Existe actualmente una tendencia creciente a ejercer el empleo de modelo webcam en el Área Metropolitana de Medellín. ¿En qué consisten estos negocios?, ¿bajo qué parámetros se realizan?, ¿qué condiciones sociales o culturales han causado su rápido aumento? y ¿qué tienen para decir quienes están involucrados en este mundo? Estas son algunas de las preguntas que responden quienes tienen este estilo de vida y expertos.
Aproximadamente 5.000 personas en el Área Metropolitana del Vallé de Aburrá, la mayoría menores de 30 años, son modelos webcam: mujeres y hombres que realizan shows de contenido sexual en directo, por los cuales alguien paga en otro lugar del mundo. Estos shows son realizados a través de una página que actúa como intermediaria y, por lo general, en una sede, un estudio que facilita el espacio y brinda acompañamiento.
“Es entretenimiento para adultos vía webcam, la nueva tendencia de la pornografía. Los clientes son personas que se cansaron de ver videos pregrabados que no satisfacían sus necesidades y fetiches. Esas personas entran a una página web donde hay un video chat y el trabajo de los modelos es ofrecer lo que no hay en esos videos: compañía”, detalló Anderson Galeano, quien fue modelo y administrador del estudio Elite Company; actualmente es broadcaster (asesor de este tipo de negocios) y dueño de la empresa Estrellas Webcam, una firma que cuenta con 16 estudios asociados. Él precisó que en el 2016 ganaron más de $1.500.000.000, siendo la empresa que más facturó en la página Flirt4free en el mundo.
Aunque no hay cifras exactas, porque las plataformas digitales no proporcionan esta información, administradores y usuarios coinciden en que la mayoría de los modelos son de Colombia y Europa Oriental. “Cerca del 35% son colombianos, sobre todo de Medellín y Cali, siguiéndoles Barranquilla, Bogotá, Manizales y Pereira”, precisó Galeano, quien especificó que las plataformas más operadas en el país son aproximadamente doce. A su vez, los clientes son mayoritariamente de Estados Unidos.
Él calcula que en el Área Metropolitana hay cerca de 500 estudios, si en cada uno trabajan en promedio diez o más modelos,puede haber hasta 5.000 personas ejerciendo esta actividad, “aunque hay estudios muy pequeños, incluso personas que transmiten desde su casa sin estar vinculados a una empresa”.
Sara Yaneth Fernández, docente investigadora de la Universidad de Antioquia, experta en asuntos de género, resaltó que en el caso de las mujeres jóvenes que optan por este trabajo lo hacen por el alto índice de desempleo femenino. Muchos estudios sólo trabajan con mujeres porque la demanda es mucho mayor.
Ella señaló que quienes se vinculan a esta actividad la ven como una forma de conseguir dinero fácil, segura, “no es prostitución, es algo más amplio, podría definirse como comercio sexual”.
Juan Camilo Díaz, magíster en Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de la Sabana señaló que “la mayoría son personas que consideran que su intimidad no se va a ver afectada, por eso hacen cosas que en la vida real no serían capaces. Es poder satisfacer sus necesidades económicas sin sentir que se están vendiendo, porque no hay contacto físico. Muchas de estas personas van a vivir con miedo el resto de su vida; más adelante pueden tener una carrera, una familia y hay un secreto que amenaza”.
Aunque los usuarios nacionales están bloqueados y los modelos trabajan con nombres artísticos, existen riesgos en lo referente a la privacidad. A Karen, modelo en el estudio Temptation, no le importaría “que la gente sepa, aunque si lo puedo mantener en secreto mejor. A mí me gusta lo que se hace, yo no tengo una religión y no le veo inconvenientes morales, pero tengo familiares que sí; por eso no me gustaría que la gente se diera cuenta”.
El día de un performer
Edward, un estudiante universitario que fue modelo en el estudio Elite Company durante casi un año, comentó que ante la cámara el placer se mezcla con falsas sonrisas, con miradas de pasión y codicia. Ante la cámara, ni siquiera tenía su nombre: “ni el cliente ni el modelo saben el nombre real del otro, eso no es lo que importa”.
