Desde hace varios días se nos está informando sobre planes y programas para adelantar carreteras terciarias en distintas zonas del país, ¿tarde?
Corría el año 1.961 cuando el doctor Misael Pastrana Borrero, gran visionario, en ese entonces ministro de Obras Públicas, después Presidente de Colombia, comprendió la importancia que tenía para el desarrollo armónico del país, tener una red adecuada de vías terciarias-caminos vecinales, que serían los vasos capilares del sistema vial del país, que complementarían la operación de la red primaria y secundaria de carreteras del país.
No vaciló en darle vida al Fondo Nacional de Caminos Vecinales, creado por el Decreto Nº 1650 de 1960 (julio 14), reglamentado según el Decreto Nº 1084 de 1.961 (mayo 23)
Para realizar la fundación e iniciación de ese sueño, nombró como su primer Director Ejecutivo a quien esto escribe, con el encargo de adelantar los innumerables y complejos trámites para iniciar y adelantar el funcionamiento del Fondo en el ámbito nacional; es bien conocido lo que significa la organización de una entidad como esa, dentro de la administración pública en Colombia.
Pero se vencieron murallas de una y otra índole, requerimientos diversos muchos de ellos de tinte político partidista, diseñando y ejecutando toda la estructura administrativa que se requería tener, para un campo de acción físico y económico a nivel nacional.
Se contó en todo momento con las luces de la Junta Directiva de la institución, conformada por el doctor Misael Pastrana Borrero Ministro de Obras Públicas, doctor Otto Morales Benítez Ministro de Agricultura, doctor Manuel Castellanos Director de la División Nacional de Acción Comunal, doctor Jorge Triana representante de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, y don Rómulo Lara B. representante de la Asociación Colombiana de Carreteras.
Según lo establecido en las disposiciones legales, la Junta Directiva, por intermedio de su Director Ejecutivo, inició la labor de promover e iniciar la creación de los Comités de C.V. en las distintas secciones del país. Se abrieron las oficinas necesarias, se nombró a los administradores, y se inició un ambicioso programa de construcción de caminos vecinales-vías terciarias en todo el país, que se adelantó ampliamente con la colaboración de las administraciones municipales y departamentales, la Federación Nacional de Cafeteros, y las comunidades beneficiadas con esas vías.
Pero el Fondo Nacional de Caminos Vecinales fue liquidado mediante el Decreto Nº 1790 de 2003, lo que dejó un gran vacío en el campo nacional, a que este grupo de vías terciarias-caminos vecinales, quedara sin la responsabilidad del gobierno nacional.
Lo que llama la atención es que desde hace varios días se nos está informando sobre planes y programas para adelantar carreteras terciarias en distintas zonas del país, ¿tarde?
El pasado nos interroga sobre ¿cuál es el alcance de la liquidación del Fondo Nacional de Caminos Vecinales? ¿El impacto en la economía nacional por la falta de estas vías, para el desarrollo armónico de la economía nacional? ¿La construcción de las vías de cuarta generación 4G necesitará la articulación de esos vasos capilares que le irrigarían volúmenes de tránsito (toneladas de carga-pasajeros) que justifiquen su construcción y complementen su función? ¿Nuevamente fallamos en la concepción de los sistemas de transporte que requiere el país para su armónico desarrollo?