De la catedral parisina se dice que ha sido epicentro histórico de importantes acontecimientos en la vida de Francia, como la coronación de Enrique VI de Inglaterra (1431) y la de Napoleón Bonaparte (1804) y la beatificación de Juana de Arco (1909).
La noticia del devastador incendio que sufrió Notre Dame, la catedral de Nuestra Señora en París (Francia), es un infortunio para la historia del arte, la arquitectura y de la humanidad misma.
La de Notre Dame se erigió como una arquitectura ilustre. Construida en estilo gótico medieval, fue inaugurada en el año 1345, después de 182 años de construcción, y se le dio el resguardo de tesoros invaluables, entre ellos, numerosas obras de arte que yacían escondidas en sus recodos.
Por eso, el incendio de la infraestructura francesa dedicada a María, madre de Jesucristo, y situada en la pequeña isla de la Cité, resulta ser una tragedia para la historia de la humanidad.
La colosal arquitectura de Notre Dame fue construida en su interior con amplios ventanales que se abren en la cabecera, con cinco naves más las capillas laterales y un claristorio, el último piso de la nave central, dotado de obras de arte.
Rodeada por las aguas del río Sena, su infraestructura es imponente desde cualquier ángulo que se mire, incluso sus ruinas quemadas; las dos grandes torres en la fachada miden 69 metros cada una, lo que la convirtió en un mirador que permitía apreciar una magnífica vista de la capital francesa, no obstante, se debía subir 402 escalones para lograrlo.
Ese mirador también es tractivo porque desde allí se podían ver, muy de cerca, sus afamadas gárgolas y también la renombrada campana Emmanuel, la única que cuenta la historia que no fue destruida en la Revolución Francesa.
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En relación a sus populares gárgolas, la Catedral de Notre Dame también se resaltaba por sus extrañas efigies, las cuales vigilaban París desde lo alto, las mismas que sintieron arder la historia a sus espaldas la tarde de este Lunes Santo.
En su fachada se podían apreciar tres puertas principales, la de la Virgen, la del Juicio Final y la de Santa Ana, cada una de ellas, en el orden norte, centro y sur, adornadas con arte e imágenes relacionadas a su nombre.
Y al hablar de la cabecera, no se puede olvidar que ahí yacía la monumental Piedad, esculpida por Nicolas Coustou en el siglo XVIII, y que preside la catedral desde el centro del ábside (parte posterior del altar mayor). A esa obra la rodeaban las efigies del rey Luis XIII, obra de Guillaume Coustou, y Luis XIV, por Antoine Coysevox.
Igualmente, el triforio, la galería que rodea la nave central sobre los arcos de las naves laterales, poseía obras de arte religioso e interiormente fue decorada con escultóricos enjutas (superficies angulares curvas de un arco) y capiteles (el sector superior de una pilastra o de una columna).
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El fuego de este lunes en París derrumbó la aguja del templo, considerado un ícono de la religión católica, que data de los siglos XII y XIII. Al conocer su caída, la Unesco, a través de la cuenta oficial en Twitter de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, expresó su conmoción por el “dramático incendio” de este bien cultural, inscrito como Patrimonio de la Humanidad, en 1991.
También se debe contar que hace dos semanas, habían sido removidas de la catedral las emblemáticas estatuas de los 12 apóstoles, como parte del proceso de restauración que se adelantaba en torre central o aguja.
Siguiendo con el recuento del arte que albergaba, en su interior se instalaron treinta y siete representaciones de la Virgen María, de las que sobresalen la Vírgen de París, hecha a mediados del siglo XV, y la virgen de Guadalupe, patrona de los mexicanos, construida en 1949.
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Tras la noticia del incendio, el Vaticano mostró su profunda tristeza por el fuego en Notre Dame, dijo el arzobispo de París, Michel Aupetit.
Además, la devastada Notre Dame guardaba reliquias relacionadas con la Pasión de Cristo como la Corona de espinas, un fragmento de la Vera Cruz y uno de los clavos que sirvió para la crucifixión, las mismas que el rey Luis IX compró al emperador de Constantinopla.
Por su parte, el portavoz de Notre Dame, André Finot, dijo que esos tesoros de la catedral no se vieron afectados por las llamas, debido a que "los objetos sagrados se conservaban en la sacristía", por lo que allí "no había riesgo de que las cosas se quemaran", según declaró a medios franceses.
Finalmente, del monumento histórico más visitado de toda Europa, con alrededor de 13 millones de visitantes al año, se debe mencionar que uno de sus atractivos más sobresalientes era el órgano musical, el cual posee una caja adornada con autómatas.
El instrumento destacado es obra de Aristide Cavaillé-Coll y por su teclado pasaron las manos de personalidades como el compositor Louis Vierne.
Eso era la joya de la arquitectura gótica medieval o catedral de Notre Dame, en donde Víctor Hugo, en el siglo XIX (Nuestra Señora de París o Notre Dame de Paris, en francés), relató la muy conocida historia de Quasimodo, el rechazado hombre francés, por su aspecto físico, menos por Esmeralda, una gitana por quien conoció el amor.
El incendio que la tarde de este lunes se desató en la parte superior de la catedral de Notre Dame de París, símbolo de Francia y de Europa, podría haber sido ocasionado por los trabajos de restauración, que se adelantaban en la torre central o aguja, la que, precisamente, se vino abajo ante la mirada atónita del mundo.
Sin embargo, esta información no ha sido confirmada por las autoridades, que recalcan que aún es pronto para determinar la causa del suceso y han abierto una investigación al respecto.
La Unesco, que sigue de cerca la situación, ha ofrecido su ayuda para restaurar y salvaguardar el patrimonio que yace en la catedral de Notre Dame, declarada Patrimonio Universal en 1991.
Además, por ahora, también se desconoce a cuánto llegaría la cifra en pérdidas.