El Viacrucis, como su nombre lo dice, es el camino de la cruz, y en esta ocasión cientos de feligreses caminaron hacia la cruz expuesta en la Catedral Metropolitana, donde con cada paso se cantaba un coro, que más era una súplica de perdón a Jesucristo.
“Perdona tu pueblo, perdónale señor” es el estribillo con el que cada año el pueblo católico conmemora la pasión, crucifixión y muerte del hijo de Dios. Con este canto los creyentes manifiestan su arrepentimiento por todos los pecados y ofensas cometidas a él.
Pasadas las 10:00 de la mañana monseñor Ricardo Tobón, Arzobispo de Medellín, dio inicio a una de las ceremonias más importantes de la Semana Mayor, el Viacrucis, que partió de la Iglesia San José en la avenida Oriental y llegó a la Catedral Metropolitana ubicada en el Parque Bolívar.
Durante un poco más de hora y media cientos de feligreses caminaron por las calles del centro de Medellín pasando por diez estaciones en las que se recuerda el trayecto del mismo Jesucristo hacia el Gólgota, en el que se retratan personajes como la Verónica, el Cirineo y momentos como las tres caídas del señor y el encuentro con su madre María.
La banda sonora estuvo a cargo de la Policía y el Ejército, además de los coros entonados con gran devoción por los sacerdotes de la Metropolitana y todos los asistentes.
El Viacrucis, podría decirse, es la celebración litúrgica que más adeptos convoca, entre sus filas se ve gente de todas las edades y de todos los sectores de la ciudad, ancianos, jóvenes, niños, parejas con bebés de brazos y familias completas.