En estos momentos, Trump cuenta apenas con la aprobación del 39,3% de los estadounidenses, de acuerdo con la media de los últimos sondeos analizados por portales norteamericanos.
El discurso y la actitud guerrerista del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, marcarán una tendencia importante con respecto a lo que será la relación del país norteamericano con otras naciones como Rusia, China o Corea del Norte durante este año que apenas comienza. Expertos consideran que el mandatario de los estadounidenses “representa lo peor de los republicanos”.
Desde una mirada ética y académica, Eufrasio Guzmán, docente e investigador de la Universidad de Antioquia, manifestó que con la llegada de Trump al poder no sólo volvió a aparecer el marcado racismo y la exclusión en Norteamérica, sino que desató “una descarada alianza entre el poder político y los millonarios”.
El especialista considera que el actual gobierno norteamericano no ha escatimado en avanzar en el desarrollo de negocios perversos que implican jugar con la estabilidad de los países, al punto de que querer convertirse en una élite a la que no le importa el futuro del planeta sino el acrecentamiento obsceno de la riqueza, “lo cual es algo que nos debe tener a todos los seres humanos preocupados porque en nombre de la libertad de empresa se está destruyendo el planeta y estamos avanzando en su poca sostenibilidad”.
“Los consejeros económicos que están detrás de Donald Trump son quienes defienden la idea de que hay que invertir más en el aparato de guerra, además de que Estados Unidos debe retomar el liderazgo como una especie de árbitro mundial. Desde el punto de vista ético lo más grave es que están utilizando una mentira descarada y, en ese sentido, estamos al frente de una situación de muy alto riesgo debido a que el equilibrio de poderes mundiales ha cambiado muchísimo”, dijo el avezado.
En este punto destacó que la situación del planeta no es la misma a la de hace 20 años, por ejemplo, pues el posicionamiento que han tenido Rusia y China y la forma en que han estado incursionando en la política latinoamericana es señal de que no van a dejar de contrarrestar o neutralizar ese liderazgo que quiere asumir e imponer el presidente Trump.
Para Guzmán, la posición militarista de Trump es muestra de ignorancia, pues cuando por populismo hombres como Nicolás Maduro o como el jefe de Estado norteamericano llegan al poder, esta se convierte en una trampa aún más delicada que puede llegar a profundizar los efectos de sus actos.
“La ignorancia se manifiesta en la incapacidad de sopesar los poderes que actualmente existen, como la capacidad que tiene Rusia, la capacidad de fuego que tiene la misma Corea del Norte y por supuesto China. Esta situación puede crear una crisis internacional de proporciones enormes”, apuntó.
El experto resaltó también que Donald Trump no ha podido calcular la capacidad que tendrían China y Rusia de unirse para neutralizar cualquier tipo de acción, y espera que en este escenario no aparezca Corea del Norte, pero de todas maneras le preocupa la forma en cómo el líder estadounidense está representando a la élite oligárquica republicana, ultraconservadora, racista y xenofóbica, “los cuales serían los ingredientes para un despliegue inesperado de fuerza”.
Por último, Eufrasio Guzmán aseveró que “el presidente Trump es un tipo supremamente primario con una lógica muy agresiva, la cual ha manejado para formar su propia fortuna y despreciar la inteligencia de los académicos serios, quienes le están aconsejando mucha mesura”.
Los retos de Trump
El mandatario de Estados Unidos encara un 2018 lleno de retos y que se antoja mucho más tortuoso que el año anterior, año que al final tampoco resultó ser el camino de rosas que muchos republicanos esperaban.
Cuando Trump asumió la Presidencia el pasado 20 de enero, el partido Republicano contaba con la mayoría en las dos cámaras del Congreso, por lo que todo hacía indicar que el multimillonario no tendría problemas en aplicar su programa electoral en su totalidad.
Sin embargo, esa mayoría no siempre respaldó las promesas de un Trump que a lo largo del año ha visto cómo varias de sus medidas más rimbombantes se fueron quedando en el tintero ante la falta de apoyo por parte de algunos de sus compañeros de partido.
Por el momento, sus promesas de construir un muro en la frontera con México o de derogar la ley sanitaria del expresidente Barack Obama, conocida como Obamacare, dos de los grandes pilares de su campaña electoral, no han dejado de ser simples promesas.
La única gran victoria legislativa obtenida por Trump en su primer año de mandato fue la reforma fiscal que la semana pasada obtuvo los votos necesarios en el Congreso para ser sancionada, a pesar del rechazo unánime de la bancada demócrata, que la llegó a tildar de “auténtico robo a las clases menos favorecidas del país”.
Superar este complicado juego de equilibrios y apoyos en las dos cámaras del Congreso será, sin lugar a dudas, el principal reto de Trump en este 2018 que, para complicar aún más las cosas al presidente, es año de elecciones.
El próximo mes de noviembre, los estadounidenses están llamados a elegir a un tercio de sus senadores y a la totalidad de los miembros de la Cámara de Representantes.
Actualmente las cuentas están mucho más ajustadas en la cámara Alta, donde los republicanos cuentan con 51 asientos por los 49 de los demócratas.
Con sus 432 asientos en juego, los republicanos temen pagar el precio en votos que generalmente supone el dejar atrás la oposición para instalarse en la Casa Blanca, lo que podría poner en peligro su actual mayoría de 239 escaños frente a los 193 de los demócratas.
La importancia de la mayoría en la Cámara de Representantes no es baladí y menos aún si se tiene en cuenta que se trata del órgano que podría autorizar la apertura de un proceso destituyente contra el jefe de Estado.