Estos dos dirigentes políticos hacen parte de los trece senadores que comenzaron a llevar la vocería de Antioquia en la nueva conformación de esta corporación legislativa.
Cuando el pasado viernes 20 de julio el abogado antioqueño, exconcejal y exalcalde de Medellín, exgobernador de Antioquia y expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, volvió asumir como senador de la República lo hizo por cuarta vez y a sus 66 años es el político colombiano que con mayor trayectoria permanece en esa corporación legislativa, luego del retiro de Roberto Gerley Echeverría, quien estuvo por 50 años en el Congreso de Colombia.
Uribe Vélez ha estado en el Senado en dos épocas muy distintas y durante dos periodos de cuatro años cada uno. Llegó por primera vez a ese cuerpo legislativo en 1986 y estuvo hasta 1994. Y más recientemente retornó a la curul de senador, ya como expresidente, en el 2014 y ahora en el 2018 vuelve y juega como integrantes de esta corporación.
Tenía 34 años de edad cuando llegó por primera al Senado en 1986 y ese año logró la curul con casi 39.000 votos, encarnando y encabezando una disidencia al guerrismo liberal de Antioquia. Esa curul la ratificó cuatro años después en 1990 con más de 70.000 votos. Hoy ostenta la marca de ser el senador más votado en la historia política de este país con sus 891.964 sufragantes a favor y que sacó en los comicios del pasado 11 de marzo, como acaba de certificar el CNE al declarar la elección del Senado 2018 – 2022.
Su primera elección al Senado en 1986 fue en la práctica su graduación política en un muy competido ambiente partidista y electoral, en medio de una muy fuerte puja entre el conservatismo y el ascendente liberalismo antioqueño.
Uribe Vélez venía de ser concejal de Medellín y alcalde por designación, cargo en el cual sólo estuvo tres meses debido a una tenaz crisis política sobre la cual subsisten varias versiones. En ese marzo de 1986 se catapultó como jefe de su propio equipo liberal, al lado de caracterizados líderes políticos regionales y nacionales como Bernardo Guerra Serna, Federico Estrada Vélez, William Jaramillo Gómez, J. Emilio Valderrama, Guillermo Vélez Urreta, Ignacio Vélez Escobar y Álvaro Villegas Moreno, todos los cuales, con la excepción de Guerra Serna, ya no tienen ninguna vigencia política y la mayoría de ellos han fallecido.
Sin embargo, hay un personaje que el pasado 20 de julio también juró como actual senador de la República al igual que Uribe Vélez y también fue senador con votos antioqueños en esos comicios de 1986, hace 32 años: el pereirano Iván Marulanda Gómez.
Este economista de 72 años estudió en la U. de A. y promediando la década de los años ochenta del siglo pasado alcanzó resonancia pública y política como militante del galanista Nuevo Liberalismo en Antioquia, lo que le permitió comandar la lista al Senado y salir electo, curul que sólo volvió a repetir 32 años después, el pasado 11 de marzo y esta vez a nombre de la Alianza Verde dentro de una tendencia fajardista que fue la que le puso los votos, que pocos ha tenido.
Así las cosas, Álvaro Uribe Vélez e Iván Marulanda Gómez son hoy los más curtidos senadores con origen y votos antioqueños que hacen parte de la bancada de trece miembros que comenzaron a representar a este departamento en dicha corporación.
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Los otros once senadores
En el cuatrienio legislativo pasado Antioquia tenía trece senadores y de acuerdo con los escrutinios que apenas confirmó la semana pasada el CNE, esta región mantuvo ese mismo número de corporados para la nueva temporada legislativa que acaba de despegar, aunque uno de ellos es pereirano y otro nacido en Bogotá, pero todos dos se hicieron políticamente en esta región, donde los eligieron senadores.
El Centro Democrático mantuvo los cinco senadores elegidos con lista cerrada en el 2014. Además de Uribe Vélez repitieron escaño senatorial, pero con lista preferente, Paola Holguín y José Obdulio Gaviria, quien entró dejando pelos en el alambrado.
Los uribistas antioqueños muestran dos rostros nuevos en el Senado. Uno de ellos es el sorprendente y desconocido Nicolás Pérez, quien seguramente logró la proeza de salir electo gracias a ser sobrino del gobernador Luis Pérez, como lo dice todo el mundo para explicar esa elección a una corporación tan difícil como es el Senado por circunscripción nacional.
El segundo es el delfín de la valenciocracia y nacido en la capital, Santiago Valencia, quien en la práctica está sustituyendo en esa corporación la curul que ostentaron su padre Fabio Valencia y luego el dueto de los Gómez Martínez, los periodistas Juan y Ana Mercedes, quienes por años hicieron conservatismo y ahora sustentan los postulados del uribismo, que viéndolo bien es lo mismo.
Del Centro Democrático se esfumó la representación ramista por sus errores en la estrategia electoral.
Los partidos históricos, el Conservador y el Liberal, perdieron, cada uno, una curul al pasar de tres a dos escaños.
Los rojos están estrenando en el Senado a Julián Bedoya y a Iván Agudelo, ambos prevenientes de la Cámara y sustituyen las curules que tenían Luis Fernando Duque García, un veterano que le dijo adiós al Senado, y Sofía Gaviria. La tercera curul liberal se había perdido prematuramente con la renuncia a su curul en el 2015 de Eugenio Prieto.
Los azules conservadores mantuvieron con muy buenas votaciones dos escaños. Por un lado fue reelegido Juan Diego Gómez Jiménez y llega al Senado el dirigente de Itagüí, Carlos Andrés Trujillo. La Casa Suárez perdió su escaño al no ser reelegida Olga Suárez.
El Partido de la U pese a su retroceso en votos, mantuvo sus dos curules en Antioquia. El senador Germán Hoyos consiguió otra vez su reelección y está debutando como senador el excámara Juan Felipe Lemos Uribe, quien reemplaza la curul de Mauricio Lizcano, quien no aspiró.
Y la Alianza Verde en Antioquia consiguió por primera vez dos curules en el Senado. Como ya lo anotamos, después de 32 años retorna a esa corporación el hoy fajardista Iván Marulanda, al tiempo que de las cenizas resurge nuevamente la curul que tenía, pero en el liberalismo, Piedad Córdoba, pero ahora con su hijo médico Juan Luis Castro Córdoba, quien cambió de partido y la flauta le sonó por los verdes.