"A los pies del padre"

Autor: Diana Sofía Giraldo
16 septiembre de 2019 - 12:03 AM

Su lucidez mental decantada, crecía con los años. Era inversamente proporcional a la fragilidad de su cuerpo

Bogotá

En febrero celebramos, con mi familia, los 100 años de vida del Cardenal José de Jesús Pimiento. Ese día, al terminar la reunión, escribí:

"Posee una lucidez envidiable, ligero de equipaje terrenal y con la conciencia plena de cuidar cada uno de los pasos que da hacia el encuentro definitivo con el Creador. Encuentro que imagina, gracias a la figura que le compartió un amigo sacerdote: “echado plácidamente, como un perrito, a los pies de Dios padre.

Vive a plenitud minuto a minuto, abandonado a la voluntad de Dios. Siempre consciente de ser vehículo dócil para permitirle al hermano ver a Cristo en él. Permanece atento al otro. Escucha con el corazón. Como Cardenal Emérito ha sido muy elocuente con el silencio público. Es un fiel escudero de la madre Iglesia, pero al interior no deja de señalar sus debilidades, de manera directa y argumentada.

Lea también: Purificación de la Iglesia

Decrece en la Eucaristía para hacer visible a Cristo. Por eso rodea de celo y amor sacramental cada uno de sus pasos. Durante un retiro Hospital de Campo, en Bucaramanga, celebró la Eucaristía para los reinsertados presentes, de todos los grupos armados. Su homilía combinó de manera magistral la necesidad de justicia y de misericordia. Firmeza y amor. Autoridad y acogida. Cada uno de los presentes se le acercó con infinito respeto para recibir su bendición”.

Todo en él era fragilidad, caminaba despacito, conservando un delicado equilibrio. Consciente de su dependencia física de la ayuda de otros, los trataba con infinita dulzura. Mientras le daban la mano para apoyarse o lo ayudaban a ponerse un saco, él entablaba, agradecido, diálogos cercanos que rozaban lo confidencial. Su lucidez mental decantada, crecía con los años. Era inversamente proporcional a la fragilidad de su cuerpo.

Conocía la realidad como ninguno, la estudiaba, dialogaba con especialistas y después la pasaba por el cedazo de sus convicciones más profundas, a las que nunca renunció. Tenía plena conciencia de su lento caminar hacia la muerte terrenal, por eso consagró cada segundo, cada latido de su corazón a "Cristificarse", a dar el fiat de su voluntad para que fuera JESÚS, quien lo habitara.

Conquistó una de las gracias más preciadas: la humildad. A este logro contribuyó su nombramiento como Cardenal Emérito a los 95 años. Su primera reacción humana fue la depresión.

¿Cómo era posible ejercer esa dignidad con la casi inutilidad de su cuerpo envejecido? Acudió a expertos en comportamiento, pidió todas las ayudas humanas para reencontrarse, finalmente, con el Dios al que consagró su vida, que ya no necesitaba su cuerpo sino su alma.

Cuando le pregunté sobre cómo era ese santificarse en vida, me respondió con un hermoso libro "Sintonía con Cristo" de Michel Esparza. Me dijo: "léelo lentamente...medita con él, invoca al Espíritu Santo”.

Le puede interesar: “Amor a lo sucio”

Cuando me enteré de su muerte, experimenté una inmensa alegría interior. Tuve certeza de ganar un amigo intercesor en el cielo. Busqué los apuntes sobre nuestras conversaciones y en la Eucaristía de despedida en el convento de sus amigas, las hermanas Bethelemitas, recordé la frase bíblica que más citaba:

“Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).

 

Compartir Imprimir

Comentarios:

Edgar
Edgar
2019-09-17 09:06:01
Qué bonito mensaje. Que Dios le guarde.

Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Hospital de campo de la fundación Víctimas Visibles, en Armenia
Columnistas

Símbolos de fe y esperanza

En medio de la felicidad de haber desplegado las alas del alma frente a todo el país, José Fernando fue a compartir con un grupo de 80 personas que terminaban un...

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
2
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
3
Columnistas /

¿Migrar o emigrar? ¿E inmigrar qué?

Migrar, emigrar e inmigrar hablan de la misma realidad, pero no por ello son sinónimos. Las diferencias...
4
Suroeste /

Balcones coloniales pintan de color el Suroeste

Jardín es reconocido por ser el pueblo con los balcones más bellos de Colombia, pero no es el único...
5
Palabra & Obra /

En The Guilty, un cuestionado policía que intenta hacer el bien

La sólida actuación de Jacob Cedergren es fundamental para potenciar el filme
6
Seguridad /

Se conmemoran diez años de la Operación Jaque

Los rescatados fueron, además de la excandidata presidencial Betancourt, los contratistas estadounidenses...