Tras conectarse a la plataforma, los visitantes no tardaban en llegar. Primero aquellos sin dinero (la página los clasifica); después los que han registrado su tarjeta de crédito. Si no los conocía, él preguntaba cómo estaban, su nacionalidad y cosas por el estilo, esperando señales de qué buscaban. En cuatro horas podía ganar más de $100.000 o irse sin nada. Los shows no eran solamente sexuales, “hay gente que solo quiere conversar, otros quieren que los escuchen, hay unos que uno nunca logra saber”.
La primera vez que Edward se conectó, a finales julio del 2015, se hizo 1.800 créditos en menos de cuatro horas: US$30 que al cambio venían siendo poco más de $80.000. No estaba allí sólo por el dinero, sino porque era un trabajo diferente, le parecía divertido hablar con desconocidos; además, decidía qué propuestas aceptar.
“Cuando creía que no había nada nuevo para conocer, ellos pedían cosas diferentes. Aprendí mucho de placer, pero también aprendí a fingir, allí las palabras pierden sentido. No es una cuestión de mentira y verdad, cada show es las dos cosas”, indicó.
Para un modelo webcam, el tiempo invertido en su trabajo va más allá de las cuatro horas diarias que permanece frente a una pantalla y los mensajes que cruza con sus consumidores en su tiempo libre. Algunos modelos, “los mejores”, en palabras de Galeano, son aquellos que sacan por lo menos una hora del día para hacer ejercicio, que compran ropa costosa pensando en su trabajo y juguetes sexuales para utilizarlos en el show siguiente. Su mejor modelo logró devengar más de $90.000.000 en tres meses.
Martin, otro modelo, precisó que aunque hay usuarios para todo tipo de personas, estar en forma “mejora las ganancias. Hay que dedicar tiempo para uno mismo. Ser modelo permite abrir la mente, perder la timidez y dejar la hipocresía”.
Él señaló que por eso, “como ya se tiene dinero y más autoestima”, los modelos salen seguido a fiestas, van a restaurantes costosos y compran ropa de marca, “aunque no todo el mundo es igual”.
Vínculos
Axel Holm, usuario de Flirt4Free que vive en Arizona, precisó que no le gusta gastar dinero en esas páginas, “de todas maneras, de vez en cuando pago por un show. Yo lo que realmente busco es con quien conversar, para mí es más divertido fantasear y pensar en cosas que no son pero pueden ser. He deseado un par de ocasiones que no fuera en internet, tocar y sentir que es real. En esos momentos he odiado que todo se dé a través de una pantalla”.
“La sociedad está cada vez más sola y rota en términos de vínculo. En últimas, no se trata de los nombres ni las personas, no se crean vínculos reales porque se acaba el interés si se sabe quién es el otro. Es una cuestión de cosificación”, precisó Fernández. Ella indicó que no se deben satanizar esas prácticas, “la gente debe entender qué está pasando en la ciudad, porque hay un mercado que llegó para quedarse: el de la ilusión del sexo”.
Industria de los modelos webcam
Esta industria tiene más de dos décadas de haber iniciado. Cams, la primera plataforma digital de este estilo, nació en 1996, seguida por Flirt4free ese mismo año.
Anderson Galeano explicó que al principio, en la época de la web 1.0, Cams dio los primeros pasos cuando inició a vender imágenes de mujeres por internet, contenido para adultos a la carta cuando aún no se podía pagar vía digital.
Dos décadas después la industria ha crecido desmesuradamente, las principales páginas mueven millones de dólares al año.
Cabe aclarar que no todo el que establezca un estudio va a ganar mucho dinero. “Hay personas que inician en este negocio y quiebran rápidamente, no tienen la constancia o no saben tratar a las personas y por eso los modelos no trabajan con ellos o simplemente son muy apresurados”, apuntó Galeano.
“Los broadcasters diferimos mucho sobre con cuánto se monta adecuadamente un estudio, hay quienes dicen que con al menos $100.000.000, otros que con $12.000.000, Si uno va a montar un negocio tiene que tener buenos equipos y escenarios, hoy en día hay mucha competencia”, agregó.
