El gran ausente por Colombia es el velocista Fernando Gaviria (Quick-Step), quien a última hora tuvo que declinar su participación por la cirugía a que fue sometido por la fractura que sufrió en la mano izquierda en una caída durante la disputa de la sexta etapa de la Carrera de los dos Mares.
Sólo tres colombianos estarán en carrera este sábado en la 109 edición de la Milán-San Remo, el primero de los cinco monumentos del ciclismo mundial que se disputan cada año.
Winner Anacona, Carlos Betancur y Dayer Quintana hacen parte del grupo de siete ciclistas que presentará el Movistar en la carrera que parte con el favoritismo del polaco Michal Kwiatkowski (Sky), recién ganador de la Tirreno-Adriático, quien apostará por revalidar el título conquistado el año pasado en esta carrera que se hace en territorio italiano.
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Para confirmar su buen momento, Kwiatkowski deberá defenderse de rivales como el triple campeón del mundo, el eslovaco Peter Sagan (Bora), que se crece en las pruebas de un día, o el francés Julian Alaphilippe (Quick-Step), que fue tercero el año pasado.
Subir por segunda vez consecutiva al escalón más alto del podio sería una hazaña para Kwiatkowski, ya que en los últimos 18 años sólo el alemán Erik Zabel consiguió ese doble triunfo, en 2000 y en 2001.
La primera prueba monumento del año contará también con la participación del italiano Vincenzo Nibali (Bahrain), el holandés Tom Dumoulin (Sunweb), el belga Greg Van Avermaet (BMC) o el italiano Damiano Caruso (BMC), segundo en la última Tirreno-Adriático.
Sin Valverde ni su compatriota Mikel Landa, Movistar apuesta en la “classicissima” con el italiano Daniele Bennati en un equipo en el que también están los españoles Carlos Barbero, Héctor Carretero y Víctor de la Parte, además de los tres colombianos.
La Milán-San Remo es la prueba más larga del calendario UCI, con un recorrido de 291 kilómetros que sale, como de costumbre, de la Vía de la Chiesa Rossa en Milán (Lombardía, norte), para concluir en la Vía Roma de San Remo (Liguria, noroeste).
La “classicissima” cuenta con un recorrido relativamente plano en los primeros 100 kilómetros, cuando los corredores empezarán la subida al Paso del Turchino, que les llevará, tras el descenso, a la Riviera Ligure.
La prueba tendrá su momento decisivo en los últimos cincuenta kilómetros que suponen el máximo desgaste físico para los corredores ya que deberán superar los denominados “Capi”.
Se trata de una serie de promontorios que llevan hasta la línea de meta de la Vía Roma, cuyas subidas se hacen cada vez más complicadas a medida que los corredores se acercan a San Remo.
Los más duros llegarán en el kilómetro 269, con el Cipressa (desnivel medio del 4.1 por ciento), y en el kilómetro 285, con el Poggio (desnivel medio del 3.7 por ciento).
Estas subidas, y las sucesivas bajadas, complicadas por las muchas curvas, suelen decidir la Milán-San Remo, que premiará al ganador tras un tramo final de dos kilómetros que se recorrerán por un camino rectilíneo.