Un gran paso de la izquierda hacia el poder

Autor: Saúl Hernández Bolívar
30 octubre de 2019 - 12:00 AM

El Señor de las Bolsas debe estar frotándose las manos, la efectividad de la fórmula está probada; si cayó Medellín, caerá el país en 2022.

Medellín

El gran ganador de las elecciones regionales de ayer en Colombia se llama Gustavo Petro Urrego. ¿Por qué? Porque triunfó en Bogotá con su candidata Claudia López y, en Medellín, con su candidato Daniel Quintero Calle. Hay quienes dirán que eso no es cierto, que López era candidata de Fajardo y no de Petro, pero ese es un juego de apariencias. Claudia López es una política de extrema izquierda mucho más afín al discurso de Petro que a las medias tintas de Sergio Fajardo. Es una archienemiga del uribismo, tal como lo es Petro, mientras Fajardo siempre ha mostrado una tibia neutralidad («ni uribista ni antiuribista»). De hecho, López tuvo en su campaña a una de las más acérrimas enemigas del expresidente Uribe: la exalcaldesa de Apartadó, Gloria Cuartas.

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En cuanto al nuevo alcalde de Medellín, el juego político es bastante conocido. Petro tiene muy mala imagen en la capital antioqueña, por lo que había que desligarlo de Quintero a como diera lugar. Así que este se presentó a los comicios como un candidato independiente a pesar de que no ha sido muy independiente que digamos; más bien, muy incoherente, un político que se ha arrimado a todos los partidos. Hace 15 años, se lanzó al Concejo de Medellín por el partido Conservador, pero perdió. En 2011, ayudó a su hermano a llegar al Concejo de Medellín por el Partido Verde, tras pedir avales en el Partido de la U y Cambio Radical. Su hermano pasó por el concejo sin pena ni gloria.

Por esa época, Quintero se inventó una formación política provocadora y anarquista llamada Partido del Tomate, dedicada a matonear a la clase política tradicional, incluyendo escraches en calle a tomatazo limpio. Quintero fue acusado por sus compañeros de robarse cuentas de redes sociales, bases de datos y de otras irregularidades. Posteriormente, se lanzó a la Cámara de Representantes por Bogotá a nombre del Partido Liberal, y volvió a perder. Pero, como por arte de birlibirloque, resultó de viceministro de las TIC (tecnologías de la información) en el protervo gobierno de Juan Manuel Santos y de allí salió a trabajar en la campaña presidencial de Petro, en donde se veía muy cómodo echando discursos que cerraba con una repetida frase de batalla: «¡soy Daniel Quintero Calle y quiero que Gustavo Petro sea mi presidente!».

Como es apenas obvio, lanzar un candidato en Medellín, el fortín del uribismo, con esos antecedentes, era un verdadero atrevimiento, pero se dio la oportunidad. Porque eso es Quintero Calle, un oportunista que aprovechó la contingencia del proyecto energético de Hidroituango para hacerse célebre con predicciones apocalípticas que, aunque no se cumplieron, le otorgaron gran notoriedad, sobre todo entre los jóvenes. En múltiples videos se dedicó a insinuar que el proyecto era insalvable y el colapso, inminente, y hasta incriminó a las Empresas Públicas de esconder y eliminar información sobre el tema, además de hacerles muchas otras críticas y acusaciones.

Ahora, con alguien tan sinuoso como Daniel Quintero al frente de la Alcaldía de Medellín, peligra el proyecto de Hidroituango, peligran las Empresas Públicas con su anuncio demagógico de bajar el costo de los servicios públicos y hasta peligra el metro de la ciudad, luego de proponer una nueva línea —subterránea, como le gusta a Petro (Sabaneta-Envigado-El Poblado-Centro-Robledo-Castilla-12 de Octubre)— que nunca ha hecho parte de los planes de expansión del sistema que por años han sido trazados con el mayor rigor técnico y financiero por parte de los expertos de la empresa Metro.

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Pero, ¿cómo es que este vendedor de humo se convirtió en alcalde de la ciudad de Colombia más reacia a la izquierda? Quintero no solo fue lo suficientemente astuto para mostrarse como un outsider genuino, sin jefes ni ideologías, y totalmente desligado de Petro, e incluso de Santos, sino para entender que su triunfo sería posible si lograba romper la tendencia del electorado joven de mostrar indignación en las redes y las calles ante el establecimiento, pero no materializarla en las urnas por simple apatía ante el sistema electoral.

