Medellín y Antioquia están en igualdad de condiciones con los lugares más importantes en América Latina y el mundo en el tema de innovación. A esta conclusión llegaron los expertos que expusieron los retos en materia de ciencia y tecnología que apremian a los países del continente en el III Congreso Internacional de Parques Científicos y Tecnológicos, el cual acogió la ciudad entre el 7 y el 9 de junio.

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La discusión de la vocación innovadora de Medellín y de Antioquia estuvo sobre la mesa, partiendo del hecho de que a la fecha no se cuenta con un sólo parque que cumpla con los requerimientos técnicos que exige esta categoría.

Dos únicas iniciativas en este tema ha tenido el departamento: el Parque Tecnológico de Antioquia y el Parque Tecnológico Manantiales, ambas entidades liquidadas.
De acuerdo con Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, quien lideró el grueso de los proyectos de parques de este tipo con enfoque además educativo en la región, la estrategia buscaba crear espacios para el desarrollo de las capacidades de las personas. “Acabar con esta estrategia tiene un alto precio que lo pagan las comunidades, y lo pagan con las oportunidades”, consideró Fajardo, mientras aclaró que los parques tecnológicos o científicos son un proyecto de largo aliento, y que necesitan continuidad en el tiempo para generar resultados.

“La estrategia sigue siendo muy valiosa, si está bien diseñada y bien aplicada tiene toda la viabilidad económica y se puede dar la posibilidad de tejer redes con experiencias de otros lugares del mundo. Estos parques son espacios privilegiados que se necesitan, son lugares de encuentro tanto física como digitalmente, y es allí dónde se crea y se transforma la cultura para asegurar riqueza. Ahí está la clave para lo que se viene para Colombia”, advirtió el exmandatario regional.

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¿Por qué fracasó?
La pregunta inquietante es por qué las únicas dos iniciativas estructuradas que Medellín y Antioquia han intentado consolidar en el tema de Parques Tecnológicos y Científicos han fracasado rotundamente. El Parque Tecnológico de Antioquia (PTA), ubicado cerca al recinto Quirama de Comfenalco, no logró tener éxito ni con su proyecto más básico: La biofábrica de semillas. Actualmente se encuentra liquidado. Por otro lado, el Parque Tecnológico Manantiales, ubicado en el Alto de las Palmas, corrió con una suerte similar. Apenas en unos meses se espera reactivar el proyecto, según lo expresó el gerente del Idea, Mauricio Tobón.

“Lamentablemente, fueron iniciativas 100% públicas y por ello estuvieron sometidas al vaivén de la política y terminaron por fracasar entre gobiernos, es muy triste que un parque como Manantiales, que logró inclusive traer el centro de investigación y desarrollo de la compañía Kimberly Clark, de los que sólo habían 3 en el mundo, por un capricho de la administración Fajardo, terminó perdiéndose. Ese iba a ser el elemento detonante del parque”, dijo Tobón.

El gerente del Idea agregó que son muchas las compañías que persisten en esta iniciativa y que actualmente se trabaja para el relanzamiento del parque. “En esta oportunidad vamos a revisar con mucho juicio que este proyecto se pueda sostener en el tiempo, que se consolide, invitando a participar en ellas a los privados para evitar coyunturas políticas tan lamentables como las que se presentaron. Tiene que haber un gran pacto en la región para sacar adelante un proyecto como este, de lo contrario es muy difícil”, adelantó el directivo.

Los parques científicos, entendidos como una alternativa para generar cambios en la estructura económica de un país, y motores para generar condiciones de bienestar y riqueza, son la excepción con la que Alberto Uribe Correa, exrector de la Universidad de Antioquia, cree que se deben pensar estos espacios.

“Con el doctor Jaime Restrepo se trató de impulsar el PTA pero se reunió muy poco del sector productivo y ese fue el gran error, pienso yo. Creo que en gran medida no se conocía esa estrategia y sus alcances. La Universidad trató de liderarla, y hubo muchas entidades que participaron en el proyecto, pero la idea no fue muy bien recibida, no prosperó y hubo que liquidar el parque porque no hubo forma de impulsarlo, y eso obedeció a muchas fallas como la administración, las finanzas y el mercadeo”, contó Uribe Correa.

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No obstante, el exrector aseguró que el fracaso de un proyecto no significa la no viabilidad de la idea, ya que considera que esta es una de las estrategias que el país y el departamento deben impulsar. El académico explicó que casos como los de Europa y Norteamérica, e inclusive en el contexto regional como Brasil, son claros referentes de la eficiencia de los parques tecnológicos dinamizadores de la economía y el desarrollo científico. “Yo definiría estos parques como una muy buena idea que nunca se materializó”, concluyó Uribe Correa.

