"El trece de mayo la Virgen María / bajó de los cielos a Cova de Iria”, dice el estribillo con el que varias generaciones conocieron la historia de la aparición de Fátima, un milagro ocurrido en Portugal que cumple un siglo este 13 de mayo de 2017, dejando al mundo como legado, además de la advocación de la Virgen, tres secretos que generaron incertidumbre sobre las guerras en el mundo.

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En Medellín, la Arquidiócesis se vinculará a esta celebración con una ceremonia que rinde tributo a las apariciones de Fátima, el 13 de mayo en la Catedral Metropolitana, con el Rosario meditado y cantado, a las 11:00 a.m., posteriormente será la misa presidida por el Arzobispo, Monseñor Ricardo Tobón Restrepo. Esta ceremonia la repetirán ese mismo día a las 5:00 p.m., con el ánimo de mostrar la vigencia que tiene para el mundo el mensaje revelado por los tres niños.

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De acuerdo con el cardenal portugués Manuel Clemente, el papa Francisco visitará este año el Santuario en Cova de Iría los días 12 y 13 de mayo en un acto de peregrinación por la esperanza: “El escenario mundial es agitado, los problemas globales son muchos y el sentimiento de peligro aumentó exponencialmente, siendo así demasiado rápido para ser discernido, situado e integrado”, precisó el religioso en la apertura de la Asamblea Plenaria de los Obispos de Portugal al indicar la pertinencia de la visita papal a Fátima en un momento coyuntural del mundo en el que se da el centenario de la aparición.

El cardenal hizo también un símil entre el contexto del milagro, ocurrido en 1917 durante la I Guerra Mundial, con la situación de tensión nuclear que viven muchas naciones del mundo actualmente, resaltando que el mensaje para la humanidad en ese momento “básicamente consistía en un llamado a la conversión, a cambiar de vida, en responder a los llamados de la Madre de Cristo, para solo así lograr la paz, la única manera de garantizar el futuro”, palabras que, según él, hoy cobran más vigencia que nunca.

Y es que, al cumplirse 100 años de la manifestación de “una señora que brillaba más fuerte que el sol”, presentada ante los pastores Lucía Dos Santos, Jacinta y Francisco Marto, las advertencias del milagro, ocurrido en el municipio de Ourém; siguen vigentes en el contexto actual de constante amenaza de conflictos armados.

“¡De la guerra nuclear, de una autodestrucción incalculable y de todo tipo de guerra, líbranos!”, contó en su discurso el papa Juan Pablo II, cuando consagró al mundo la figura de la Virgen, el 7 de junio de 1981, durante el Año Santo de la Rendición, en una intervención en la que hizo alusiones a la aparición de Fátima, invintando a la hermandad entre pueblos que amenazaban con destruirse mutuamente.

No sólo el “papa viajero” reconoció la vigencia de los mensajes entregados por los pastores de Portugal al mundo, también Benedicto XVI declaró en ese santuario que la aparición habría predicho la crisis de la Iglesia católica.

De igual forma, Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, resaltó la importancia histórica de las revelaciones de Fátima para los católicos: “Es sin duda la más profética de las apariciones modernas. La primera y la segunda parte del ‘secreto’ se refieren a la aterradora visión del infierno, la devoción al Corazón Inmaculado de María, la Segunda Guerra Mundial y la previsión de los daños ingentes que Rusia, en su defección de la fe cristiana y en la adhesión al totalitarismo comunista, provocaría a la humanidad”, explicó el también arzobispo emérito de Vercelli, sobre la relevancia que ha tenido este hito en la historia de la Iglesia.

Fátima en Medellín

Luis Alberto Ángel, párroco de la Iglesia de Fátima en el barrio Belén, detalló que aunque ha bajado bastante el auge que en su momento tuvo la Virgen de Fátima, aún recibe de manera masiva visitas de los fieles de toda Colombia, especialmente entre el 13 de mayo y el 13 de octubre, meses en los que ocurrieron las apariciones según la historia del milagro.

“Esta parroquia comenzó en 1951, y tuvo mucha acogida en sus inicios, porque se hablaba de ella como una de las más importantes de la ciudad, aquí eran celebrados los matrimonios más fastuosos de la sociedad medellinense. Creo que esa popularidad inicial pudo obedecer a que la imagen de Fátima estuvo en varias partes del país, en su corona se lee: ‘La virgen peregrina que llegó a Colombia en 49 y recorrió el país’”.

El padre Ángel enfatizó que esta devoción a la vírgen en la ciudad atiende a la preeminencia de la figura de la Madre “que aglutina y que hace que tengamos una sociedad muy mariana”.
El templo de Fátima en Belén es la única parroquia regida por esta advocación, su altar cuenta con particularidades como estar fondeado por una serie de platos y haber sido construido en su mayoría por los presos de la cárcel de La Ladera, quienes de viernes a domingo dedicaban su tiempo a la adecuación de este santuario.

A su vez, el padre Bernardo Flores, apóstol de la comunidad Heraldos del Evangelio, consagrada a la veneración de Nuestra Señora de Fátima, contó que, desde su punto de vista, los fieles en Medellín vienen en aumento.

“En la ciudad tenemos cerca de 8.000 inscritos a la Campaña de Fátima. No es gratuito que Juan Pablo II haya expresado en su momento que Fátima es la devoción que más rápido se expandió por todo el mundo, gracias a los adelantos del siglo XX”, destacó el sacerdote, quien argumentó que la popularidad de esta advocación en Antioquia se debe a la costumbre ancestral de rezar el Rosario en las familias, una costumbre que comulga con los mandados que comunicó Lucía sobre la aparición.

El religioso señaló la importancia que este hecho tiene para el mundo católico concluyendo que: “Los Santos Padres han denominado la aparición en Portugal como el acontecimiento sobrenatural más importante de los últimos tiempos, ya que marca el inicio de una nueva era”.

Otras apariciones

Algunas de las manifestaciones más renombradas de la Virgen María en la historia, además de Fátima, son:
Virgen de Guadalupe (1531), México: En el cerro de Tepeyac, un indio llamado Juan Diego fue llamado por una figura luminosa que le solicitó su intercesión ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga, para gestionar la construcción de un templo. El religioso le solicitó a Juan Diego una prueba de la aparición y este le presentó un atado de rosas en su ayate (vestido), en el que apareció la imagen de la guadalupana.
Nuestra Señora de Lourdes (1858), Francia: En cercanía a los montes Pirineos, Bernadette Soubirous, una niña de 14 años, afirmó haber presenciado en 18 oportunidades en la rivera del río Gave de Pau, en las afueras de la población de Lourdes, una mujer envuelta de una nube dorada que la acompañaba mientras rezaba.
Virgen de Medjugorje (1981),  Bosnia-Herzegovina: Se trata de una pequeña aldea católica en medio de montañas y rodeada por otras poblaciones ortodoxas y musulmanas. Allí, y durante casi 30 años en Medjugorje, seis videntes fueron testigos de la aparición de Virgen, también conocida como la “Gospa”.