Aunque ha sido declarada el árbol nacional, no ha recibido el cuidado y la protección que merece y ha sufrido gravemente por la urbanización, la ganadería y la deforestación.
Ante la información aparecida la semana pasada en el periódico Ecos del Tambo (La remodelación del parque, Héctor Fabio Rodas) es urgente hacer ciertas consideraciones sobre la importancia ecológica, estética y patrimonial de las 10 palmas de cera que están en el parque principal de La Ceja, sin desconocer el valor de las otras 28 (de otra especie), que lo circundan.
Transcribo la autorizada opinión de la profesora Zoraida Calle, de la Fundación Herencia Verde, conocida especialista en botánica y conferencista internacional en materias de protección del medio ambiente:
“Las palmas de cera ocupan muy poco espacio. Un individuo adulto puede ocupar una superficie de solo 5 metros cuadrados, aunque su tallo se eleve 20 metros o más. El concepto clave en la fijación del carbono en las palmas de copa pequeña, como la de cera es: “carbono almacenado por metro cuadrado de suelo”. Por lo tanto, su almacenamiento de carbono por metro cuadrado cuando están adultas es altísimo, porque se suma el carbono de todos los tejidos, desde la raíz hasta las hojas. La mayoría de este carbono está almacenado en el tallo.
Por otra parte, por su forma esbelta y el tamaño relativamente pequeño de su copa, se pueden asociar muy bien con otros árboles. No hay ninguna razón para retirarlas del parque, porque ellas no van a interferir con el crecimiento de los otros árboles que se van a sembrar”
Son muchísimo más altas, así que van a sobresalir y se van a destacar desde lejos. La de cera es la más alta entre las 2400 especies de palma en el mundo, y La Ceja, el único municipio de Antioquia que puede enorgullecerse de tener 10 en un lugar tan importante para la vida social como el parque.
Lea también Conciencia ciudadana, útil para reducir la tala de árboles
“Es una palmera de imponente belleza, extraordinaria fortaleza y legendaria longevidad”, así la describe Wikipedia. Considerando además, que tarda cerca de 70 años en alcanzar su altura definitiva, que puede llegar a medir hasta 60 metros (es la palma más alta de las cerca de 2400 que hay en el mundo) y puede vivir hasta 200 años, sería un verdadero error retirarlas del parque ahora, cuando ya están bien adaptadas. Además, para su salud este árbol necesita la compañía de otros árboles.
Aunque ha sido declarada el árbol nacional, no ha recibido el cuidado y la protección que merece y ha sufrido gravemente por la urbanización, la ganadería y la deforestación. Algunas de sus especies están en peligro de extinción y lugares emblemáticos como la Cocora están en franca decadencia y condenados a muerte.
La palma de cera tiene un altísimo valor estético y ecológico. Las que por fortuna tenemos en el parque son un orgullo para los habitantes de La Ceja. Ya deben tener unos 10 años, y cuando sobresalgan entre todos los árboles del parque van a ser la sensación, un atractivo turístico más para el municipio, un motivo de orgullo para quienes vivimos aquí y de admiración para propios y extraños.
Debemos tener en cuenta que ante la violenta deforestación de que ha sido objeto el Oriente antioqueño, CADA ÁRBOL, CADA PLANTA, CUENTA. S.O.S por las palmas del parque. ¡Son una herencia preciosa que debemos conservar bien para quienes vengan luego!
Vea también: Salento, cuna de la Palma de Cera