El uso de armas químicas en el conflicto sirio no es novedad, sin embargo los ataques siguen afectando a los más vulnerables.
En los manuales de historia del mundo entero, los jóvenes pueden ver la foto de una niña vietnamita, Kim Phuc, huyendo después de un ataque con napalm que fue tomada por el fotógrafo Nick Ut el 8 de junio 1972. El uso de esta arma química provoca graves quemaduras en la población expuesta y puede ser letal. El episodio vietnamita quedó en las memorias por su violencia. Desafortunadamente, la historia se está repitiendo en Siria. ¿El más reciente ataque? El del martes 4 de abril, causando casi un centenar de muertos en Jan Shijún, al sur de la provincia de Idleb.
Organizaciones internacionales indignadas
“Salvaje”, “inaceptable”, “intolerable” fueron algunas de las reacciones de la comunidad internacional ante el ataque químico. El presidente estadounidense, Donald Trump, reaccionó igualmente afirmando que “las atroces acciones del régimen de Al Asad no pueden ser toleradas”, por lo que su política hacia Siria podría endurecerse. Efectivamente, el 6 de abril, EE.UU. lanzó por cuenta propia 59 misiles a una base aérea del Gobierno sirio en un ataque sorpresa, provocando un balance preliminar de seis muertos. Aumentaron considerablemente las tensiones en la zona, en particular entre Rusia y EE.UU., provocando incertidumbres en las negociaciones de paz. Aunque el apoyo al ataque estadounidense por parte de la comunidad internacional fue firme, los líderes del mundo entero mostraron prudencia para que no se empeoren las cosas. De hecho, la ONU acudió a una reunión urgente horas después de los bombardeos.
Graves consecuencias
La exposición a armas químicas provoca graves reacciones en los cuerpos de las personas expuestas. El gas sarín bloquea la respiración y paraliza el organismo. El gas mostaza se reconoce por su olor y las terribles quemaduras que provoca. El cloro también es utilizado en mezclas con otros componentes químicos. Cuando se inhala, provoca quemaduras en los pulmones, haciendo que la víctima se ahogue mortalmente. En cuanto al caso sirio, el Ministerio de Salud turco declaró en un comunicado que “según los primeros resultados de los análisis, se han detectado en los pacientes síntomas que hacen pensar que han estado expuestos a sustancias químicas (sarín)”. Efectivamente, imágenes dramáticas han estado circulando en los medios e internet mostrando la agonía de los ciudadanos. Los últimos balances del Observatorio Sirio de Derechos Humanos registraron un total de 86 muertos de los cuales 30 son menores. También hubo más de 300 heridos.
La negación del Gobierno
“Me gustaría enfatizar que el Ejército Árabe Sirio no ha empleado nunca ni empleará armas químicas en el futuro, ni contra nuestro pueblo y sus niños ni contra los terroristas que atacan a civiles con proyectiles de mortero”, dijo el ministro de Exteriores sirio, Walid Al Mualem, en una rueda de prensa en Damasco. A propósito, hay que recordar que Siria firmó varios acuerdos internacionales apoyando la prohibición de armas químicas, por lo que no debería usar ese tipo de arsenal. No obstante, varias ONG sospechan que el oficialismo sea el culpable de la mayoría de los ataques químicos que se han reportado desde el inicio del conflicto. Por su lado, Rusia, que también ha sido tema de debate en cuanto a los posibles culpables de estos crímenes, no dudó en confirmar su apoyo a Siria ante las acusaciones en su contra. A propósito, el presidente Vladímir Putin, declaró que se tenía que realizar una investigación internacional “exhaustiva e imparcial” sobre el reciente ataque.