60.000 estadounidenses murieron por causas derivas del consumo de opiáceos en 2016, según datos oficiales.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, adelantó este jueves que tiene previsto declarar una "emergencia nacional" por la adicción a los opiáceos en el país, donde 91 estadounidenses mueren al día por ese problema.
"La crisis de los opiáceos es una emergencia. Y estoy diciendo oficialmente ahora que es una emergencia. Una emergencia nacional", afirmó Trump en declaraciones a los periodistas desde su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey), donde pasa sus vacaciones.
"Esto es una emergencia nacional y estamos redactando documentos para certificarlo", insistió el presidente, al hacer hincapié en que se trata de un "problema grave".
"Nunca ha habido algo como lo que ha sucedido en este país durante los últimos cuatro o cinco años", agregó el mandatario republicano.
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Trump hizo esos comentarios tras abordar el pasado martes con su equipo la crisis generada por la adicción a analgésicos opiáceos con receta como OxyContin o Vicodin, que lleva a muchos estadounidenses a engancharse después a la heroína, más barata en el mercado negro.
Cada día, 91 estadounidenses mueren por sobredosis de opiáceos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, un problema que se ha disparado desde comienzos de siglo y que está relacionado con el aumento en la venta con receta de analgésicos, que se ha cuadruplicado desde 1999.
El mandatario prometió durante la campaña electoral del pasado año "luchar la batalla" contra los opiáceos, que en 2016 mataron a casi 60.000 estadounidenses, según los datos preliminares del Gobierno de ese país norteamericano.