Sin conocimientos idiomáticos no hay corrección

Autor: Lucila González de Chaves
26 julio de 2018 - 12:07 AM

Cuando se dice: el hombre es ‘severo’, no se ha expresado con exactitud esta condición de un hombre, por tanto, debe completarse el sentido, expresando: el hombre es severo para con sus hijos.

1. Los artículos indeterminados

La estilística recomienda no abusar de los artículos indeterminados: ‘un’, ‘una’, porque son galicismos y afean el estilo. El siguiente es un ejemplo moderno del abuso de dichos vocablos:
 “Puede muy bien cualquiera llegar a ser un gran hombre sin estar dotado de un talento ni de un ingenio superior, con tal que tenga valor, un juicio sano y una cabeza bien organizada.” 
Al anterior texto le sobran todos los artículos indeterminados.
UNO, se emplea, con carácter impersonal, junto a los verbos reflexivos, con el vocablo: ‘se’. Ejemplos: Se muere uno sin que lo noten. Con este frío, no se atreve uno a salir a la calle. Se cansa uno de esperar. 
Los ejemplos anteriores son correctos tanto si los dice un hombre, como si los expresa una mujer. Es un melindre del idioma, el que las mujeres estén diciendo SIEMPRE: una es muy estudiosa; a una le gusta leer, etc. Las mujeres pueden decir con naturalidad y corrección: uno no mira muchos almacenes. Si uno pudiera conservar la esperanza….Pero cuando, y en muy pocas ocasiones, la acción del verbo se refiere exclusivamente a la mujer, entonces ella dirá correctamente: a una le toca concebir el hijo. A una la congratulan el ‘dia de la madre’.

Lea también: Hay que saber sobre el gerundio

2. Usted

(De: “vusted”). Pronombre de segunda persona, usado en vez del pronombre ‘tú’, como tratamiento de cortesía, respeto o distanciamiento.” (Real Academia).
Dicen otros estudiosos que en todos los países de América ha caído en desuso el pronombre ‘vosotros’, plural de la segunda persona, y en su lugar se usa ‘ustedes’, plural tanto de ‘tú’ como de ‘usted’. 
Usted, proviene de la expresión ‘vuestra merced’, tratamiento de cortesía que remplazaba la segunda persona del singular. En efecto, al dirigir a alguien la palabra, en lugar de emplear el ‘tú’, se decía ‘vuestra merced’, que se convirtió en ‘vuesa-mested’, luego en ‘vues-asted’, más tarde en ‘vuested’; después  en ‘vusted’ y, por último, en ‘usted’, el cual, sobre todo en su forma plural, ha sustituido por completo a ‘vosotros’.
A pesar de que el pronombre ‘usted’ se usa para la segunda persona gramatical - que es a la que uno se dirige, en lugar de ‘tú’, - ese pronombre no es de segunda persona; gramaticalmente, usted, se cataloga como pronombre de tercera persona con empleo de segunda, ejemplos: usted trae, y no: ‘usted traes’; usted sabrá, y no: ‘usted sabrás’;  ustedes sabrán, y no: ‘ustedes sabréis’.

3. Valor de las palabras

Muchas palabras tienen, como los números, un valor absoluto y otro relativo. El primero es el que las acompaña conceptualmente, cuando van solas, sin formar oración; el relativo, es el que le dan las palabras con las que se une, no solo para precisar en muchos casos la categoría gramatical, sino también el significado que hay que dar al vocablo dentro de dicha categoría. 
Cuando se dice: el hombre es ‘severo’, no se ha expresado con exactitud esta condición de un hombre, por tanto, debe completarse el sentido, expresando: el hombre es severo para con sus hijos (áspero, duro en el trato, agresivo); o: el hombre es severo en el cumplimiento de sus deberes (exacto, puntual). Es necesario ser claro y preciso en la expresión para beneficio de la idea.

Además: ¿Cómo dice y escribe usted?

 4. Porvenir, por  venir
 
Escrito en una sola palabra, es un sustantivo que significa ‘tiempo futuro’. Por  venir, en dos palabras,  tiene un valor adjetivo equivalente a ‘venidero’.
El Diccionario panhispánico de dudas conceptúa que el vocablo porvenir  significa “tiempo futuro” y “situación futura en la vida de una persona, una empresa, etc.”, ejemplos: “No solo alzan su voz por ellos mismos, también lo hacen por el porvenir de sus hijos” (y, no: por el por  venir de sus hijos”).
Por venir, en dos palabras, es la secuencia de la preposición por y el verbo venir, usada  detrás del verbo estar, ejemplo: “Estas obras son solo el inicio de lo que está por  venir en la ciudad” (y, no: lo que está porvenir”).
Escrito en dos palabras, con el sentido de ‘futuro, algo venidero’, forma lo que se llama en gramática: una locución adjetiva: lo por venir, ejemplo: “La historia no consiste solo en el pasado, sino que empeña sus esfuerzos en mirar lo por  venir» (y, no: lo porvenir).

5. Los acontecimientos obligan a pensar:

El ascendiente moral e intelectual que una persona quiere tener frente a otras, se está vigorizando permanentemente con la fuerza de las palabras y con el gran poder que ellas tienen para para enderezar o torcer rumbos. Cuando fuerza y poder de palabras y de pensamiento faltan, no queda otra metodología que exhibir el trasero. (L. G. de Ch.)

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