El uso de buses con energías limpias ayudará a disminuir la cantidad de contaminantes en el valle de Aburrá.
El precio del bus estaría cercano a los 320.000 dólares, unos 911 millones de pesos.
En los últimos días la renovación de la flota del buses del Metroplús, para cambiar de gas a vehículos con energía eléctrica, ha estado en boca de las autoridades de la ciudad. Se pretende que Medellín sea la capital del continente en el uso de transporte público eléctrico.
Precisamente, la empresa Kenworth de la Montaña se encuentra preparando una de las opciones para que Metroplús utilice el prototipo de bus eléctrico que se encuentran desarrollando y que en ocho meses estará disponible para su salida al mercado.
Sergio Jaramillo, gerente técnico a nivel nacional de Kenworth de la Montaña, manifestó que desde hace 3 años se viene trabajando en un proyecto para proponer como alternativa de movilidad limpia en el Valle de Aburrá con un bus con capacidad para 80 pasajeros, 43 de ellos sentados.
“Buscamos presentar una opción palpable de un bus de esta tecnología, enfocado hacia la operación de los buses de transporte masivo como Metroplús y las integrados en las rutas y troncales que proyectan en sus cambios”, indicó Jaramillo.
El vehículo prototipo presenta una configuración tipo padrón, de 12 metros, y cuenta con dos motores que proporcionan cada uno 200 kilovatios de potencia, lo que equivaldría en total a 536 caballos de fuerza si se comparará con un vehículo de combustión interna.
Además, la recarga de sus baterías se puede lograr con tomacorrientes de 220 voltios y el cargador para vehículos en un tiempo de cinco horas, que gastaría un total de 180 kilovatios, que a precio de las ecoestaciones de EPM serían unos 146.000 pesos aproximadamente para una autonomía promedio de entre 300 y 350 kilómetros.
“Obviamente esto dependerá de la topografía, porque si tenemos que subir habrá un mayor gasto de energía, pero el vehículo cuenta con una tecnología de regeneración, es decir, que la energía que se pierde en el ascenso se recupera en parte durante el descenso porque la inercia genera esa carga”, explicó Jaramillo.
El bus, fabricado por la empresa china Yutong, cuenta con baterías americanas que brindan una vida útil de 15 años.
Edward Betancur, asesor comercial de Kenworth de la Montaña, aseguró que con las pruebas que se han realizado se busca evaluar el desempeño del tren motriz del automotor bajo las condiciones topográficas que expone.
El vehículo se probó en rutas reales donde opera el Metroplús. Tuvo su recorrido por la calle 30 y además se buscó revisar el comportamiento entre la estación Hospital y Aranjuez. Todas las pruebas se simularon con carga usando 100 sacos de arena de 60 kilos, es decir, 6 toneladas.
El precio del bus eléctrico con el que Kenworth de la Montaña entrará al mercado de la movilidad eléctrica ronda los 320.000 dólares americanos, unos 911 millones de pesos, y buscará competir contra los vehículos a gas cuyos costos oscilan entre los 600 y 750 millones de pesos por sus características.
EL MUNDO tuvo la oportunidad de hacer un recorrido en este vehículo 100% eléctrico entre Sandiego y el restaurante Doña Rosa, de Las Palmas.
El trayecto comprendió 26.4 kilómetros, 13.2 subiendo y 13.2 bajando. Al momento de la subida el bus inició su ascenso con un 74% de la carga en su batería.
Los motores de este automotor no generan ruido, por lo que lo único que se escuchaba era la fricción de los neumáticos contra el pavimento. Allí se alcanzó a hacer la subida con velocidades de hasta 60 kilómetros por hora y una vez terminó su ascenso su batería indicó que consumió un 13%, es decir, llegó en 61%.
Durante todo el recorrido el bus contó con todos sus implementos eléctricos encendidos, como aire acondicionado, luces, cámaras y sensores de proximidad en la vía. En el descenso, utilizó su sistema de regulación de velocidad, lo que evitó el uso del freno en gran parte del trayecto y a medida que iba bajando la inercia del vehículo recargaba la batería por su efecto de regeneración hasta llegar al 69%.
Es decir, durante la ruta el vehículo perdió 13% de batería subiendo y recuperó 8%, lo que indica que sólo utilizó 5% de esa carga para realizar el recorrido sin presentar falta de potencia y velocidad.
Los problemas de calidad de aire que afronta el Valle de Aburrá radican gran parte de su causa en el crecimiento del parque automotor.
Según el Inventario de emisiones Atmosféricas en el valle de Aburrá, el 80% de la contaminación por PM 2.5 directo proviene de los vehículos. De ese rango, los buses ocupan el cuarto puesto con el 10%, detrás de las motos de 4 tiempos.
El cambio del transporte público será clave para mitigar los efectos de la polución en la salud y desde las autoridades se han propuesto que al 2019 los buses estén en un 70% utilizando tecnologías nuevas que emitan menos cantidad de partículas.
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