La falta de acuerdo sobre una subida de este techo en 2011, en la que se estuvo a punto de declarar la suspensión de pagos del gobierno estadounidense, provocó que la agencia de calificación Standard & Poor's rebajara por primera vez en la historia la calidad crediticia del país.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió este jueves a atacar a los líderes de su partido republicano en el Congreso, esta vez por las dificultades para la aprobación de un nuevo techo de deuda que permita seguir funcionando al gobierno.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, Trump aseguró que había propuesto a los líderes republicanos del Senado, Mitch McConnell, y de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, incluir el nuevo techo de la deuda federal en otro proyecto de ley sobre veteranos que tuvo fácil aprobación, pero no lo hicieron.
"No lo hicieron así, por lo que ahora tenemos un gran problema con los demócratas (como de costumbre) para la aprobación del techo de la deuda. Podría haber sido tan fácil y ¡Ahora un desastre!", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
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El gobernante acostumbra a criticar abiertamente a los líderes de su partido en el Congreso, a quienes atribuye el fracaso o el retraso en la aprobación de sus proyectos legislativos, como el de la ley sanitaria que durante la campaña electoral prometió para reemplazar el sistema establecido por su predecesor, Barack Obama.
El Gobierno de Trump esperaba que el Congreso aprobara el aumento del techo de la deuda antes de que entrara en el receso legislativo de agosto y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha reiterado sus advertencias de que es "absolutamente fundamental" conseguir un acuerdo para "mantener la solvencia" de Estados Unidos.
El Congreso, actualmente en receso y que no volverá a reunirse hasta el 5 de septiembre, tiene hasta final del próximo mes para aprobar un nuevo techo de la deuda y financiar el Gobierno para el próximo año fiscal si quiere evitar un nuevo cierre administrativo por la falta de fondos, como ya ha ocurrido otras veces.
Pero la tarea no parece sencilla, ya que muchos legisladores de la mayoría republicana aprovecharon circunstancias similares durante el gobierno del expresidente demócrata Barack Obama (2009-2017) para conseguir ciertas modificaciones presupuestarias y ahora los demócratas, y algunos republicanos, pudieran hacerlo de nuevo.
La agencia de calificación de riesgo Fitch ha advertido de que revisará la máxima nota que otorga a la deuda soberana de Estados Unidos si el Congreso no es capaz de elevar a tiempo el techo de la deuda.
Debido a la falta de acuerdo en el Congreso para la aprobación del nuevo límite de endeudamiento, el Departamento del Tesoro lleva desde abril adoptando "medidas extraordinarias" para evitar superar dicho techo, retrasando la compra de ciertos bonos y valores y dando prioridad a ciertos pagos.
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"Un cierre parcial del Gobierno no tendría un impacto directo en nuestra calificación, pero dejaría en evidencia que las divisiones políticas representan un riesgo para el proceso presupuestario", advirtió Fitch en una nota emitida el miércoles.
En principio, el Tesoro había situado octubre o noviembre como fecha límite para el alza del tope de endeudamiento, debido a una recaudación menor a la esperada en los últimos meses, adelantó la fecha al 30 de septiembre.