Según el Programa Mundial de Alimentos, debido a la escasez de productos, la carestía y la pobreza que han generado los enfrentamientos entre fuerzas y grupos terroristas, la población iraquí ha entrado en una situación importante de hambruna.
Más de la mitad de la población iraquí corre el riesgo de pasar hambre y ya no puede hacer frente a problemas derivados del conflicto como la subida de los precios de los productos básicos, alertó este lunes el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Un análisis realizado por esta agencia de la ONU, en colaboración con el Gobierno iraquí, reflejó que el 2,5 % de los 36 millones de habitantes de Irak sufren inseguridad alimentaria grave y necesitan ayuda urgente.
El PMA afirmó en un comunicado que el estudio se realizó en 2016, antes de la reciente ofensiva de las fuerzas iraquíes para liberar la ciudad septentrional de Mosul de los yihadistas del grupo Estado Islámico y no refleja la situación alimentaria de las personas que se han tenido que desplazar en esa zona.
Más de 20.000 familias fueron encuestadas en zonas rurales y urbanas para el informe, el cual destacó que el 53 % de los residentes y el 66 % de los desplazados internos en Irak son vulnerables a la inseguridad alimentaria.
Los mayores índices de inseguridad alimentaria se hallaron entre las familias de la parte meridional del país, especialmente en zonas de Muthanna y Saladino, según el PMA, el cual agregó que el 75 % de menores de 15 años trabajaban para ayudar a sus familias a obtener alimentos en vez de ir a la escuela.
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La organización reclamó 113 millones de dólares para cubrir las necesidades alimentarias de 1,5 millones de personas en situación vulnerable hasta septiembre de este año en el país, donde más de tres millones se han visto desplazados por los combates desde 2014.
Según los últimos datos de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre Irak, el poder adquisitivo de la población que vive en zonas de conflicto es un 20 % inferior al del resto del país.
Los enfrentamientos han bloqueado las líneas de suministro y causado escasez de frutas, carne, productos lácteos y huevos en zonas donde muchos hogares solo están recibiendo parte de las raciones de ayuda y de los alimentos básicos subsidiados por el Gobierno.