Cinco mese después de que Peña Nieto cancelara una cita en la Casa Blanca, se encontró con su homólogo estadounidense durante cumbre del G20 en Hamburgo. Pese a la tensión causada por el polémico muro los mandatarios tuvieron un acercamiento.
Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de México, Enrique Peña Nieto, celebraron este viernes su primera entrevista cara a cara tras meses de tensiones, una cita calificada de "constructiva" por la parte latinoamericana a pesar de que el muro fronterizo volvió a sobrevolar las relaciones bilaterales.
Más de cinco meses después de que Peña Nieto cancelara una visita a la Casa Blanca por los planes de Trump de construir el polémico muro, ambos líderes se dieron la mano en Hamburgo (Alemania), en un encuentro organizado aprovechando la presencia de ambos en la cumbre del G20.
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Los medios gráficos ya salían de la sala para dejar a solas a las dos delegaciones cuando una corresponsal preguntó a Trump si seguía queriendo "que México pague el muro".
"Totalmente", fue la respuesta del estadounidense, según el relato del grupo de periodistas que le acompaña.
El titular de Exteriores mexicano, Luis Videgaray, estaba en la sala y no oyó la respuesta, pero dejó claro que en la entrevista no se habló del muro.
"Lo relevante para México es que no fue tema de la conversación, así lo habíamos acordado y así fue", señaló el titular de Exteriores para recalcar que la posición de su país es "absolutamente invariable: "Ese no es un tema de la relación bilateral, no es parte de la conversación entre los dos países y no fue parte de la conversación entre los presidentes".
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Según su relato la reunión fue "muy bien" y resultó "constructiva", lo que el propio Peña Nieto ratificó después en un mensaje en Twitter al calificar de "productivo" un encuentro en el que abordaron cuestiones relacionadas con la inmigración, la seguridad, el comercio y los trabajadores temporales.
El objetivo de la cita, recordó el canciller, era crear una relación de trabajo basada en la normalidad institucional de dos países que, a pesar de las importantes y notorias diferencias, tienen muchos asuntos que tratar en común.
Entre ellos, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) firmado entre México, EE.UU. y Canadá y que Trump amenazó con romper en su día.