicas capaces de amar y de sufrir, entran en contacto ferviente con los paisajes, los hombres y las ideas, y escogen ardientemente sus amores y sus odios”.

-- “Mira todas las cosas como si las vieras por primera vez. Mira todas las cosas como si las vieras por última vez”.

--“Procura colocar tu dolor insignificante dentro del dolor inmenso del mundo, no permitas que tu caso individual cobre proporciones ridículas”.

2. La última tentación

Es una novela dramática y angustiosa. Ideológicamente, difícil de aceptar en muchos círculos religiosos, culturales, sociales: modifica la historia y la personalidad de Cristo, lo mismo que la de los demás personajes bíblicos.

La raíz de este relato, quizás sea esta vivencia expresada por el propio autor: “Desde mi juventud, mi angustia primera, la fuente de todas mis alegrías y de todas mis amarguras fue esta: la lucha incesante e implacable entre la carne y el espíritu… Y mi alma era un campo de batalla donde se enfrentaban aquellos dos ejércitos. Era una angustia abrumadora. Amaba mi cuerpo y no deseaba que se perdiera; amaba mi alma y no quería verla envilecida…”

La primera parte de la novela es un canto de amor a Cristo, Dios y Hombre, un reconocimiento a la misión salvífica de Jesús, un llamado a la lucha por los valores eternos.

Cristo amarillo de Paul Gaugin

El cristo amarillo de Paul Gaugin es la obra artística escogida por la editorial Debate, para ilustrar la portada de la novela La última tentación de Kazantzakis.

De las declaraciones del autor en el prólogo tomamos lo siguiente:

“Este libro ha sido escrito para dar un ejemplo supremo al hombre que lucha, para mostrarle que no debe temer al sufrimiento, la tentación o la muerte, porque todo ello puede ser vencido, y ya ha sido vencido. Cristo sufrió, y luego el sufrimiento quedó santificado; la tentación luchó hasta el último instante para extraviarlo, la Tentación fue vencida. Cristo fue crucificado y luego la muerte fue vencida…; al escribir este libro cumplí con mi deber. El deber de un hombre que luchó mucho, que se ha sentido muy atormentado en su vida y que ha esperado mucho. - Estoy seguro de que todo hombre libre que lea este libro rebosante de amor, amará más que nunca, más intensamente a Cristo”.

En la segunda parte del libro desaparece lo espiritual: separa de Jesús la esencia divina; al presentarlo como un hombre, simplemente, le quita sus valores. Cristo es cobarde, miedoso, todos lo creen un enfermo mental. En contraste con él, el autor crea una figura de Judas Iscariote, viril, arriesgado, razonador, fiel a una causa, fácil y decidido en la acción y en la palabra. Así, Cristo aparece todavía más mal librado.-

Las tergiversaciones irritantes abundan: el rayo que deja a José paralítico; el enamoramiento de Jesús por Magdalena, y lo que más molesta a los católicos: la imagen de la madre, María. Sin miramientos, sin ningún respeto, presenta a la Virgen como una mujer prosaica, sin valores espirituales, cruel, una madre que nunca tomó parte en las actividades de su hijo, ni lo acompañó a ningún sitio; una madre muy molesta porque su hijo no se casa… El autor, sin analizarlo dos veces, pone en boca de algunos de sus personajes la certeza de que disfrutar del sexo es encontrar a Dios. -

Con maestría estilística, con una sutilidad extraordinaria, el autor desliza conceptos que repelen la santidad, la castidad, la privación de los goces de los sentidos, etc.

La novela alcanza su más intenso dramatismo en las desgarradoras palabras de desconsuelo, de desencanto que Judas Iscariote, frustrado, dirige a Jesús en aquel largo ensueño - la última tentación - que padece cuando está suspendido de la cruz. Con un poco de recelo, estas palabras atraen y conmueven por lo intensamente humanas; son jirones de un alma que ha perdido la fe, el amor, la paz.

