Las bicicletas son el medio de trasporte por excelencia en Chigorodó, pese a que no hay políticas para incentivar su uso. Otros municipios como Carepa y Apartadó también intentan promoverla, aunque la acogida no es tan masiva como en el pueblo vecino.
"Aquí hay más ‘ciclas’ que gente”, aseveró Eulices Asprilla, habitante de Chigorodó: “Aquí todo el mundo va al trabajo, a la escuela, a todas partes en bicicleta”.
Esta afirmación no está alejada de la realidad; aunque no hay cifras exactas que lo corroboren, los vendedores de bicicletas estiman que hay bicicleta por habitante. Si estas afirmaciones son veraces, este municipio del Urabá podría compararse con Holanda, el país con más bicicletas per cápita, donde hay 0,99 por persona. Más allá de las cifras, en Chigorodó la bicicleta es ley. Son pocas las casas donde no hay, los negocios tienen estacionamientos y hasta a la iglesia se va en ‘cicla’.
En las calles se ve a un joven pedaleanado mientras chatea, a la madre llevando a un bebé al hospital, “eso es normal aquí, a nadie se le haría raro”, apuntó Héctor Fabio Agudelo, dueño del almacén Ciclopartes hace más de 23 años y originario de Turbo. Esto sucede pese a la falta de inversión de las autoridades para incentivar el uso de la bicicleta como medio de trasporte, según dijo Marelys Ramos, directora del Intituto Municipal de Deportes y Recreación de este municipio.
“Desde la administración municipal y departamental no hay apoyos para incentivar la bicicleta como medio de trasporte o para el deporte, como en otras regiones y municipios”, aseguró Agudelo.
“Los estacionamientos los pone cada negocio. Ha faltado más apoyo de la administración: siendo el municipio con más bicicletas en el Urabá no existen ciclorutas”, especificó Agudelo.
Alfredo Caicedo, habitante de Chigorodó, precisó que “aquí la bicicleta en realidad se necesita como medio de transporte no como deporte, somos personas de muy bajos recursos, es un trasporte más fácil y rápido”.
Margot Cervantes, habitante de este municipio, indicó que viaja en ‘cicla’ porque el trabajo queda lejos de su casa “a mí me dan mucho miedo las motos, no conseguiría una”.
Y es que en Chigorodó la motocicleta no reina en las calles como en otros municipios del Urabá. Aunque Agudelo señaló, que “el bajón que tuvo la ‘moto’, ha hecho que se incremente. Aunque la cultura sigue siendo movilizarse en bicicleta. Chigorodó siempre ha sido así, es tradición. No hay otro pueblo cercano en que el uso de la bicicleta sea tan masivo”.
Agudelo detalló que en Chigorodó hay una oferta más amplia en bicicletas que en motocicletas, “en todo el pueblo hay almacenes por toda parte, como si fueran tiendas”. Agregó que la bicicleta que predomina es la “sin cambios, playera, cómoda, de paseo; por ser un pueblo plano”.
La industria de la bicicleta también se convierte entonces en una fuente de ingresos para los habitantes. Hay calles enteras dedicadas a la venta de repuestos y bicicletas nuevas, así como a la reparación.
“La movilidad es más fácil, de pronto por economía y que todo es cerca”, señaló Agudelo en un intento de entender por qué el uso masivo de la bicicleta y aclaró que “como la mayoría de las empresas aquí son de tipo agrícola la gente va a los trabajos en bicicleta sin tener problemas por el sudor”.
El eje bananero
El municipio de Urabá que tiene más definida una política respecto a la promoción del uso de la bicicleta como medio de trasporte es Apartadó. Henry Palacio, director del Imder de Apartadó, señaló que en el casco urbano tenemos algunos kilómetros de ciclorutas y están siendo construidos otros más”.
También Carepa ve en la bicicleta una oportunidad, así lo manifestó Yofre López, gerente del Imder de esta localidad, “sobre todo para los chicos que no tienen otro medio de transporte, a nivel municipal las vías son aptas para el tránsito de bicicletas, pero en realidad sí hace falta más intervención del Municipio en el tema de transporte sostenible”.
Palacio concluyó que hay un proyecto liderado por la Gobernación de Antioquia para construir una gran cicloruta para conectar Apartadó, Carepa y Chigorodó, el eje bananero.