El primer papa que visitó a Colombia fue Pablo VI en 1968 y 18 años después el pontífice Juan Pablo II vino y recorrió diferentes lugares del país. Trés décadas han pasado, y ahora los colombianos esperan la visita de Francisco, quien arribará a Colombia el próximo 6 de septiembre.
El papa Francisco será el tercer pontífice que visite a Colombia. Han pasado 49 años desde que Pablo VI estuvo en Bogotá y 31 años después de la visita de Juan Pablo II, quien recorrió diez ciudades del país en siete días.
A la espera entonces de la tercera visita papal a territorio colombiano y a pocos días de que se dé, vale la pena recordar las dos únicas visitas papales, hasta el momento, y su contexto, además conocer el sentido de las visitas papales.
El papa Pablo VI también daría entrada a la renovación de la Iglesia católica, a la evaluación de la fe y de la esperanza, por eso su mensaje principal para Colombia y América Latina sería: “Iglesia ¿qué piensas de ti misma?”, como un llamado, según el padre Álvarez, a la reflexión.
“Esta fue la manera en la que Pablo VI le hablaba a toda la comunidad eclesial, para que se evaluara, pues era un momento de reflexión y de cambios muy importante. El hippismo en el mundo y la revolución del pensamiento, la lucha entre el capitalismo y el comunismo eran cosas que afectaban no solo a Colombia sino a América Latina. La visita del papa no es la visita a un pueblo, es a toda una nación. En ese caso fue a todo un continente”, añadió el vicario.
Juan Pablo II y los Siete días blancos
Cuando Juan Pablo II visitó a Colombia el país atravesaba momentos muy críticos con dos tragedias ocurridas siete meses antes de su llegada. En noviembre de 1985 se dió la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19, y días después el volcán Nevado del Ruíz hizo erupción provocando la avalancha que arrasó Armero, Tolima, y que dejó un saldo de al menos 22.000 muertos.
El padre Diego Uribe, docente de la facultad de teología de la Universidad Pontificia Bolivariana, resaltó que la época en la que se dió esta visita resultó complicada, por lo que sucedía en el país.
“Colombia vivía una situación también en la que los conflictos armados estaban en pleno apogeo, el narcotráfico estaba vivo y se sumó la catástrofe de Armero y la toma del Palacio de Justicia, que mostró el alcance de la violencia unida a todas estas situaciones complejas del país. Por eso el lema del papa Juan Pablo II fue ‘Con la paz de Cristo por los caminos de Colombia’, un anuncio de una propuesta desde la fe, desde la luz del evangelio, para recordarle a Colombia su origen y su realidad de pueblo creyente, que debía responder con actitudes positivas a una situación tan grave como la que se vivía”.
El papa peregrino o viajero, como se le conoció, recorrió durante siete días, los llamados Días blancos, diez lugares del territorio colombiano: Bogotá, Chiquinquirá, Tumaco, Cali, Popayán, Armero, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y Cartagena.
Le puede interesar: Todavía hay disponibilidad de hoteles para los días de la visita papal
Para la organización de estas visitas existen varias posibilidades, como la de una invitación por parte de las Conferencias Episcopales y, en muchas ocasiones, la misma está acompañada por la invitación que hace directamente el jefe de Estado de cada país. “Las visitas muchas veces se concretan entre el papa y las Conferencias Episcopales para acudir, por ejemplo, a situaciones especiales. Por ejemplo, la de Juan Pablo II a España a una Jornada Mundial de la Juventud, la visita de Benedicto XVI a España para celebrar el Encuentro Mundial de las Familias, la de Pablo VI al Congreso Eucarístico a Bogotá, es decir, se dan para conmemorar un evento significativo o acontecimiento especial. En algunos casos interviene también el país, pero cuando no son países de mayoría católica, por lo menos se cuenta con la presencia de las autoridades, para que se pueda lograr una coordinación de acciones y poder recibir al papa”, concluyó el padre Uribe.