Un iraní fue el ganador del IV Premio Internacional Tragaluz de Ilustración, su nombre es Mohammad Barrangui, quien logró conquistar a los organizadores con su obra, tanto así, que fue reconocida por encima de otras 899 propuestas procedentes de distintos lugares del globo y pudo ser apreciada este miércoles en una exhibición artística al interior de la Casateatro El Poblado.

“Esta muestra reunió 50 trabajos de lo que fue la IV convocatoria del Premio Internacional Tragaluz de Ilustración, que se convocó en 2017. Recibimos cerca de 900 creaciones de 52 diferentes países, lo cual representa un crecimiento exponencial frente a la participación en pasadas ediciones del concurso”, afirmó la asistente editorial, Daniela Gómez.

Los promotores de la competencia artística recibieron con placentera extrañeza la cantidad de piezas gráficas enviadas por sus creadores, según relató Gómez, fue tal el impacto por la abundancia de buenos trabajos que por ese motivo decidieron realizar la exposición de las 51 obras finalistas, las cuales están basadas en un apartado de las obras literarias predilectas de sus dibujantes.

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Fue muy emocionante para la editora encontrar tantos dibujos en su correo electrónico, y aún más gratificante, según sus palabras, ver que dichas obras llegaban de diversas partes del mapa mundial. Entonces gracias a la respuesta de los artistas ilustradores, el certamen contó con obras importadas desde Alemania, Gran Bretaña, Escocia, Georgía, Taiwan, Bangladesh y Hungría por mencionar sólo algunos.

“Fue algo que no vaticinamos, pero nos pusimos muy felices, ha sido una recompensa. Así supimos que todo lo hecho por Tragaluz en cuanto a ilustración se ha extendido a otras dimensiones y ya tiene un eco que trasciende lo continental, de hecho, como ya se sabe nuestro ganador de esta edición es iraní”, expresó Gómez.

La obra enviada a Medellín por Mahammad Barrangi cautivó al comité responsable de elegir la pieza ganadora. En palabras de la asistente editorial de Tragaluz, llamó la atención la lógica narrativa del dibujo, que es la lógica de oriente, entonces proyecta unos símbolos únicos por el color del papel y la técnica, lo que permitía presentir su llegada desde tierras lejanas.

Esa lejanía representada en la obra, narró Gómez, hizo viajar las mentes y los espíritus del jurado. El trabajo los deslumbró, “porque es muy mágico y poderoso narrativamente”. Luego, la esencia magistral encerrada en la creación de Barrangui, despertó en el comité la necesidad de indagar más respecto al artista.

“No nos equivocamos, es un ser muy especial. Es joven, aunque residía en Irán, hoy día es un refugiado político. Es un chico que además se desempeña como atleta paraolímpico, y como tiene dificultad en una de sus manos, pues no le sirve para pintar, entonces se vale de sus otras extremidades para poder realizar estas actividades. Pero nosotros no sabíamos nada de eso al ver su trabajo por primera vez, su arte se vale por sí mismo”, reveló la asistente editorial.

Ahora, el iraní se alistará para publicar un libro con la editorial colombiana, algo que desde el sentir de Gómez genera amplia expectativa entre los miembros del comité de la casa editora, y resaltó que esa es la importancia de este concurso, una oportunidad para descubrir nuevos virtuosos anónimos esperando por una posibilidad para compartir su arte.

Ahí está la magia inserta en el Premio Internacional Tragaluz de Ilustración, “un bufé de nuevas historias interesantes” que reflejan diferentes culturas, pensamientos y sensaciones.