Wilson Echeverri es nuevo en este negocio, es dueño en un estudio desde diciembre de 2016 y actualmente trabaja con siete modelos. Él precisó que, aunque los ingresos son variables, cada uno de sus modelos factura, en promedio,$1.200.000 por mes, trabajando cuatro horas diarias de lunes a sábado.
Edward señaló que los modelos ganan entre una quinta y una sexta parte de lo pagado por el cliente: “Por ejemplo, en Flirt4free, la página que yo más trabajé, por cada seis dólares que paga el cliente, se recibe uno. Pese a eso, las ganancias son buenas”.
Edward no sólo fue modelo, también trabajó como reclutador, buscaba hombres y mujeres por redes sociales, no importaba su sexualidad, y les ofrecía trabajar. Los estudios le pagan al reclutador cinco centavos por cada dólar que gane el modelo.
Galeano puntualizó que hay muchas formas de reclutar a los modelos: redes sociales, voz a voz, referidos, publicidad, “el colombiano, cuando inicia a trabajar en esto, tiene la idea de que va a empezar a ganar millones, este es un medio competitivo, por eso hay mucha decepción y hay estudios que quiebran por falta de personal”.
“Muchas personas dicen que sí, van a las inducciones, inician y a los días se salen. No es algo para todo el mundo, un buen modelo va más allá de la belleza física, tiene que ver con la determinación y saber interpretar lo que realmente quiere el cliente. También tienen que dejar de lado muchos prejuicios y miedos, por poco que sea, siempre hay riesgo de que esto se haga público”, comentó Edward.
Alejandra Ruiz, administradora de Temptation, indicó que “hay que dejar de lado tantos tabúes. Lugares como este, más allá de lo que digan, sirven para quitarle a las personas el miedo por el cuerpo, por la diferencia”.
Díaz no estuvo de acuerdo con esto, él señaló que “es una cuestión de autocuidado, de respeto por el cuerpo. Es difícil encontrar a una persona que dice ‘ya me liberé’, ‘ya mostré mi cuerpo’, que en algún momento no sienta vergüenza”.
Fernández concluyó que si bien estos negocios refuerzan los estereotipos de la mujer dócil y de cinturas marcadas, de hombres de cuerpos musculosos, “por otra parte, ayudan a tumbar tabúes y a relajar los criterios homofóbicos y misóginos que existen en nuestra sociedad”.
Legalidad
Anderson Galeano, experto en el negocio de las webcam, señaló que los estudios de Estrellas Webcam están registrados en Cámara y Comercio de Medellín como Otras actividades de tecnologías de información y actividades de servicios informáticos. Hay 221 empresas registradas ante esta entidad que realizan la misma actividad económica, no todos son estudios, ni todos los estudios en la ciudad están registrados de esa manera. Situación similar a la de las firmas de la industria pornográfica, que se registran como Empresas de producción de audio y video.
Carlos Andrés Gómez, abogado de la Universidad de Antioquia experto en derecho comercial, explicó que “ellos se pueden registrar de muchas formas porque la Cámara y Comercio pide una información mínima de la actividad a la que se dedican. En Colombia tanto la pornografía como la prostitución son legales”.
Néstor Londoño, abogado de la Universidad Pontificia Bolivariana, consultor de la firma DEC Consultores y experto en derechos digitales, indicó que actualmente en Colombia no existe una legislación específicamente dirigida a regular el entretenimiento para adultos siempre que sea voluntario y de mayores de edad: “Si en estos servicios se involucran menores, son sancionados con penas entre diez y veinte años de prisión y multas de 150 a 1.500 salarios mínimos”. Londoño añadió que la filmación oculta también es ilegal y es susceptible de multa en el Código Penal.
Él concluyó que “se ha planteado crear regulación para evitar el acceso de los menores a este tipo de materiales, sin embargo, el acceso generalizado a internet hace que estas restricciones sean ineficaces, es mejor abordar ese problema desde la educación. Además, realizar este tipo de limitaciones, cuando no son para proteger la intimidad de las personas o a los menores, podría considerarse una restricción grave de la libertad en una nación democrática”.