Una nueva sesión de electro shock ha concluido

Autor: José Alejo Mirabal
19 abril de 2017 - 07:46 PM

El narcoestado les ha infringido una nueva derrota a los trabajadores y asalariados de ambos bandos.

Venezuela

Dedicado a los derrotados defensores de la “democracia y libertad” y a los no menos vencidos simpatizantes del militarismo y la delincuencia oficial. Todos ellos patriotas: Unos cooperantes, otros no cooperantes.

Hoy, 19 de abril del 2017, a la 11:00 a.m., la situación de la “Madre de todas las Batallas” era la siguiente en el “frente de guerra” que este corresponsal pudo cubrir:

Dada mi condición de peatón, logre conseguir transporte que me dejara en el terminal de La Bandera, a la entrada del Valle. El transporte que me traía del interior solo pudo recorrer la autopista de Coche-Plaza Venezuela, hasta la entrada de Los Chaguaramos, al final del nuevo elevado construido a la altura de los Chaguaramos. Allí la Policía Nacional y la GNB trancaban el paso, obligando a los vehículos a devolverse hacia Los Próceres y al acceso que conecta Santa Mónica con el terminal de La Bandera.

Al citado terminal, llegue entre las 10:15 y las 10:45. En ese lugar y sus alrededores, estaba totalmente copado con autobuses oficiales y cualquier cantidad de autobuses de líneas privadas, la gran mayoría o la totalidad con una capacidad entre 42 a 50 pasajeros de las diversas líneas privadas, especialmente del centro occidente del país. Conservadoramente, incluyendo los autobuses que estacionaron en la avenida Fuerzas Armadas, solo en esa zona se estacionaron unas 250 unidades de transporte, lo que indica que por esa zona y desde el interior del país llegaron entre empleados públicos y militantes del Psuv unas 12.000 personas. Hago constar que desde Hoyo de la Puerta y Tazón hasta llegar al terminal de La Bandera durante todo el trayecto de bajada solo vi transitando hacia Caracas una unidad de Expresos Occidentes y escasos vehículos saliendo hacía en interior del país.

A las 10:45, tan pronto descendí del vehículo que me transportaba, tomé una buseta que se dirigía al centro de Caracas. Al abordarla la colectora advirtió "pasaje en mano y llegamos hasta donde se tranque el tráfico”. Efectivamente solo recorrimos 200 metros, a la altura de la estación del Metro de La Bandera, se encontraba cerrada la circulación hacia el norte, y pese a la protesta de los pasajeros, la buseta se devolvió. Desde ese sitio hasta el edificio el Ince en la Nueva Granada estaba ocupada por manifestantes chavistas, que pese a la hora, casi las once de la mañana, aun no marchaban hacia la avenida Bolívar.

Este corresponsal tomo el Metro desde la Bandera, que casualmente estaba funcionando. Creí que podía llegar hasta la Plaza Venezuela, a las 7:30 a.m. lo había visto abierto. Mi ilusión duro solo dos estaciones, en Ciudad Universitaria ordenaron abandonar los vagones, porque hasta allí prestaban servicio. La opción que nos sugieren es tomar las busetas que prestan el servicio desde el Cementerio a Carmelitas, y claro estas, habían dejado de funcionar. Como simple peatón, hice uso de mi único transporte seguro, y eche a caminar atravesando la Ciudad Universitaria desde la entrada de la plaza de las Tres Gracias hasta la salida hacia la Plaza Venezuela. La UCV, estaba totalmente desolada, a su entrada solo había tres policías nacionales. Al llegar a la salida buscada, como era de esperarse estaba tomada por la Policía Nacional y la GNB impidiendo el paso de vehículos hacia la universidad.

Como mi itinerario terminaba en el centro de Caracas, la vía peatonal más corta era atravesar la autopista del este, llegar al parque Los Caobos y desde allí seguir hacia la avenida Urdaneta. En ese momento, una pareja de jóvenes me pregunta hacia donde queda el teatro Teresa Carreño y como iba en la misma dirección, decidieron seguirme. Al bajar a la autopista, existía un bloqueo de GNB y Policía Nacional a la altura exactamente de la entrada a la UCV, frente al Jardín Botánico. Al bajar a ese lugar observé a lo lejos en dirección a San Agustín-Parque Central una marcha que en principio la confundí con una marcha oficialista, tomando en consideración su cercanía de la avenida Bolívar y del Teatro Teresa Carreño.

Atravesé el cordón policial y tome dirección hacia el oeste buscando la entrada que comunica esta autopista con el parque Los Caobos. En ese momento, los compañeros de rutas se comunicaron con la gente de la marcha y siguieron hacia ella. Al estar más cerca, observo que la marcha está siendo contenida por la Policía Nacional y GNB, resultando que era una marcha de la oposición.

