Unicef pide que se luche contra el abuso y la explotación de los menores, que se acabe con las detenciones, se les permita la reunificación familiar.
El número de niños que emigran solos se ha disparado en todo el mundo y se ha multiplicado por cinco en la última década, señaló hoy Unicef con la intención de que estos datos despierten la atención de los líderes del G7, que se reunirán en Sicilia el 26 y el 27 de mayo.
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El Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) urge a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido a adoptar un plan de acción para atajar el problema de la migración infantil.
Unicef pide que se luche contra el abuso y la explotación de los menores, que se acabe con las detenciones, se les permita la reunificación familiar, se les ofrezcan oportunidades de educación en los países de tránsito y destino, se combata la xenofobia y el racismo y que se aborden las causas que les empujan a emigrar.
"Los países más ricos del mundo deben unirse en favor de la infancia y dejar de ver a los niños como criminales, amenazas o cargas", dijo en una rueda de prensa la directora de Europa y Asia Central de Unicef, Afshan Khan. Al menos 300.000 niños migrantes no acompañados se desplazaron clandestinamente entre las fronteras en 80 países a lo largo de 2015 y 2016, asegura Unicef en un informe publicado hoy.
En el mismo periodo, un total de 170.000 niños solos solicitaron asilo en Europa, mientras que en el otro lado del Atlántico la guardia fronteriza estadounidense interceptó a 100.000 niños cuando intentaban cruzar desde México. Estas cifras son cinco veces superiores a las registradas hace más de quince años por Unicef.
La intensificación de los conflictos y la proliferación de fenómenos meteorológicos extremos en Oriente Medio, en África subsahariana y el sudeste asiático han provocado un aumento considerable del tránsito de inmigrantes ilegales y de refugiados en el mundo, y la mitad de ellos son niños.
Las rutas migratorias más peligrosas para los menores son la del mar Mediterráneo, la bahía de Bengala en India y el mar de Andamán en Birmania y Tailandia, el Mar Rojo y el Cuerno de África y la frontera entre Estados Unidos y México.
El endurecimiento de barreras a la inmigración ilegal y el aumento de la xenofobia en el Viejo Continente no han frenado la llegada de menores a Europa. Nueve de cada diez niños navegaron en 2016 y en los dos primeros meses de 2017 solos a través de la ruta del Mediterráneo central, que une el norte de África e Italia, mientras que los menores no acompañados representaron un 75 % del total de inmigrantes indocumentados que emprendieron esta travesía en 2015, según Unicef.
Además, el porcentaje de niños solicitantes de asilo en países europeos se ha duplicado desde que representaron uno de cada cinco en 2008 hasta el tercio del total que supusieron el año pasado. La desconfianza y el miedo a la detención y a la deportación empuja a los niños a proseguir vías migratorias ilegales y a caer en las redes de grupos de contrabandistas en vez de solicitar protección y apoyo a las autoridades, con lo que no pueden beneficiarse de programas de reunificación familiar o de visados humanitarios.
El 90 % de los inmigrantes ilegales, adultos y menores, que entraron en Europa recurrieron a grupos contrabandistas en algún momento de su viaje, una industria al margen de la ley que generó entre 4.700 y 5.700 millones de euros en 2015, descubrió Unicef.
Por otro lado, el organismo de la ONU en favor de la infancia reiteró que el tráfico ilícito de inmigrantes está estrechamente ligado a la explotación, y aportó datos de Europol que aseguran que el 20 % de los contrabandistas tienen vínculos con la trata de personas y el 22 % está ligado al narcotráfico.
Unicef denuncia, asimismo, que tres cuartas partes de los 1.600 inmigrantes de entre 14 y 19 años que llegaron a Italia en 2016 se vieron obligados a trabajar sin remuneración y permanecieron retenidos en contra de su voluntad.
A su vez, nueve de cada diez inmigrantes indocumentados procedentes de África Occidental sufrieron malos tratos en 2015.
Por otro lado, Unicef reconoció desconocer el número de niños inmigrantes y refugiados retenidos en centros de detención en el mundo, aunque sí sabe que al menos un centenar de países llevan a cabo esta "práctica peligrosa" para los menores.
En general, Khan alabó la respuesta alemana, italiana y canadiense a la crisis migratoria, y ha pedido a estos estados "defensores de los niños migrantes" que demuestren "liderazgo" y que trabajen para conseguir un acuerdo en favor de los menores refugiados con las otras potencias la semana próxima en Sicilia.