Retos para Antioquia
Aunque Medellín y Antioquia han sido pioneros en la implementación de ecosistemas de ciencia, tecnología y emprendimiento en el país, el camino para competir y entablar un diálogo con los grandes parques tecnológicos en el ámbito mundial aún es largo. Esta es la opinión que tiene Jaime Almanza, director de la Fundación para la Gestión y el Desarrollo de Colombia (Fundagedescol) quién aseguró que ya hay una madurez en el tema, pero es claro que aún falta recorrido.

“En Antioquia todavía no hay parques tecnológicos. Explora, por ejemplo, es un parque interactivo, que genera temas de innovación, pero es claro que no cumple todas las especificaciones para ser un parque científico y tecnológico. Allí no hay una integración real entre la sociedad, el Estado, la universidad. Entonces estamos hablando de un ejercicio unilateral para hacer innovación, por ello no sirve todavía para hacer un anclaje y generar ciencia, tecnología e innovación”, aseguró Almanza.

Desde la opinión del director lo que más necesitan las iniciativas locales como Ruta N, Parque Explora o los parques tecnológicos que se propongan a futuro es una formación integral en gestión de este tipo de entornos, que debe ser una formación a largo plazo y que no se vea afectada por los cambios de gobierno o las voluntades políticas: “Es fundamental pensar un programa transversal para cuando estén los ejercicios no sean ni fracasos, ni elefantes blancos, y que sean capaces de hacer el mercadeo que requieren, hacer la gestión de parques, tener una capacidad de ser tractores de las empresas, y articuladores del ecosistema, para que se trabaje en una misma dirección de manera articulada”, recomendó Almanza.

El mundo como ejemplo
Desde la perspectiva de Cristina Andrés, panelista del Congreso Internacional de Parques Científicos, Tecnológicos e Innovación y directora de los parques tecnológicos del País Vasco, en España, las experiencias mundiales en materia de centros de este tipo encuentran su mayor inspiración en el complejo de Silicon Valley, en California, Estados Unidos.

De acuerdo con Andrés, este sector de la ciudad de San Francisco es el paradigma de lo que es estrictamente un parque de este tipo: “Siempre pensamos en un modelo amplio, a las afueras de las ciudades, pero dentro de Europa, también los parque ingleses fueron referentes para nosotros. Manchester, por ejemplo, tenían un punto de partida parecido al nuestro, porque para ellos el peso industrial era muy fuerte. Y creo que de eso se trata, no de copiar un modelo sino de ver qué estrategias se ajustan al propio, a las necesidades de la región en la que estará”, indicó.

Según la estratega vasca, experiencias locales como Ruta N, de tipo urbano y con una construcción vertical, se salen del imaginario físico de un parque, pero no por ello deja de responder a las necesidades de su contexto. “Lo que hay que pensar, más en sí se ve o no como un parque, es en la manera en cómo está integrando a la sociedad y cómo se relaciona con las necesidades de su entorno. Un parque tecnológico es un espacio de excelencia, sea cual sea su estructura o ubicación en el mundo”, indicó Andrés, quién fue enfática en que no necesariamente en las economías más robustas prosperan los parques científicos y tecnológicos, ya que estos son estrategias con más posibilidades de éxito en los países en desarrollo.

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Potencial en América Latina
El Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Unesco y otros organismos internacionales han dado señales de un cambio en la economía mundial que le suma importancia a la capacitación del talento humano, y pone en un segundo plano los recursos naturales de los países. Así lo dijo en medio de los diálogos del Congreso Aryanne Quintal, coordinadora de Competitividad, Innovación y Tecnología de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien ve en América Latina un escenario propicio para esta nueva dinámica global: “ Hay una ventaja enorme y es el hecho de que acá la población es joven. Los jóvenes absorben la tecnología y la consumen, entonces creo que eso a futuro nos va a ayudar a que haya un boom tecnológico en la región y se va a adaptar mucho más rápido que otros países de Europa o Norteamérica”.

La experta indicó, además, que específicamente en Colombia la tibia inversión para ciencia y tecnología responde a un asunto de prioridades, en el que el proceso de paz y la seguridad ocupan toda la atención del erario. “Se invierte en otros campos que generan dinero de forma más sencilla y directa como los recursos naturales. El retorno en la inversión es más inmediato si abres una mina que si abres un parque científico. En tecnología la inversión se ve a largo plazo”, declaró Quintal al argumentar que el pilar fundamental para el éxito de la inversión en ciencia y tecnología está en la alianza del Estado, la universidad o los centros de conocimiento, y el sector privado.