Así como Bolívar soñaba, nosotros también podemos soñar y nos imaginamos que todos los presidentes latinoamericanos se reúnan y resuelvan hacer un conjunto de operaciones coordinadas.
El 6 de septiembre de 1815 Simón Bolívar escribió la famosísima Carta de Jamaica, documento maravilloso cuya lectura debería ser obligatoria para los jefes de estado de todos los países desde México hasta la Argentina.
En ese inteligente documento se dice de la necesidad de aunar todos los países americanos para formar una nación de unión poderosa que sería tan rica como los Estados Unidos de Norteamérica, país que es el resultado de la unión de naciones que conglomeradas hacen nacer el más rico país de todo el mundo.
Durante la colonización los españoles se dedicaron a recoger el oro que tenían los indígenas y esa colosal riqueza fue enviada a España pero no se sabe la cantidad de oro que temporalmente enriqueció al reino español pues no se conserva ningún dato estadístico que fijara el tamaño de todo el mineral que se envió al reino de España.
Se consideraba por los españoles que tenían derecho a imponer la lengua y al mismo tiempo todos los indígenas tenían la obligación de vincularse a la iglesia católica.
Así como Bolívar soñaba, nosotros también podemos soñar y nos imaginamos que todos los presidentes latinoamericanos se reúnan y resuelvan hacer un conjunto de operaciones coordinadas para que todos estos países de América Latina logren un futuro próspero y compartido creando una nación similar a los Estados Unidos de Norteamérica. Naturalmente los cuerpos legislativos de todas nuestras naciones y sus cuerpos ministeriales deberían principiar a operar en forma conjunta para lograr una unión internacional que nos haga prósperos y felices.
Ojalá se nos olviden momentos trágicos como cuando Colombia y Perú se declararon una guerra que finalmente se extinguió porque las tecnologías eran muy pobres. También es triste recordar los problemas entre Chile y Bolivia pues este último país no cuenta con una salida al Océano Pacífico.