Hasta este 31 de agosto, viernes, los interesados en participar en el Concurso de ensayo histórico- crítico para pensar en el arte de Medellín y los 50 años de su primera bienal, del periódico EL MUNDO y la Fundación Ángel-Gómez, pueden enviar sus productos escritos a la calle 53 No. 74-50, nuestra sede, o escribiendo al email: concursodeensayo@elmundo.com.
La primera bienal fue un escenario importante para visibilizar a la ciudad como un "referente internacional de arte", así lo cree el artista Félix Ángel.
Ocurrió en 1968 y, en ese entonces, la ciudad le apostó a un evento de arte para todos los ciudadanos, que congregó a más de 90.000 personas en la Universidad de Antioquia, el sitio escogido para este acontecimiento aún en la memoria artística de Medellín.
Su nombre fue Bienal Iberoamericana de Pintura de Coltejer y se trató, además, de un espacio en el que participaron 93 artistas, 56 extranjeros y 37 colombianos, con 180 obras.
Ese hecho, enclavado en la memoria de los artistas de Medellín, es precisamente el motivo de la convocatoria para La Bienal de Medellín y su impacto en el arte de la ciudad y Colombia, un concurso de ensayo, de tipo histórico – crítico, que el periódico EL MUNDO y la Fundación Ángel – Gómez tendrán abierto hasta este viernes 31 de agosto.
El artista Félix Ángel, uno de los organizadores, dio tips a los participantes de cómo debería estar estructurado un escrito ganador de esta convocatoria.
¿Cómo construir un ensayo ganador?
Es fundamental examinar los archivos existentes y entrevistar personas que directa e indirectamente estuvieron relacionadas con la Bienal (y se encuentran vivas), como parte de la metodología.
No es una tarea ligera, puesto que en Colombia existe poco interés por la historia, menos por la investigación de los fenómenos artísticos, y casi ninguno por preservar la documentación pertinente a ellos.
Hay que recordar que ha transcurrido medio siglo desde la primera bienal, en 1968, un año que fue por demás tumultuoso en el mundo, anticipando cambios que eran inevitables. Los interesados pueden pensar en la Primavera de Praga; la ofensiva de Vietnam del Norte contra las fuerzas en el Sur; los asesinatos de Martin Luther King, Jr., y Robert Kennedy; las protestas estudiantiles en Polonia, Alemania del Este, México, París, Italia y Estados Unidos; la Convención Demócrata en Chicago; las protestas de jugadores en los Juegos Olímpicos, y la elección de Richard Nixon como presidente de los Estados Unidos. Todos esos eventos ocurrieron el mismo año y de ellos los historiadores han producido numerosos análisis que en conjunto ayudan a entenderlos, interpretar las razones por las que ocurrieron y las consecuencias que ocasionaron.
No se trata de un ejercicio de “cultura general”. El mundo experimentó una realineación decisiva ese año. ¿Por qué no hacer un ejercicio parecido con nuestra Bienal, un evento que fue único, y a la fecha probablemente irrepetible? ¿Qué tan capaces somos de auto-examinarnos, de corroborar logros y reconocer oportunidades perdidas?
¿Dónde indagar, más fielmente, la historia del arte en Medellín?
Hay bibliotecas diversas, instituciones supuestamente dedicadas a la preservación y difusión del patrimonio histórico, cultural y artístico, archivos de periódicos y revistas de la época, la misma empresa patrocinadora del evento -o su equivalente hoy día-, y la memoria de artistas e intelectuales que vivieron ese momento y se encuentran activos, entre otras fuentes.
¿Cuáles pistas da usted para conseguir un enfoque exitoso?
La mejor pista se encuentra en el título de la convocatoria: La Bienal de Medellín y su impacto en el arte de la ciudad y Colombia. Ese es el enfoque que hemos querido darle al concurso, precisamente, porque implica una labor de investigación que casi siempre está ausente de las actividades artísticas que se realizan en la ciudad.
Pero, a la vez, involucra el análisis para determinar las consecuencias que tuvo un evento que, a la fecha, no ha tenido igual, y cuya desaparición borró la ciudad del mapa del arte nacional e internacional.
¿Cómo enfocar adecuadamente la investigación?
No me atrevería a marcar un derrotero sobre todo en un medio en el que este tipo de iniciativas no es frecuente. Es posible que en otras disciplinas lo sea, pero en las artes no.
La intención con este proyecto es estimular la investigación, utilizando la metodología que cada persona considere es la mejor a base de los insumos que se tienen a la mano y cualquier otro recurso que resulte conveniente; en el proceso, reflexionar sobre el impacto que la Bienal, como evento artístico, produjo en nuestro medio.
La cancelación del evento y el hecho de que no haya podido continuar es algo que, personalmente, pienso debe explorarse y explicarse en el ensayo, pero no soy parte del jurado y es a este quien le corresponde decidir cuál, entre los presentados, es el mejor.
¿Cuáles son las bases de una conclusión de peso?
Cualquiera que sea, la conclusión debe estar respaldada por el análisis de lo que sucedía en la ciudad y en Colombia antes de la Bienal, lo que la bienal como evento evidenció respecto al arte en ese momento.
Las referencias que determinó, qué sucedió después, las transformaciones y efectos que repercutieron en el medio -buenos y malos-, no sólo en lo artístico sino en lo social, lo económico y lo político, en el contexto tanto nacional como internacional.