“La aporofobia ha estado presente en la actualidad informativa de 2017: con el drama de los migrantes en diversas partes del mundo, el empobrecimiento de extensas capas de la sociedad en muchos países.
1. Un feliz 2018
De acuerdo con la Ortografía de la lengua española, en los números que designan los años nunca se utilizan punto, coma ni espacio entre las unidades de millar y las de centena.
Cuestión distinta es que ese número no exprese un año en sí, sino una cantidad de años; en este caso sí se introduce un espacio (Hace 40 000 años), pero no el punto ni la coma. Son incorrectas las siguientes grafías: Hace 40.000 años. Hace 40,000 años.
Ejemplos adecuados, correctos: “Puede ser la gran sorpresa del 2018”. “Esperemos que 2018 traiga mejores noticias que 2107”. “Les deseamos un feliz y próspero 2018”.
(Plural: bitcoines en lugar de: bitcoins).
Bitcóin es la adaptación al español de bitcoin, nombre de esta moneda electrónica.
Con motivo de la aparición de esta criptomoneda o moneda electrónica en el mercado de futuros, también surgieron frases como: “La locura del bitcoin: la divisa virtual alcanza los 16 000 dólares”. “¿Son de fiar los bitcoins?”. “El 31 de diciembre el bitcoin cerró en 14.244 dólares….”.
En español, (conceptúa la RAE) este término inglés se adapta adecuadamente como bitcóin (con tilde); su plural: bitcoines.
En singular, se escribe con tilde, por ser voz aguda acabada en ene, y con minúscula y sin ningún resalte tipográfico, al igual que las monedas: dólar, franco, yen.
Las frases anteriores debieron escribirse correctamente así: “La locura del bitcóin: la divisa virtual….”. “¿Son de fiar los bitcoines?”. “El 31 de diciembre el bitcóin cerró en 14 244 dólares…”
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Aporofobia, neologismo que da nombre al miedo, al rechazo o a la aversión a los pobres.
Es la quinta vez que la Fundación Español Urgente da a conocer “la palabra del año”; escogida entre los términos de la actualidad informativa, que tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico.
Han sido elegidas: escrache en 2013; selfi en 2014; refugiado en 2015; populismo en 2016.
En 2017, la Fundación ha optado por aporofobia, un término novedoso que alude a una realidad social arraigada y muy antigua; además, corrosiva.
“La voz aporofobia ha sido acuñada por la filósofa española Adela Cortina en varios artículos de prensa en los que llama la atención sobre el hecho de que solemos llamar xenofobia o racismo al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres”.
“Este término se acaba de incorporar al Diccionario de la lengua española (DLE). En septiembre el Senado español aprobó una moción en la que pide la inclusión de la aporofobia como circunstancia agravante en el Código Penal”.
“Conviene recordar —dice Joaquín Muller, director de Fundéu— la importancia de poner nombre a las cosas para hacerlas visibles. Si no lo tienen, esas realidades no existen o quedan difuminadas. No se pueden defender o denunciar. En esta ocasión, la filósofa valenciana, Adela Cortina, ha hecho una gran aportación a la sociedad y al idioma, y la Institución ha considerado que es merecedora de ser elegida palabra del año”.
“La aporofobia ha estado presente en la actualidad informativa de 2017: con el drama de los migrantes en diversas partes del mundo, el empobrecimiento de extensas capas de la sociedad en muchos países…, con las actitudes de algunos líderes y ciudadanos ante estos fenómenos, en las que son claramente visibles el rechazo y la aversión a los pobres y a la pobreza”.
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Antes de la decisión definitiva, la Fundación publicó una lista de doce palabras finalistas en la que figuraban otros términos de nueva creación, como turismofobia, que alude al rechazo al turismo masificado; uberización, con la que se denomina un cierto tipo de actividad económica basada en plataformas colaborativas.
Además, otras que traducen o adaptan voces extranjeras, como: aprendibilidad frente a learnability;- noticias falsas por fake news;- y algunas más que, sin ser nuevas, han asumido otros usos o sentidos; es el caso de odiador y soñadores, alternativas a hater y dreamers.
Completaban la lista trans, como acortamiento válido de transexual o transgénero; destripe, como alternativa a spoiler;- también, superbacteria.
(Nota: A todas estas últimas voces nos hemos referido, una por una, en columnas anteriores: “Una mirada al idioma”).