Las pocas líneas que han salido sobre este evento, que está en la tercera edad como lo dice su versión número 83, no han sido propiamente para aplaudirlo. No fue este 2017. Desde hace algunos años se le ha venido notando al Reinado Nacional un cierto decaimiento, como de enfermedad que llega pronto. Como dicen los costeños del Corralito: “tengo el cuerpo disgustao”. El disgustao es que está de cama y hay que llamar a especialistas. Uno de estos especialistas es que el nuevo socio, RCN televisión, no lo hizo del todo mal. Hay momentos a rescatar que se vieron muy bien en la noche del lunes, noche a la que, a la hora de la verdad, no hay que darle tanto palo. Tampoco como lo expresa la señora Thomas, quien esta semana escribió feliz que esto es belleza artificial ausente de sí misma. Feliz porque el reinado de belleza no recuperará su antigua y vetusta gloria. 
Por favor, hay que ser comprensivos ante el paso del tiempo. Las distinguidas señoritas, sin lugar a dudas, de aquellos años 40 y 50, no se parecen en nada a las chicas de esta generación. El grupo familiar en que se han levantado dista kilómetros en postura, pensamiento, educación y formación familiar. Lo que antes se hacía por debajo de la mesa, ahora se hace y se zapatea por encima de ella. El tema reinas es traducido a mujeres bellas que sueñan con ser coronadas como la más bonita del territorio. El tema reinado es otra cosa y aquí sí hay que poner el ojo en toda la manipulación económica, de propaganda, de intereses y también, por qué no decirlo, de verlas a todas, no como ellas quieren, sino como la marca de cosméticos lo exige,?peinadas con la misma onda, maquilladas con un mismo estilo y vestidas de uniforme.
Esta generación de chicas es tan bella, inteligente y preparada como las distinguidas señoritas de los años 40-50.
Pero no todo es a raja tabla por qué sí en este reinado. Una producción de televisión pude ser divertida, con enseñanzas, con personajes que digan algo. Por ejemplo, las imágenes de la ciudad de Cartagena fueron de admirar. Respecto al abanico musical de RCN, sacamos en limpio la presentación del Grupo Herencia de Timbiquí, los demás, son efectos del doblaje y punto.
Andrea Serna es una presentadora de respeto, pero no se vio su figura elegante y atractiva y el parejo que le pusieron, el actor venezolano Luciano D´Alessandro con pinta de hombre pero con una vocecita que no se la escuchaba sino él. Este año los trajes de baño de la colección Leonisa fueron admirables, les resaltaban la figura a cada una de las 23. 

Los vestidos artesanales
Unas obras de artesanías dignas de admirar, punto en el que ameritaba una mirada más de atención, de decir quiénes habían sido los autores de cada obra. Elementos que trabajaron sectores de lejanas tierras. Un aplauso para esta pasarela que habla de todo un país y sus raíces.

Trajes de gala 
En materia de trajes de gala, la línea fue casi que ver lo mismo en una y en otra. La señorita Cartagena, actual reina, desfiló con un diseño de Hernán Zajar que a muchos les gustó y a muchos no les pareció bien ni el color. La Señorita Antioquia, Vanessa Pulgarin, con diseño de Alfredo Barraza, hubiera  resistido un diseño más contundente ya que su figura, después de haber ganado el primer puesto, no necesitaba mostrar más con la pierna al descubierto y en un color que no decía nada.
En los reinados de hace años, la competencia entre diseñadores era una competencia sana. A la hora de la verdad, este es un trabajo que requiere impacto en su creatividad. Acertar con textura, color e incluir las tendencias de moda no es nada fácil, cuando de pasarela de reinas se trata.
Don Raimundo eliminó el nombre del autor de los vestidos de gala, lo mismo que nos quedamos sin saber quiénes diseñaron tan maravillosos vestidos artesanales a los que él llama “trajes de fantasía” que significa otra cosa distinta. Cientos de nuestros artesanos trabajaron en ellos y esto vale la pena.

Ahora toca esperar el nuevo ritmo RCN vs Raimundo para el 2018.