El Museo de Arte Moderno de Medellín, Mamm, inauguró la exposición Contrarrelatos, una colección de arte contemporáneo de más de 70 artistas nacionales e internacionales.
La pintura, el arte plástico y la fotografía de diferentes épocas se unieron para dialogar en seis núcleos divididos, pero heterogéneos.
Esa es la concepción que tiene la exposición Contrarrelatos, colección que se ha logrado gestar a lo largo de los 39 años de historia local que tiene el Museo de Arte Moderno de Medellín, Mamm.
En ella, tres salas del Museo: D, E y F, resguardarán por un año las más de 90 piezas de 72 artistas nacionales y latinoamericanos, las cuales en su mayoría fueron donadas al museo entre los años 40, 50 y 60, toda una serie de obras contemporáneas que lograrán crear un colectivo artístico amplio y diverso.
Los núcleos temáticos son: Afuera-adentro, Cambios de piel, El sueño de la razón, La forma como principio, La imagen expandida y La transgresión de los límites, que transportarán a los visitantes en una experiencia multicultural, sensorial y artística que se sale del modelo canónico y tradicional de las colecciones institucionales.
“Esta exposición examina de forma crítica la colección del Mamm, analizando sus particularidades, así como las circunstancias de su conformación a lo largo de la historia. Es una colección predominantemente colombiana, que refleja muy bien la historia del Museo. Pone en evidencia los rasgos de diversidad, discontinuidad, arbitrariedad y descentramiento que caracterizan tanto al acervo del Museo como a la posmodernidad misma”, comentó la curadora de la exposición, Melissa Aguilar.
Débora Arango, Mónica Negret, María Teresa Cano, Beatriz González, Adolfo Bernal, Germán Botero, Julián Posada, Hugo Zapata y Benjamín de la Calle, entre muchos más, son los artistas de los que se podrá apreciar sus obras y conceptos.
Como factor añadido y destacado, habrá dos obras que datan de principios de siglo XX que fueron separadas de la colección por el valor histórico correspondientes a los artistas Marco Tobón Mejía y Roberto Páramo, piezas que representan el punto de quiebre entre la tradición y la academia, además de las aproximaciones al arte contemporáneo.
Para María Mercedes González, directora del Mamm, el que los núcleos no estén organizados de manera lineal o cronológica no hace compleja su comprensión, ya que se dispusieron obras de transición que lograrán sincronizar un espacio con el otro.
“Tenemos una colección enorme, pero no es ni el 10% de la colección del Museo, porque son más de 2.000 piezas y aquí sólo son 90.
Si bien hay obras con las que la gente puede estar familiarizada también una de las ideas de la investigación y ejercicio de curaduría fue dar visibilidad a piezas que tal vez se están exhibiendo por primera vez o que no se exhibían desde hace un muy buen tiempo”, comentó González.
Ante esto, Aguilar resaltó también que uno de los ejercicios importantes durante el proceso de curaduría fue desentrañar piezas antiguas y tener la posibilidad de contar y articular las narrativas desde lugares que parecerían los menos importantes o desconocidos.
“A pesar de que el Museo de Arte de Medellín se llama Moderno nos acercamos más al modelo de museo de arte contemporáneo con una relación mucho más vitalista con el entorno y por lo tanto se logró que la colección se fuera configurando de una manera más pluricultural, que tuviera que ver más no con un proyecto a largo plazo, sino más con las exposiciones que se hacían para ese momento dentro del Museo en las que una figura muy importante para la realización de esta colección fue Alberto Sierra y su gestión con la que logró la donación de la mayoría de las obras”, explicó la curadora.
Añadió que siempre el ejercicio de la curaduría será subjetivo y arbitrario suponiendo la articulación de los intereses de quien hace la revisión, por lo que la idea de Contrarrelatos provino de la posibilidad de contar situaciones comunes desde otras piezas menos visibilizadas que logran actualizarse y entrar en diálogo con otras piezas en la colección mucho más conocidas e icónicas.
Se crearon fichas técnicas en el Museo con las especificaciones de cada núcleo, nombre y pieza, además de las características de las obras para los visitantes, quienes podrán apropiarse de la colección que será expuesta por más de un año.
Leer, investigar, trabajar o estudiar serán algunas de las actividades que se podrán realizar en el nuevo espacio otorgado por el Mamm para el público en general: la nueva Sala Estudio, que contará con entrada libre permanente de martes a sábado en horario igual al del Museo.
Jorge Bejarano, director de la Sala, destacó que este espacio múltiple estará al alcance del público que visite el sector contando con un archivo y una biblioteca de arte contemporáneo.
El espacio contará con diferentes categorías de consulta: artistas colombianos, artes, museología, memoria Mamm, hemeroteca y archivo vertical, entre otros, constituidos por alrededor de 2.200 libros, en su mayoría de ejemplar único.
“La Sala Estudio es un archivo privado de interés público, que, por su valor para la historia, la investigación, la ciencia y la cultura brinda un contexto más amplio de la creación de arte local y nacional”, dijo Bejarano.
La directora del Mamm, María Mercedes González, comentó: “Esperamos todo el compromiso de la gente con el cuidado del espacio y libros ya que será de entrada libre”.
La Sala contará con una programación académica mensual que podrá ser consultada en www.elmamm.org.