Fueron (y aún son) tan grandes, que no hubo  tierra que no pudieran conquistar. Comenzando desde su propio suelo y el nuevo mundo, pasando por el Oriente pretérito y las bellas ciudades europeas. Y cuando buscaron la gloria de los cinco anillos entrelazados bajo el sol de verano y ese privilegio les fue negado, fue tal su determinación que buscaron hacerlo bajo el ajeno frío de unas ciudades invernales. Todo ese esfuerzo tuvo una recompensa y lo que antes fue una utopía ahora es una victoria inicial rumbo al triunfo definitivo.
Finalmente el Comité Olímpico Internacional aceptó al patinaje de carreras en un evento olímpico. Será en los Juegos de la Juventud 2018 en Buenos Aires. Un logro de la Federación Internacional de Patinaje, cuyos miembros trabajaron arduamente durante décadas para lograr el objetivo que por ahora es parcial. Y uno de sus más importantes impulsores fue Colombia, correspondiendo con su papel de máxima potencia en la disciplina. “El desarrollo en los cinco continentes, la masificación en jóvenes y la igualdad de condiciones para hombres y mujeres, fueron factores determinantes para lograr esa inclusión en el programa olímpico. Además del impacto causado luego de ser deporte de exhibición en los Juegos de la Juventud en China 2014”, reseña Alberto Herrera, presidente de la Federación Colombiana de Patinaje.
El reto ahora será adaptarse a los requerimientos de la competencia, pues a diferencia de los campeonatos mundiales donde los patinadores se especializaban en una modalidad, ahora tendrán que afrontar tres pruebas, que en una sumatoria de puntos otorgarán las medallas olímpicas. “Esto implica cambiar el método de trabajo pues ahora debemos formar patinadores más integrales; fuertes como velocistas y semifondistas. Eso nos obliga a empezar a trabajar juntos; clubes y ligas, para organizar calendarios nacionales que incluyan ese formato de competencia de tres pruebas y crear un nuevo escalafón”, explica Herrera.
Pero esa transición no será traumática para Colombia. Así lo cree Elías del Valle, entrenador de siempre de selecciones Colombia y uno de los hombres detrás del imperio dorado del patinaje colombiano en el mundo. “Nosotros trabajamos desde hace mucho tiempo en la formación de patinadores muy completos. Es guía de la Federación la enseñanza de cada modalidad en pequeños desde los cinco años. Luego cuando tienen quince y tienen buena huella técnica y respuesta fisiológica óptima en aumento progresivo de cargas de trabajo, se empiezan con acondicionamientos específicos. Pero como se trae esa memoria, no será difícil acomodarnos a esa nueva forma de entrenamiento”, ilustra el profe Elías.
Esa fortaleza desde la base es lo que permite pensar que el país está para reinar en el plano internacional por muchos años más. “Hacemos campeonatos con los semilleros entre siete y diez años, para orientarlos hacia la competencia y que los clubes se enriquezcan con intercambio de experiencias. Cada evento lo integran entre 650 y 700 niños de más de 100 clubes, y eso no sólo nos da cantidad sino calidad, y la certeza de poder seguir siendo los mejores”, cuenta Jorge Zuluaga, presidente de la Comisión Técnica Nacional de Carreras de Menores.
“En cuanto a la categoría entre 11 y 13 años está nuestro fuerte. Ahí nacen las estrellas. Ahora tenemos que fortalecer los planes de entrenamiento en las regiones, donde están trabajando nuestros juveniles de 15 y 16 años y fortalecer los procesos en los calendarios de competencia nacional, porque tenemos año y medio para consolidarlos para la competencia olímpica”, afirma Herrera.
Pero por más talento y preparación federativa que haya, prepararse para unos Olímpicos necesita inversión y apoyo. “Ya los recursos para este año estaban asignados por Coldeportes pero no se contaba con tener que  preparar deportistas para unos Olímpicos. Así que esperamos el apoyo de Coldeportes y el Comité Olímpico Colombiano para que cuatro o cinco patinadores vayan a competir en los próximos meses a Europa y prepararse para el formato olímpico  y así ir buscando el camino al podio en Buenos Aires 2018”, insta Herrera.
Es la ventaja que permite tener los objetivo claros: ahora, a falta de unos Juegos Olímpicos para el patinaje colombiano, existen dos frentes en los cuales es necesario seguir trabajando por las anheladas medallas olímpicas, pues además de los Juegos de la Juventud, Colombia hace rato tiene la mira puesta en los Juegos de Invierno y prepara ese objetivo. “El programa de Invierno parecía una locura para Colombia, pero ahora tenemos cuatro patinadores con marcas mínimas para clasificar, entre ellos destaca Pedro Causil, contratamos a Ryan Shimabukuro, entrenador campeón olímpico y creemos que con esa apuesta podremos cristalizar la presencia en los próximos Olímpicos de Invierno”, cuenta el máximo dirigente del patinaje colombiano.
Para Alberto Herrera, estos Juegos de la Juventud son un paso más hacia la reivindicación definitiva. “Tuvimos muchos campeones del mundo que no pudieron ganar una medalla olímpica. Ahora trabajamos en varios frentes, apostamos por los Juegos de Invierno y no damos brazo a torcer para alcanzar los de Verano en unos años. Esto es un aliciente para cientos y miles de niños de todos los orígenes y condiciones que llegan y seguirán llegando a esta disciplina. Que trabajan durante siete u ocho horas diarias y cuando se ponen sus patines se trazan un objetivo claro”, declara el dirigente.

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Cómo serán la clasificación y los Juegos 

24 deportistas, 12 hombres y 12 mujeres, se clasificarán en el ranking del Mundial de Patinaje de Carreras de 2018 y disputarán en los Olímpicos de la Juventud dos medallas, (damas y varones), tras la sumatoria de los resultados de las pruebas de 500, 1.000 y 5.000 metros eliminación.
La primera competencia válida para ese ranking serán los Roller Games en China, en septiembre.