Luego de 4 años desde que ocurrió la tragedia de la urbanización Space, acontecimiento que empezó a demostrar irregularidades en construcciones de la firma Lérida CDO, la herida de las víctimas sigue abierta. Ángela Cantor, quien perdió a su hermano Juan Esteban, un destacado estudiante de Comunicación Social, al igual que muchos afectados por estos hechos, aún no siente que se haya hecho justicia y haber recibido una reparación suficiente.

Por el contrario, los afectados por CDO manifiestaron que solo recibieron el subsidio de habitación durante un año, que los empresarios no aceptan su responsabilidad frente a la situación y han dilatado la justicia gracias a su poder e influencia.

El apellido Cantor toma relevancia porque es el último caso que cursa su proceso en la Justicia, y del que luego de varios meses de ser dilatado, desde inicios de mayo hasta el 2 de junio se llevan a cabo las audiencias orales, en las que se recolectan los testimonios de involucrados y los estudios hechos por académicos y organizaciones para determinar la responsabilidad o no de Pablo Villegas, representante legal de la constructora CDO; María Cecilia Posada, directora de obra, y Jorge Aristizábal, ingeniero calculista. Las víctimas han manifestado que no solo se trata de lograr un fallo, sino que se brinden garantías para que la justicia y la reparación se hagan efectivas.

Cantor subrayó que “se encontraron varias irregularidades de patologías del edificio y en la construcción. Había decisiones que no estaban dentro de la bitácora, es decir, se tomaban de manera unilaterial en la obra; el calculista la calculó mal, usan menos material del que habían requerido y tampoco reportan todo, entonces esto es gravísimo”.

La Universidad del Quindío presentó un estudio la semana pasada, en el que el ingeniero Hugo Monsalve, con ayuda de encargados del peritaje realizado en este inmueble, indicó que había  sobrecarga en algunas columnas: “La sobrecarga era de 260 por ciento. Me causó curiosidad, porque la torre uno era de 10 pisos y las columnas tenían las mismas medidas de la torre 6, que era de 27 pisos”, afirmó en una de las conclusiones.

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Dentro de la información manifestada por Ángela Cantor, se evidenciaba que las fisuras y daños estructurales del edificio se dieron en la mala praxis y en el ahorro de herramientas y también incluyó aspectos enumerados por los expertos, como “que el basculamiento del edificio hacia la piscina en el momento del colapso, obedeció a la incapacidad de anclaje en las columnas de cimentación, el refuerzo inadecuado e inconsistente de las pilas; en combinación con el hecho de que estaba montado en una pendiente”. Estas situaciónes, según lo enunciado en la audiencia, fueron una combinación mortal que agravó la situación y contribuyó al desplome.    

Cantor también relató que “la dirección de la obra decidió dejar incompleta una estructura denominada ‘pata de elefante’, la cual quedó con un diámetro del 40% menor que el recomendado”.

Sobre este caso, Elkin Hernández, miembro del colectivo Afectados por CDO, manifestó que “escuchar los testimonios provoca escozor. Enterarse de cómo fueron vulneradas las normas de construcción y sismoresistencia, causa indignación y dolor porque estuvimos en alto riesgo de una gran tragedia; porque estos inmuebles no hubieran soportado su propio peso y se habrían caído todas estas estructuras. Debíamos abandonar nuestros hogares”.

Víctimas de Continental Towers y Asensi tampoco han sido reparadas

Otros proyectos urbanísticos construidos por CDO, tales como Continental Towers y Asensi tampoco han tenido una respuesta efectiva y satisfactoria, según lo manifestó el integrante de Afectados por CDO, grupo que aglutina a varios habitantes de estos proyectos inmobiliarios que perdieron su hogar y, en algunos casos, los ahorros de toda su vida, según lo expresado por él.

“Para los afectados ha sido una situación muy compleja, porque nos quedamos desamparados. Luego de tres años y siete meses, no ha habido reparación para las 40 familias. Llevamos dos años sin el auxilio de arriendo para tener un lugar en donde habitar y no vemos una solución pronta para estas problemáticas”, argumentó Hernández.

También añadió que los fallos que se han logrado en estos casos, han sido desconocidos por los propietarios de la firma, con la complicidad de la Justicia, lo cual podría llevar a un camino hacia la impunidad.

A pesar de que manifiestó que han sufrido el poder de los propietarios de la constructora, con presiones de todo tipo, “estamos confiados que un día un juez finalmente reconozca que hubo errores, responsables, que los condene y que recuerden que hay cientos de víctimas que deben ser reparadas; es una obligación. Sin embargo, estamos haciendo esta labor con pesimismo porque no vemos muchos resultados. Queremos recuperar nuestro patrimonio y ahorros; lo único que tenemos y se esfumo”, concluyó.

¿Un parque para reparar a las víctimas del Space?

El capítulo de Antioquia de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) propuso que dicho predio de CDO se entregue como reparación para construir un parque, en el que se haga un homenaje a quienes perdieron su vida y sus bienes. También se consideró que este lote sea usado para pagar obligaciones ambientales, sembrando árboles que la ciudad requiere para mejorar la calidad del aire. La Alcaldía de Medellín manifestó a EL MUNDO que aún no hay una decisión ni un pronunciamiento oficial sobre este tema.

Sobre esta idea, Élkin Hernández, vocero de Afectados por CDO, afirmó que es muy positiva, “la Administración Municipal debería comprar ese lote y construir un parque de la ética, que nos recuerde a las generaciones actuales y futuras la tragedia tan grande sucedida por la falta de valores. Este lugar debe crear una memoria en contra de la codicia y la ambición que llevaron a esto. Con dicha obra, al menos se repararía a las familias que faltan por indemnizar y es importante promover los valores que deben tenerse en la sociedad actual”.