En ese momento me asaltó una duda: ¿Que hacia una marcha del pueblo convocada por la oposición marchando hacia la Plaza Venezuela, cuando el objetivo definido por la dirección opositora, era precisamente llegar a la Defensoría del Pueblo, que queda en la Av. Urdaneta, Edif. Centro Financiero Latino? Demás está informar, que la sede de la “Defensoría del Puesto” desde las 6 a.m. estaba totalmente custodiada por la GNB, y desde allí hasta la esquina de Urapal, existían varias alcabalas y piquetes de la GNB y Policía Nacional

Continué mi caminata en dirección a la marcha, buscando el parque de Los Caobos. Llegando a dicho puente, que comunica la autopista con dicho parque, noto que los dirigentes de la marcha opositora llaman a los manifestantes a “esperar la otra marcha” y observo estos últimos manifestantes de la oposición que estaban en la avenida paralela a la autopista, empiezan a desalojarla y trasladarse a la autopista.

En ese instante hay una movilización violenta de unos 20 motorizados de la GNB, que estaban cerca del piquete de la Policía Nacional, que contenía la marcha de la autopista. Los motorizados militares se van hacia el piquete que está al frente de la UCV y motorizados de la PN, comienzan a encabezar la marcha de la oposición hacia la Plaza Venezuela. Ante esta situación de “fraternización” entre los bandos enemigos, sobre todo entre policías y manifestantes en medio de la “Madre de todas las Batallas”, comienzo a preguntarles a algunos manifestantes de la oposición porque se desvían hacia la Plaza Venezuela, y no hacia la Defensoría del Pueblo que era el objetivo de la marcha: La respuesta fue la misma, “no sé”, “creí que íbamos a la Defensoría y estábamos cerca”. Una joven me contesta “creí que íbamos a entregar un documento a la Defensoría”, nos interrumpe un joven de Primero Justicia, y le pregunta a la joven ¿Y qué vamos hacer a la Defensoría? Ahí no hacemos nada, y de una vez, ambos tomaron rumbo a la Plaza Venezuela. Mis dudas e interrogantes aumentaron, aunque corroboraban las alianzas y complicidades entre Gobierno y oposición que siempre he observado.

Simultáneamente, a este movimiento de la marcha opositora abandonando la avenida del parque de Los Caobos, la marcha de los chavistas, integrada por una buena parte de empleados de Pdvsa, que venían de la Plaza Venezuela y estaban contenidos por la marcha de la oposición en ese lugar, comienza su avance hacia la avenida Bolívar. Demás está decir, que en todo momento un helicóptero oficial monitoreaba a ambas marchas. Y como era de esperarse, los insultos de ambas marchas separadas por una quebrada y más de 50 metros, inundaron el aire, continuando ambas su camino en direcciones opuestas.

Solo que la del gobierno, iba hacia su objetivo y la de la oposición que venía con pobladores de La Vega, El Paraíso, Puente Hierro, el Cementerio, San Agustín, etc. inexplicablemente fue desviada de su objetivo. ¿Por qué y quién ordeno esa ruta lejos del objetivo anunciado? ¿Quién dirigía esa marcha?

En este momento que escribo la parte final de esta nota, son las 6:00 p.m. Quise esperar esta hora, para corroborar mi apreciación inicial, y mantener la ilusión de que la población que marchaba por la libertad, la democracia y contra el golpe de Estado, asumiera una posición autónoma y se encaminara hacia la Fiscalía General exigiendo el inicio del juicio contra los últimos perpetradores de la “ruptura del hilo constitucional”, tal como le correspondía en su condición de fiscal general de la República.

A esta hora me informan “extraoficialmente” que la “mega marcha” de la oposición términó, en una verdadera desbandada sin pena ni gloria y como Chávez el 4 de febrero, sus dirigentes anunciando que los “objetivos no fueron logrados, pese a que una vez más el pueblo salió a jugarse la vida por su futuro.

Pasadas un poco las 4 p.m. el chavismo le puso fin a su “fiesta anti-golpe” amenizada con discursos, reggaetón y salsa” y alardeando que sus colectivos lograron asesinar un niño, que solo se dirigía a jugar futbol, engrosando los más 350.000 jóvenes asesinados en estos 17 años de revolución, por otros jóvenes que conforman las 18.000 bandas delictivas y colectivos hoy al servicio del Gobierno.

Una vez mas, Gobierno y oposición han logrado su objetivo común: Evitar una rebelión popular autónoma y algo más trágico y letal, aumentar la desmoralización y desilusión de un pueblo, que por enésima vez en su historia pone los muertos, mientras sus dirigentes celebran la victoria y cobran el botín.

La “Madre de todas las Batallas” ha terminado con una nueva derrota para la población de ambos bandos y con la consolidación y el fortalecimiento del Estado militar-policial y delictivo, implantando en el país.

Esta mega fraude, esta inmensa estafa que hoy se ha consumado en Caracas, debe servir para que asalariados y trabajadores del país comiencen a entender, que en Venezuela, no es que este Gobierno viene dando un golpe de estado continuado, desde el 5 de diciembre del 2015, cuando impidió que la oposición alcanzara los 112 diputados, sino que, por lo menos desde abril del 2002, Gobierno y oposición vienen consolidando a través de sucesivas sesiones de farsa y show, de “elecciones democráticas y supuestos intentos golpes de Estados” un verdadero Estado forajido, dirigido por militares y asentados en la industria del crimen. Hoy lo ocurrido en Caracas ha sido un nuevo acto de electro shock en este ya largo ensayo de control y sometimiento social, llamada la revolución bolivariana.

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