Para Memo Morales, el legendario cantante de los Billo’s Caracas Boys, aplicaría el dicho que reza: “Murió en su ley”. El cantante, reconocido por haberle puesto banda sonora a la vida de varias generaciones de latinoamericanos con distintos ritmos, entre los que destacaba el tropical, murió de un infarto en pleno concierto en la madrugada del primero de enero de 2017, en una celebración de Año Nuevo ofrecida en Caracas, Venezuela.  “Se desplomó mientras cantaba pero se le veía feliz”, aseguraron algunos asistentes al evento. Tenía 79 años. 

Morales, también conocido como El Gitano Maracucho, fue una voz decisiva de los años 70 y 80 con éxitos como  El tunante, Rumores y Gitana, que le ayudaron a  cimentar un prestigio que pocos cantantes,  de los muchos que pasaron por los Billos’s, no pudieron alcanzar. “A pesar de que la Orquesta, a lo largo de su trayectoria, tuvo muchas voces principales, pocas como la del Gitano -también se podría contar al maestro Cheo García-, porque fue el único que se le midió a cantar pasodobles, boleros y plenas españolas, y por eso el apodo por el que todo el mundo lo conoce”, aseguró Édgar Berrío, propietario de la cadena de video bares Melodía Para Dos, y uno de los grandes conocedores de la trayectoria de la Orquesta.

La estrecha relación que mantuvieron los Billo’s Caracas Boys con Colombia -en cabeza de Morales- no sólo fue por la entusiasta recepción que tuvo su música en el público nacional sino también por el sabor y la influencia colombiana que tenían varios de los trabajos de la orquesta venezolana, en particular por la colaboración de varios colombianos en la composición y arreglo de muchas de sus canciones. 

“La música que grabaron los Billo’s tiene gran influencia colombiana porque la mayoría de las letras y los arreglos fueron hechos por colombianos, músicos como Óscar García y compositores como  Edmundo Arias, Pacho Galán y Alberto Barros. Además, a diferencia de otros países y hasta de su misma natal Venezuela, en Colombia aprendimos a quererlos y a conocerlos, a respetarlos y a estudiarlos como se debía. A darles su lugar”, agregó Berrío. 

El legado de este músico, para muchos fanáticos y expertos, será  un legado de mucha música; de osadía en los ritmos y de calidez y cercanía en los conciertos, con una voz que no pasará de moda y que será, como todas las grandes voces, reconocible en cualquier lugar. 

Trayectoria

Memo Morales (Guillermo Enrique Morales Portillo; Maracaibo, Venezuela, 1937) comenzó cantando en programas de aficionados. El 1 de julio de 1964 ingresó como cantante de La Billos Caracas Boys, en donde tuvo como compañeros a Cheo García y a José Luis Rodríguez. Durante su estadía en la orquesta, concluyó sus estudios de locución, obteniendo el título de locutor profesional en 1967, año en el cual grabó con Billo Frometa y la Sinfónica Venezolana el tema Canto a Caracas. Innumerables fueron los éxitos en la voz de Memo, tales como Ni se compra, ni se vende, Rumores, Parece mentira, Viva España, El tunante y Se necesitan dos. En marzo de 1976 se retiró de la orquesta La Billos y ese mismo año se lanzó como solista. En 1977 hizo parte de la orquesta Los Solistas, en donde permaneció hasta 1980, cuando pasó a la orquesta La Inmensa, donde trabajó con Chico Salas. El 15 de julio del 2015 fue su última presentación en Medellín, gracias a Melodía Para Dos, quien trajo a Memo Morales en varias  ocasiones y logró que de nuevo se reencontrara con la Billo’s Caracas Boys.