De todos es sabido que el sindicato de maestros (Fecode) ha adelantado una exitosa tarea de adoctrinamiento que tiene como fin el de establecer el socialismo en Colombia. Y, en ese aspecto, los avances son sustanciales. El nivel académico de los estudiantes colombianos es espantoso, pero lo que sí tienen claro es su oposición radical al sistema capitalista y su adhesión ciega a los ideales de izquierda.

El Señor de las Bolsas debe estar frotándose las manos, la efectividad de la fórmula está probada; si cayó Medellín, caerá el país en 2022, y eso si antes la izquierda continental no nos contagia de la fiebre con que quieren hacer arder a Latinoamérica. Estamos advertidos.

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Comentarios:

Mauricio
Mauricio
2019-11-01 09:16:04
Saúl. Su fanatismo utopista extremista y la rabia de perder lo impulsan a la mentira y a la desinformación. Columnistas como Usted dan vergüenza.
Fernando
Fernando
2019-11-01 01:59:05
Extraordinario escrito Saúl.Quedé informado.Gracias.Yo no le veo parcialidad.
José
José
2019-11-01 00:48:20
Quiero hacer una corrección a mi comentario anterior queriéndome referir a la palabra "incorrecto" y a la palabra "correcto".
José
José
2019-11-01 00:40:47
Es difícil tener en cuenta un artículo de esta calaña cuando se nota el fanatismo exagerado en solo los primeros dos párrafos, entonces a la final no sale siendo un artículo de opinión subjetiva y de claridad sino una redacción desde un punto de vista totalmente radical dónde el sentido común empieza a perder lógica con tal de hacer quedar mal a lo que a tu parecer es "correcto", quitándole el espíritu de una crítica real convirtiéndola en una mera defensa de tus ideales. (Quiero aclarar que no soy ni letrista, ni uribista, ni fajardista, ni ninguna mrd de ese estilo ya que ninguno de ellos tiene razones de ser satanizados ni alabados).
Jaime
Jaime
2019-10-31 10:49:22
No estoy de acuerdo con esa apreciación. Más bien me parece una columna para hacer creer a quienes lo leen, que la izquierda se salió con la suya. En lugar de reconocer que ya hay muchas personas cansadas de lo mismo y están buscando alternativas de cambio, no importa yá, de dónde provengan pero que ofrezcan la esperanza de un gobierno más amable para la comunidad y no corrupto.
Edgar
Edgar
2019-10-30 21:48:31
Excelente Don Saúl, como para alborotar la mamertera criolla, como para que los muchachos, que no conocen la historia, vayan recapacitando si es que les es dado, para que escojan qué país quieren, con libertades incluidas, ó la debacle del vecino Venezuela, con la extrema izquierda al mando.
Luis Herney
Luis Herney
2019-10-30 18:12:44
Apreciado columnista: Respetado Saúl leí su columna con total interés. Con un profundo respeto me atrevo a indicar lo siguiente: - El señor Daniel Quintero no vendió humo, solo varitas de incienso que son legales en Colombia. -una mayoría decidimos darle un voto de confianza a este profesionales, sin sesgos o prejuicios. - No soy de izquierda, solo un ciudadano informado que toma iniciativas. -Respeto a señor Alfredo Ramos hijo de un Ilustre gobernador del departamento, pero no me convencio su discurso de una política fracasa en Bogotá , PUES EL IVAN DUQUE DIRIGE DESDE LA CAPITAL. - Respeto al senador y líder del CD Álvaro Uribe Vélez. Pero el fue quien promovió al entonces ministro Santos. Con resultados nefastos para todos. - Ahora, como quiere el respetado senador que creamos en una política impuesta? - Solo fuimos independientes al votar, sin partidos ni jefes politicos. - Aprec -
Pedro
Pedro
2019-10-30 16:01:17
Eavemaria, que Marihuana tan Brava
Oscar
Oscar
2019-10-30 13:33:08
Los, dizque periodistas , como este señor, viven de lo que les pagan por escribir barbaridades que no corresponden a la realidad o de favores como puestos en embajadas. Imagino que a esto aspira este señor. Decir que Claudia es de izquierda es como decir que Uribe no es la extrema derecha. Pero lo entiendo. Él escribe lo que ordena el jefe. El que no esta con Uribe es de la izquierda. Esa es su regla.
RAMIRO
RAMIRO
2019-10-30 09:47:37
Que vergüenza de columna, que cizaña de columna. Que horror leer este tipo de personajes, que nos quieren seguir metiendo el cuento la polarización. Al parecer no entendió el mensaje enviado por los electores.

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