Buenaventura se declaró en paro cívico desde el pasado 16 de mayo y este domingo sería su sexto día de cese de actividades, en una ciudad altamente comercial debido a su capacidad portuaria.
Los obispos de las jurisdicciones eclesiásticas que integran la región de la costa Pacífica, entre ellos la Arquidiócesis de Cali y las Diócesis de Buenaventura, Quibdó, Guapi, Tumaco e Istmina-Tadó, mediante un comunicado expresaron su apoyo frente a los actuales acontecimientos de movilización social en el Chocó y Buenaventura.
Para las autoridades eclesiásticas, los derechos son fundamentales para los habitantes del Pacífico colombiano, por lo que justifican las protestas sociales que actualmente se están llevando a cabo en esos territorios “históricamente los habitantes de la Costa Pacífica han sufrido el abandono estatal, la violencia de diversos actores armados y la corrupción de muchos líderes a todo nivel”, sostuvieron en el comunicado.
Además, de igual forma manifestaron que el Gobierno Nacional debe hacer un mejor esfuerzo para cumplir con los acuerdos anteriores y responder a las legítimas aspiraciones de los ciudadanos, que exigen que se cumplan los derechos fundamentales (como el acceso al agua, etc.).
Sin embargo, recalcaron que es de vital importancia que los Paros cívicos deben ser pacíficos para tener legitimidad y eficacia “las acciones violentas y vandálicas desprestigian la protesta social justa; por lo tanto, debe ser característico su rechazo contundente pro parte de la sociedad civil” y recomendaron a la Fuerza Pública ser moderada y respetuosa en su misión de control social “evitando extralimitarse en el ejercicio de sus funciones”.
También hicieron un llamado a los organismos responsables de velar por los Derechos Humanos con el fin de que desplieguen toda su capacidad para garantizar las exigencias de protección a los civiles y denunciar los abusos que en contra de ellos se puedan cometer.
Asimismo, expusieron que son tareas de los comités organizadores de la movilización social “generar el suficiente espacio para el diálogo, llamar constantemente al orden y flexibilizar las acciones de reclamación”, con el objetivo de que no resulte afectada la misma población que exige sus derechos.
Finalmente, las autoridades eclesiásticas del Pacífico invitaron a orar para que esta situación social sea resuelta con prontitud.