El presidente brasileño se pronunció sobre la denuncia en contra por corrupción presentada por la Fiscalía.
El presidente brasileño, Michel Temer, afirmó que tiene una "preocupación mínima" con la denuncia por corrupción presentada en su contra por la Fiscalía, la cual aseguró que es "una pieza de ficción" sin "fundamentos jurídicos".
El presidente convocó a los periodistas al Palacio presidencial de Planalto para un pronunciamiento en el que declaró que tiene "un respeto absoluto por el Poder Judicial", pero que la denuncia de la Fiscalía está basada solamente en "supuestas pruebas ilícitas" y en "hilaciones" ajenas a la verdad.
Este fue el primer pronunciamiento del mandatario desde que, este lunes, la Fiscalía presentó al Supremo una denuncia en su contra por el supuesto delito de corrupción pasiva, apoyada en confesiones que han hecho directivos del grupo JBS, que lo involucran en diversas y graves irregularidades.
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Temer, arropado por ministros y parlamentarios de su base, apeló a la ironía para afirmar que el fiscal general, Rodrigo Janot, "ha reinventado el código penal para incluir una nueva categoría, como la denuncia por hilación, que supone un precedente peligrosísimo en el derecho".
El presidente también cargó contra Janot al afirmar que uno de sus antiguos colaboradores gana "millones" en un bufete que defiende a los dueños de JBS y que además pactó el acuerdo de cooperación judicial de esa firma.
"Este señor, Marcelo Miller (antiguo asesor de Janot), ha ganado millones en su nuevo trabajo" y "en las nuevas leyes penales de la hilación podríamos concluir que tal vez esos millones no fueron sólo para él" y pudieran haber beneficiado incluso a Janot, insinuó.
Sin embargo, aclaró que en su condición de abogado y "hombre con responsabilidad" no puede "hacer hilaciones" ni "denunciar o acusar a alguien sin pruebas", como sostuvo que el fiscal general ha hecho con él.
Temer declaró que ha sido "víctima" de un "ataque injurioso, indigno e infame" a su "dignidad personal" y de una "infamia de naturaleza política" en momentos en que en su Gobierno "está poniendo al país sobre los rieles" del crecimiento económico.
El mandatario dijo hablar "en nombre de la institución de la presidencia" y en defensa de su "dignidad personal" y concluyó en tono de advertencia: "No permitiré que me acusen de crímenes que jamás cometí. No cederé frente a ataques irresponsables. No me falta coraje para seguir trabajando en la reconstrucción del país".
Temer se convirtió esta semana en el primer mandatario en la historia del país en ser acusado por la Fiscalía, en pleno ejercicio del poder, por un delito penal, en medio de una crisis política e institucional que no tiene límites.
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Para ser avalada, la denuncia tendrá que ser aprobada por al menos dos tercios del pleno de la Cámara de Diputados, donde Temer conserva, por el momento, una amplia mayoría.
En caso de que los diputados autoricen la denuncia, la Corte Suprema analizaría el tema en su pleno y, de secundar la decisión de la Cámara baja, Temer sería suspendido de sus funciones durante un plazo de 180 días.