El giro que le ha dado Donald Trump a las relaciones con Cuba genera un contraste de emociones. Las opiniones entre la disidencia cubana son diversas.
Líderes de la oposición interna cubana acogieron este viernes con apreciaciones entre el "regocijo" y el "pesimismo" el anuncio realizado por el presidente de EE.UU, Donald Trump, que revierte gran parte de la política de normalización de relaciones con la isla impulsada por su antecesor, Barack Obama.
Berta Soler, una de las fundadoras del grupo disidente Damas de Blanco, dijo que el nuevo giro en la política de normalización de relaciones de EE. UU. con la isla "nos llena de regocijo" y demuestra que el Gobierno de Trump conoce bien a la oposición interna en Cuba y la represión que sufre".
El presidente estadounidense retó este viernes al Gobierno de Cuba a negociar "un mejor acuerdo", dio por "cancelado" el marco acordado entre Obama y Raúl Castro para normalizar las relaciones bilaterales y condicionó "cualquier cambio" en su postura hacia Cuba a "avances concretos" hacia objetivos como las elecciones libres y la liberación de presos políticos.
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"Esperábamos estas medidas y las nuevas condiciones que el Gobierno de EE. UU. tiene que poner a las relaciones con el régimen cubano, que nos golpea y al que nadie le ha puesto freno porque lo que hizo Obama fue darle luz verde y legitimarlo", declaró Soler vía telefónica desde la sede de las Damas de Blanco en La Habana.
Soler, uno de los rostros más conocidos de la disidencia cubana, dijo que las decisiones anunciadas por Trump "son una forma de llevar a Cuba a una democratización, que depende de los cubanos, pero creo que tenemos el derecho de contar con el apoyo del Gobierno de EE. UU. que siempre ha querido la libertad para el pueblo de Cuba".
Asimismo, insistió en señalar que sus peticiones fundamentales son la libertad de los presos políticos, el cese de la violencia con la disidencia y más libertades y respeto a los derechos humanos de los cubanos.
La líder de las Damas de Blanco consideró que las nuevas medidas de Trump "van a beneficiar a la sociedad civil cubana" porque "el dinero que reciben producto de los negocios con las Fuerzas Armadas de la isla es para reprimir y no para mejorar la vida del pueblo de Cuba".
Soler, quien estaba invitada a asistir al acto que presidió Trump en Miami, también contó que las autoridades le impidieron embarcar este jueves en el aeropuerto habanero con el argumento de que tiene una "limitación de salida" del país, supuestamente por el impago de una multa notificada en septiembre del año pasado.
Otro sector de la disidencia cubana se muestra nostálgico
Diferente opinión sobre la nueva política propuesta por el magnate neoyorquino Donald Trump hacia la isla tiene el disidente Manuel Cuesta Morúa, de la organización Arco Progresista.
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"Me parece una mala noticia para la promoción de la democracia en Cuba y también una mala noticia para los cubanos en general esto es regresar al fracaso, declaró Cuesta Morúa.
Para Cuesta, en un mundo tan complicado en términos democráticos "pensar que el aislamiento de un gobierno puede impulsarlo a hacer cambios positivos en favor del respeto a los DD.HH. y la democracia, es no leer lo que está sucediendo en el mundo actualmente".
A su juicio, lo "más sabio" hubiera sido "continuar los intercambios con la sociedad cubana en una lógica de ganar y no de volver a la lógica de supuestos ganadores y perdedores reales en la que siempre ha perdido el pueblo cubano".
Cuesta, promotor de una iniciativa que busca impulsar el movimiento ciudadano para encaminar una transición democrática en el país caribeño, cree que "no debería limitarse de ninguna manera la visita de ciudadanos estadounidenses (a Cuba), algo que ha beneficiado más al sector privado que a las empresas militares".