Son muchos los análisis que se han hecho en torno a esta desconcertante obra, uno de ellos, dice: “El Cristo de La última tentación, es el ser que comparte con el autor las angustias y el dolor existencial. Es sujeto de dudas, miedos y culpas. Es el Hijo del Hombre, cuya lucha interior representa su humanidad”.

La película basada en esta obra, realizada por Martín Scorsese fue controvertida y prohibida en muchos teatros.

 

3. Otras de sus producciones

Odisea: Una secuela moderna. Es un extenso poema de 33.333 versos, que empezó a escribir en 1924, fue reescrito siete veces y publicado en 1938. Está dividido, como la obra de Homero, en 24 rapsodas, y es un registro de su extraordinaria experiencia espiritual.

Zorba el griego, basado en las andanzas de Alexis Zorba quien dice mientras baila sobre las rocas de la playa: “Nosotros tenemos otras metas; metas más elevadas”. ¿Qué metas?, pregunta el autor. Zorba le responde: “Nosotros cavamos para ver qué demonios llevamos por dentro”.

Cristo de nuevo crucificado, obra en la que tiene gran importancia el diálogo como fuente de comunicación. El autor da a entender que es la única forma de entenderse y ayudarse las personas unas a otras. Se ha dicho en la historia literaria que es una “novelaza de feroz actualidad”, y un “referente del cristianismo revolucionario”.

La circunstancia de que Grecia sigue siendo uno de los principales puntos de llegada de los refugiados, esta novela vuelve a estar muy vigente; su autor entiende y afirma que la vida es una lucha incesante en favor de la libertad.

El punto central de este libro es la histórica costumbre de representar la pasión de Cristo. Los ciudadanos más notables de un pueblo hacen la escogencia de los personajes que deben representar las figuras bíblicas. Kazantzakis cuestiona al cristianismo porque en muchas veces utiliza los fundamentos de su doctrina para acceder a prerrogativas.

Le puede interesar: Belleza, ternura y didáctica, la obra de Hernando García M.

https://www.elmundo.com/noticia/Bellezaternura-y-didacticala-obra-literaria-de-Hernando-Garcia-M-/376419

“Esta novela es una obra crítica que nos plantea la pregunta sobre la posibilidad real de practicar el cristianismo”. (Alejandro Jiménez)

El pobre de Asís; en este libro expone su concepción del cristianismo.

Su trilogía: 1. Prometeo portador de fuego; 2. Prometeo encadenado; 3. Prometeo liberado; un tratado de profundo contenido, muy leído y detenidamente analizado.

 

Compartir Imprimir

Comentarios:

Edgar
Edgar
2019-07-22 20:30:09
Excelente exposición la de Doña Lucila acerca de un autor que estaba , para mí, perdido en los lejanos años de juventud. La nota es muy enriquecedora , como par a buscar algunos de los textos enunciados. Buena esa!

Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Confesiones de Media Noche
Palabra & Obra

GEORGES DUHAMEL: El escritor que cuestiona e inquieta

La maestra Lucila González de Chaves presenta al autor francés Georges Duhamel, también médico que debió estar en la Primera Guerra Mundial

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
2
Religión /

Dos caminos alternativos simbolizados en la sal y la luz 

Hoy Jesús, en el evangelio de Mateo, nos presenta dos caminos alternativos simbolizados en la sal y la luz.
3
Columnistas /

Ingeniería y ética profesional

La ética en la ingeniería empieza por establecer que la responsabilidad primaria del ingeniero es...
4
Palabra & Obra /

Hernando Caicedo Rivera: “Mis relatos tienen como base la realidad…”

Conversación con el escritor, participante de los talleres Urabá escribe.
5
Política /

Novelón conservador  

Trujillo se desquitó de Gallón. El candidato conservador al Senado le arrebató el decisivo apoyo...
6
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo